Economía

Cooperativismo, distribución del ingreso y democracia

En el sector agrícola existe un amplio espectro de empresas cooperativas (Pablo Lupa)

Las palabras, por lo general, pueden tener distinto significado para quienes las emiten y para quienes las escuchan. Tanto la historia -personal y social-, como el contexto en que se expresan, o el grado de formación e información, así como las emociones, juegan un rol muy importante en su decodificación.

Este hecho ha sido resaltado por George Steiner, uno de los pensadores más influyentes del siglo XX en su obra Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción (FCE, 1975). El autor le ha dado un significado positivo a la existencia de muchos lenguajes, en el sentido de poder gozar de la libertad para articular y reescribir el mundo existencial para expresarlo pluralmente en libertad.

También podemos reconocer que, aun en un mismo idioma, es posible decir e interpretar diferentes cosas, en línea con el sentido que le otorga el relato bíblico (Génesis 11-1-9).

Si lo anterior se vincula con el título de esta nota, podríamos afirmar que la palabra “cooperativismo” tendrá un significado positivo para quien tiene una vivencia exitosa en una empresa de este tipo, diferente de aquel que recibe informaciones de los medios y redes en cuanto al uso clientelar y deformado de la identidad cooperativa en algunas experiencias puntuales.

De igual manera, la temática de la distribución del ingreso significará para muchos reconocer el papel central del Estado en cuanto a la distribución correcta, equitativa y eficaz de los impuestos recaudados, que posibilite su asignación en bienes y servicios públicos de calidad prestados eficientemente de manera directa o indirecta.

La temática de la distribución del ingreso significará para muchos reconocer el papel central del Estado en cuanto a la distribución correcta, equitativa y eficaz de los impuestos recaudados

Al respecto, algunas encuestas revelan que, para una parte cuantitativamente significativa de la población, el Estado debe enfrentar a los grupos económicos que persiguen rentas extraordinarias, en especial en rubros esenciales como los alimentos o la energía.

Aquí, la forma de enfrentarlos puede ser muy diversa, desde una regulación eficaz en la promoción de la competencia y una menor intermediación en un contexto macroeconómico ordenado, hasta la estatización o el “apriete” circunstancial en una economía de alta inflación, aun con la convicción de que no dará muchos resultados en el tiempo.

Marcha Orgullo LGBTIQ+ 5/11/2022 - Congreso de la Nacion
En lo relativo a la democracia, se la entiende en general como un sistema representativo y republicano de gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo (Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado) (SENADO ARGENTINA/)

En lo relativo a la democracia, se la entiende en general como un sistema representativo y republicano de gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo (a través de representantes libremente elegidos), donde cada persona decide con el voto en el momento de las elecciones.

Menos frecuente es hablar en este terreno de la importancia de una cultura o un ethos democrático y de la relevancia que adquiere una participación ciudadana que no se restrinja solo a esos momentos eleccionarios. Cada vez más se explicita, y -a veces- de manera radical, que la dirigencia electa debe ejercer su función de manera honesta, transparente y eficaz en la búsqueda del bien común, y no del beneficio personal o grupal.

Lo anterior puede servir como referencia para articular las tres palabras del título de esta nota.

Preguntas con respuestas sorprendentes

Para ello utilizaremos -en especial- algunas de las nociones del libro 101 preguntas sobre la empresa cooperativa que expresaron los autores, Michele Dorigatti y Tito Menzani, en la presentación que se realizó el pasado 29 de noviembre en Argentina, así como algunas de las partes del texto (la obra está traducida del italiano al español y editada por Intercoop, 2022, 249 p.).

Al comenzar la presentación los autores mencionaron que provienen de dos regiones de Italia (Emilia Romaña y el Trentino) con una importante tradición de cooperación en las que han prosperado miles de empresas cooperativas. Se infiere que esa situación difiere de otras regiones de ese país, algo similar se puede afirmar en el caso de distintas regiones argentinas.

En ese contexto, explicaron que las respuestas a las 101 preguntas surgieron a partir de las inquietudes propias de su actividad profesional, formativa e informativa y en el encuentro que mantuvieron con distintas audiencias, al plantear la pregunta acerca de cuál es la diferencia que hay entre una empresa cooperativa y una empresa capitalista.

Les sorprendió encontrar que muchos no sabían responder al interrogante y que no se trataba solo de jóvenes y público no relacionado con esas experiencias, sino también de asociados y trabajadores de estas empresas.

Subrayaron entonces que una de las diferencias principales es que las cooperativas no han sido creadas para maximizar los beneficios para los aportantes de capital, ni tienen como objetivo principal la maximización de las ganancias a diferencia de la empresa capitalista.

Destacan que la cooperativa es una empresa en la que las relaciones de los miembros se orientan hacia el logro de un objetivo común: la realización del propósito mutualista a través del ejercicio de una determinada actividad empresarial.

La cooperativa es una empresa en la que las relaciones de los miembros se orientan hacia el logro de un objetivo común

Entienden la mutualidad como reciprocidad y como un concepto que hace referencia a una ventaja colectiva, tanto económica como no económica. Ello justifica la propia existencia de la cooperativa, entendida como un tipo de negocio con fines distintos a la consecución del mero beneficio.

Indican que -en aras de una mayor claridad- conviene dividir a las cooperativas por categorías mutualistas en función del tipo de intercambio (o convenio) establecido entre los asociados. Expresan que, en general, se distinguen tres tipos, a saber, cooperativas de trabajo, cooperativas de usuarios y cooperativas de apoyo. En estas últimas sus miembros son en general pequeños empresarios que dan vida a formas cooperativas para gestionar colectivamente algunos aspectos de su propia actividad (agroalimentarias, minoristas, transportistas, etc.).

COMEDORES SOMOS BARRIOS DE PIE
Se distinguen tres tipos, a saber, cooperativas de trabajo, cooperativas de usuarios y cooperativas de apoyo

Aclaran que “existen también algunos casos intermedios como las cooperativas sociales tipo B que se encuadran tanto en el ámbito de las cooperativas de trabajo como en el de los usuarios, porque los sujetos desfavorecidos que allí trabajan son al mismo tiempo trabajadores y usuarios (aunque indirectos) del servicio.

Lo mismo puede decirse de las cooperativas comunitarias que tienen una base social formada por empleados y usuarios.

Finalmente, los bancos de crédito cooperativos se ubican a medio camino entre el usuario y el área de apoyo, dado que los asociados son ahorradores y emprendedores interesados en los servicios bancarios para empresas”.

Capital y trabajo

En este tipo de negocios, no es el capital el que asume el control del trabajo, sino el trabajo el que controla al capital. El excedente económico, cuando existe, se distribuye equitativamente entre sus asociados. Esto nos lleva a que una parte de la distribución del ingreso no depende del Estado, sino que está en el corazón mismo del proceso económico por el modo de institucionalización de este tipo de empresas.

Es decir, permite alcanzar -de manera natural- una parte no menor de lo que denominamos justicia social, que complementa la distribución central que hace el Estado a través de la recaudación y canalización de los impuestos en bienes y servicios públicos, como se comentó previamente.

El que cada asociado tenga el mismo poder de decisión supone que en la asamblea los votos están todos al mismo nivel y se puede elegir al Consejo de Administración (el máximo organismo de gobernanza de la empresa). Esto nos conduce al concepto de democracia económica, donde no prima el que tiene más capital, ni posee más acciones en la empresa.

Concepto de democracia económica, donde no prima el que tiene más capital, ni posee más acciones en la empresa

Al igual que la democracia política, que depende de la participación de las personas y que puede ser una mera formalidad o un efectivo ejercicio de esta. Esto ha inducido (ya sea como causa, o efecto, o fenómeno iterativo) al ejercicio del autogobierno político en los territorios donde estas experiencias son mayoritarias.

Los autores destacan en el libro otras características sustantivas de las cooperativas, como el principio de puertas abiertas en su membrecía y su vertiente solidaria, y también mencionan distintos riesgos y posibles deformaciones como la desmutualización.

En casos europeos lo relacionan con el caso de empresas cooperativas de gran escala, que aceptaron inversiones de capital privado y utilizaron figuras de sociedad anónima que tercerizaron una parte importante de su actividad, transformando a la cooperativa en una cáscara vacía.

Asimismo, señalan los posibles peligros que pueden enfrentar las cooperativas que se organizan a partir de núcleos identitarios fuertes que les impiden evolucionar más allá de sus límites originales.

Al finalizar su exposición, sobre algunas de las 101 preguntas que contiene el libro, destacaron el significativo potencial del cooperativismo, por ser el único movimiento socioeconómico mundial que manifiesta una singular identidad y en el que participan más de 1.200 millones de personas. Además de destacar su dimensión económica, como una empresa que opera dentro del mercado aceptando su lógica y sus reglas, enfatizaron la importancia de subdimensión de cuentas, operaciones o volumen de pagos procesados, dejando en segundo plano si, por un tiempo, son deficitarias o poco rentables. La apuesta apunta a conseguir rápidamente porciones representativas dentro del mercado.

El bajo costo del dinero en el mundo que operó durante los últimos 15 años ha sido motivación suficiente para que administradores de carteras e inversores destinen parte de sus fondos a inversiones de alto riesgo (Reuters)
El bajo costo del dinero en el mundo que operó durante los últimos 15 años ha sido motivación suficiente para que administradores de carteras e inversores destinen parte de sus fondos a inversiones de alto riesgo (Reuters) (DADO RUVIC/)

El bajo costo del dinero en el mundo que operó durante los últimos 15 años ha sido motivación suficiente para que administradores de carteras e inversores destinen parte de sus fondos a inversiones de este tipo, con altísimos riesgos, pues el fracaso de un proyecto, en general, carece de valor residual. Es por eso por lo que algunas etapas en el proceso de una empresa emergente fintech se denomina “cash burning”, o quemando dinero.

Estos últimos días hemos sido testigos de noticias que informaban sobre el despido de cientos o miles de empleados de algunas de las principales compañías fintech de nuestro país.

Sin dudas, la suba de la tasa de interés a nivel internacional ha tenido impacto en las posibilidades de acceso a nuevas fuentes de financiamiento para todo tipo de proyecto de inversión, sobre todo si parte de ese capital se esfuma en vender por debajo del costo los servicios que se ofrecen, que es lo que muchas fintech hacen.

Sin embargo, hay factores que llaman la atención.

Reflexiones sobre la Argentina

Si se analiza que Argentina es un país que cuenta con infraestructura razonable, en cuanto a energía y transmisión de datos, con capacidades operativas en los recursos humanos adecuadas a las necesidades de proyectos regionales y con costos, en términos de dólares, por debajo de otros mercados, los empleados deberían ser los últimos en ser desafectados o despedidos. Lamentablemente, esto no es así. Entonces, ¿cuál puede ser la razón?

Las empresas que han reducido estructura local lo han hecho, fundamentalmente, en el personal afectado a las operaciones dentro del país, es decir, personas afectadas a los negocios que generan ingresos dentro de Argentina.

Las inversiones dentro de la industria fintech, al igual que en el resto, se hacen en dólares. Los ingresos de las operaciones locales son en pesos

Las inversiones dentro de la industria fintech, al igual que en el resto, se hacen en dólares. Los ingresos de las operaciones locales son en pesos.

La permanente expectativa devaluatoria del peso moneda ha llegado a tal punto que desalienta, incluso, usar a la Argentina como banco de pruebas de nuevos proyectos tecnológicos.

Esto ha provocado que los administradores de las empresas del sector reorienten sus operaciones hacia otros mercados, como lo son México, Brasil y Colombia en los que sus monedas son más estables.

Mientras que, en Argentina, entre 2016 y 2022 el peso se ha devaluado 9 veces, en Colombia, su moneda soberana ha sufrido una depreciación del 59%, en Brasil, el real de 48.5% y en México ha permanecido estable en torno a los 19 pesos por dólar durante todo el período.

El achique en el sector fintech ha venido de la mano de la suba en el costo del dinero.

La reducción en las nóminas de personal ha sido producto de la pérdida de expectativa y oportunidad que ofrece invertir dólares hoy para recibir pesos a futuro.

Parece ser que en el país “el peso del peso” también puede afectar al crecimiento de una industria revolucionaria, necesaria e inclusiva.

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