Economía

El próximo capítulo del plan económico y la falta de apoyo político al Gobierno marcaron la presencia argentina en el G20

Yellen, secretaria del Tesoro de los EE.UU., apoyó el plan y pidió que haya apoyo a los sectores más vulnerables. REUTERS (Carla Carniel/)

Desde San Pablo, Brasil – “Nos reconocen los números, pero la pregunta es política”, resumió un integrante de la delegación argentina sobre qué balance hacía de la cumbre de ministros y banqueros centrales del G20 que terminó este jueves en San Pablo y que versó sobre la desigualdad económica, el crecimiento global y con una alerta sobre los riesgos que afronta la economía mundial por los conflictos armados internacionales.

Para la Argentina la agenda principal fue la que se desarrolló en paralelo a las febriles actividades de la cumbre, entre las conversaciones de pasillo y los encuentros mano a mano en alguno de los ocho salones de reunión que acondicionó la organización para que funcionarios, banqueros centrales y ejecutivos de organismos internacionales pudieran conversar a puertas cerradas.

Los funcionarios argentinos aprovecharon la vidriera que da un foro como el G20 para presentar y defender los avances del plan económico del gobierno libertario y para escuchar cuáles son las objeciones o dudas que sobrevuelan en la comunidad financiera internacional. “Excelentes reuniones bilaterales. Nuevamente, es notable ver todos los países más importantes siguiendo Argentina con enorme interés y profundidad”, tuiteó Caputo al cerrar la actividad.

Según pudo reconstruir Infobae en diálogo con integrantes de la delegación argentina y las extranjeras, el signo de pregunta más grande es el que relaciona la continuidad del programa económico con la viabilidad política. “¿Cómo van a conseguir apoyo político para hacer las reformas?” fue, con certeza, la pregunta que más tuvo que responder Caputo durante sus dos días en San Pablo.

Los funcionarios argentinos aprovecharon la vidriera del G20 para presentar y defender los avances del plan económico y para escuchar cuáles son las objeciones que sobrevuelan en la comunidad financiera internacional

En el ida y vuelta con sus pares europeos, el ministro de Economía intentó semblantear qué visión tienen del otro lado del océano al plan económico libertario. “Los números nos dan bien y nos reconocen que lo hicimos más rápido de lo esperado”, aseveraron desde la delegación argentina. La cuestión es más espinosa cuando las delegaciones extranjeras analizan el paisaje político bajo el cual gobierna La Libertad Avanza: un Congreso en clara minoría y, en el plano ejecutivo, conflictos abiertos con gobernadores provinciales.

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¿Hay puntapié inicial con el FMI? En las próximas semanas podrían comenzar nuevas negociaciones técnicas

En la comitiva argentina creen que países como Francia o Italia fueron más receptivos con la hoja de ruta que planteó el equipo económico, otros como Alemania son más duros. Es uno de los “halcones” de la Unión Europea -junto con otros como, por ejemplo, los Países Bajos- en términos fiscales, justo una materia en la que el Palacio de Hacienda puede mostrar números superavitarios en el primer mes del año.

El delegación que envió el gobierno de Milei a San Pablo para la reunión de ministros y banqueros centrales volvió a Buenos Aires con un consejo por parte de Georgieva: que el Gobierno consiga aliados. No hacía referencia al plano local -algo que por decisión presidencial parece estar lejos del objetivo- sino en el exterior, para que la comunidad de los países que integran el board del FMI “compren” la nueva historia que les quiere contar la Argentina y apoyen otra asistencia financiera. También en organismos clave como el Banco Mundial y el BID.

En el último día de actividad paulista, Caputo se reunió con su par de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, “con quien conversó sobre los desafíos a los que se enfrenta Argentina y las políticas de estabilización que se están llevando adelante”, informó el Ministerio de Economía. “También, dialogaron sobre las oportunidades que se abren con las reformas que se están impulsando en áreas de interés común para inversiones de empresas alemanas en sectores estratégicos para ambas naciones”, dijeron. El embajador alemán en Buenos Aires Dieter Lamlé había pasado, hace pocos días, por el despacho del propio Caputo y también por la Secretaría de Energía.

Un organismo al que el Gobierno apunta a ingresar -tras la salida del Brics- es la OCDE, un club de economías desarrolladas y otras en vías de desarrollo. Para que la Argentina pueda formar parte necesita materializar una serie de reformas estructurales. Caputo tuvo un mano a mano con el secretario general de la OCDE Mathias Cormann en el que “se analizó el estado de situación del acceso de la Argentina la organización, se dialogó sobre los pasos siguientes y sobre el rol central que tiene el Ministerio de Economía”, se informó oficialmente.

En ese menú de aliados que necesitará el equipo económico cuando le toque avanzar en un nuevo programa con el Fondo Monetario también hay, creen en el Gobierno, espacio para organismos de crédito internacionales. En una de sus últimas actividades antes de emprender el regreso, el jefe del Palacio de Hacienda habló con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, y con el Director Gerente de Operaciones Axel Van Trotsenburg. “En el encuentro, se dialogó sobre cómo el Grupo Banco Mundial puede apoyar a Argentina a lograr sus objetivos y desarrollar la inversión privada”.

Luis Caputo ajay banga g20
Caputo en reunión con las dos máximas autoridades del Banco Mundial, busca aliados en el frente externo

La expectativa más grande estaba puesta, en la previa del viaje, en un avance hacia un programa nuevo con el Fondo Monetario. Caputo, en su cuenta de X, aseguró que el FMI está abierto a un nuevo programa pero que no se iniciaron las conversaciones formales. Según pudo saber Infobae, en el organismo incluso sobrevoló la idea de cerrar un acuerdo nuevo lo antes posible, con abril como un plazo tentativo, es decir en el momento del año en que debería tener lugar la próxima revisión trimestral de metas.

La cuestión es más espinosa cuando las delegaciones extranjeras analizan el paisaje político bajo el cual gobierna La Libertad Avanza: un Congreso en clara minoría y, en el plano ejecutivo, conflictos abiertos con gobernadores provinciales

En el equipo económico aseguran que hay tiempo hasta noviembre -por el plafón que da la mecánica de revisiones y desembolsos en lo que resta del año- para poder desarrollar la negociación. Por el momento, si bien es de carácter preliminar como declaración de intenciones, lo cierto es que el Gobierno se está preparando para llevar adelante conversaciones técnicas directas hacia un programa nuevo. Es un proceso que podría comenzar en las próximas semanas y que tendrá temas variados en esa mesa de toma y daca, como por ejemplo el tipo de cambio y las tasas de interés.

La idea que circula en algunos despachos oficiales es la de que un acuerdo distinto pueda servir como apoyo de reservas para el Banco Central y conseguir, de esta forma, un ancla nominal a través del tipo de cambio oficial. “La única forma de hacer eso es si el Fondo pone plata”, especulaba un miembro de la comitiva argentina en uno de los pasillos de la Bienal de San Pablo.

Existe una disyuntiva que el Poder Ejecutivo debería atravesar si eso se materializara: ¿un atraso cambiario acumulado desde la devaluación de diciembre no atentaría contra el ritmo de liquidación de la cosecha gruesa? Por lo pronto, el Gobierno cree que la competitividad cambiaria todavía está en niveles altos en comparación con la salida del cepo en diciembre de 2015, “cuando todavía tenías déficit fiscal”, rememoraba un funcionario.

Otra parte de la expectativa está puesta en el mensaje que dará este viernes por la noche el presidente Javier Milei en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Y si el jefe de Estado informará cuáles serán los próximos pasos de política económica de su gobierno. En la delegación argentina en San Pablo estiman que se renovará la discusión por la ley ómnibus nuevamente porque la situación financiera de las provincias, tras el corte en las transferencias no automáticas desde la Nación, forzará un debate sobre aquel capítulo fiscal que fue descartado en la primera versión.

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