Economía

¿Será marzo el mes bisagra para la economía?: perspectivas de los empresarios y los planes para pasar el invierno

La actividad manufacturera atraviesa una fuerte caída, con sectores que registran mermas en ventas de hasta 40% (Christian Escobar Mora Christian Escobar Mora/)

Arrancó marzo y en el mercado se preguntan si será el mes bisagra en el cual la economía pueda comenzar a dar alguna mínima señal de reactivación, tras varios meses de caídas mensuales e interanuales. Pero no hay demasiado consenso al respecto. Todavía no está claro que vaya a tener éxito el plan de estabilización del Gobierno y la contracción que registraron varios sectores durante el verano fue tan importante que a muchos analistas y empresarios les cuesta creer que la tendencia cambie tan rápidamente. Incluso algunos sostienen que puede profundizarse y que recién a mediados de año podrá visualizarse una salida más clara.

Rubros como la construcción, por ejemplo, tienen claro que el 2024 entero será complejo, ya que el Gobierno insistirá con el recorte de fondos para lograr las metas fiscales y ya ha tomado la decisión de no hacer obra pública. Pero el resto de las actividades abocadas al mercado interno –que son las que más están padeciendo el ajuste– están a la espera de que pueda consolidarse la baja de la inflación y los salarios comiencen a recuperar, aunque sea mínimamente, poder de compra.

“No veo que marzo vaya a ser un mes bisagra. Creo que hasta que se genere todo el cambio de precios relativos, esto todavía no tiene una definición” (Madanes Quintanilla)

“Marzo es un mes bisagra para ver si la caída de la economía encuentra o no piso. Hay que ver qué pasa con la inflación, si está más cerca del 10% o del 15%, y si las paritarias le ganan un poco a los precios. Si la inflación desacelera, el dólar sigue tranquilo y las negociaciones salariales son buenas, la actividad arrancará, en un nivel más bajo, pero no en 30 o 40% abajo”, dijeron en la UIA.

En diálogo con Infobae, el dueño de Aluar y de FATE, Javier Madanes Quintanilla, no se mostró tan optimista. Manifestó que sus empresas registraron entre enero y febrero bajas de entre 30% y 50%, según el producto, y no prevé que cambie el escenario recesivo hasta mediados de año.

Un hábil obrero en la línea de producción de una fábrica de autos, un símbolo de empleo y tecnología en la industria automotriz. (Imagen ilustrativa Infobae)
Varias de las terminales automotrices que frenaron su producción en febrero retomarán este mes, pero se espera una caída de 10% en el año

“No veo que marzo vaya a ser un mes bisagra. Creo que hasta que se genere todo el cambio de precios relativos, esto todavía no tiene una definición, un camino cierto. Vamos a ser en situación recesiva hasta junio o julio”, calculó Madanes, quien agregó que “habrá un pequeña señal favorable del lado del campo, que provocará algo de movimiento a partir de mediados de mes, pero el resto sigue en proceso de achique”.

Desde la Asociación de Fábricas de Componentes de Autos (AFAC), su director ejecutivo, Juan Cantarella, consideró que marzo sí será bisagra porque “será un mes donde se definirá qué pasará con la ley Ómnibus y con el DNU, dos cuestiones importantes para la marcha de la economía, y en el que también se observará si se consolida la tendencia hacia la baja de los precios y la estabilidad del dólar y a partir de eso empiece cierta recomposición del salario real y, por ende, de la actividad”.

En el caso del sector que integra, este mes las fábricas de autos que habían paralizado total o parcialmente su producción retomarán, aunque seguramente a un menor nivel. De acuerdo con las proyecciones de la industria autopartista, la caída este año será del 10 por ciento. ¿Ello implicará trabajadores suspendidos durante todo el año? Es una posibilidad.

“Será un mes donde se definirá qué pasará con la ley Ómnibus y con el DNU, dos cuestiones importantes para la marcha de la economía” (Cantarella)

En la UIA, algunos dirigentes dialogan –por ahora sin darle demasiada forma a la idea– acerca de la posibilidad de contar, como en la pandemia, con un mecanismo institucionalizado para avanzar con las suspensiones de personal, si el escenario económico y productivo empeora.

Varias empresas ya optaron por ese camino ante la agresiva baja en las ventas, pero todavía no es una situación generalizada, sino que cada una lo negocia con el sindicato y avanzan con el acuerdo en el Ministerio de Trabajo. La mayoría ha adelantado vacaciones, suspendido horas extras y eliminado turnos de producción, pero en varias empresas advirtieron que si este mes o abril continuaba el frenazo, ya se empezarían a barajar suspensiones o, incluso, despidos. Es decir, comenzará a impactar en el empleo formal.

A partir de este mes, pero más específicamente entre abril y mayo, el Gobierno enfrentará un gran desafío en materia cambiaria. El tipo de cambio oficial corre a un ritmo del 2% mensual, frente a una inflación que lo hace a doble dígito (en enero fue del 20,6% y para febrero se espera 16%), por lo que si esta tendencia persiste, comenzarán las presiones para una nueva devaluación. Las autoridades resisten y usan al dólar como una de las anclas antiinflacionarias, pero esta ecuación no es sostenible y generará problemas para que los productores liquiden la cosecha gruesa que tampoco espera el Gobierno.

En la imagen, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja (EFE/Alejandro Bolívar/Archivo)
En la imagen, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja (EFE/Alejandro Bolívar/Archivo) (EFEI0499/)

“Los productores insisten en que con este tipo de cambio no van a vender. Cayó mucho el precio a nivel internacional y por la inflación no les conviene este precio. Por otro lado, siguen escuchando que el Gobierno quiere unificar. Para ellos es devaluación. Nosotros estamos con una capacidad ociosa en los puertos del 70% y desesperados por comprar, pero nadie quiere vender”, dijeron fuentes del sector cerealero.

Para el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, el Gobierno tiene que mostrar qué va a hacer hacia adelante, sobre todo en materia cambiaria. “El equipo económico ha mostrado algunas cosas positivas, como la acumulación de reservas y el superávit financiero de enero, pero no son todas sostenibles. En abril, por el esquema creado para el pago de las importaciones nuevas, ya van a estar pagando USD 5.000 millones por este concepto, por lo que ya no podrán acumular divisas.

¿Qué harán ahí con el tipo de cambio?”, se preguntó Sigaut Gravina, al remarcar también que habrá inconvenientes con la liquidación de la cosecha, si sigue la inflación en los niveles actuales y el dólar oficial sube al ritmo del 2% mensual. El economista considera que “marzo es un mes bisagra por definición; es el verdadero comienzo del año”. Y también precisó que no le queda claro qué sucederá en materia de actividad, ya que si bien en febrero pudo haberse estabilizado el salario frente a los precios, este mes la inflación podría acelerarse. Remarcó que avizora para el segundo trimestre dinamismo de la mano del agro, de la energía y la minería, pero “para el resto, muchos signos de pregunta”.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba