Se hacen en Argentina y son iguales a los de Senna y Prost: cómo son y cuánto costarán las réplicas de los grandes autos de la F1 de los ‘80
El día que se pueda contar en detalle cómo fue que Tulio Crespi, el constructor de autos de carrera más importante de la historia del automovilismo argentino, terminó fabricando 17 réplicas de autos de Fórmula 1 de los años 80 y 90 para la filmación de “Senna”, la biopic del astro brasileño que estrenará Netflix en 2024, seguramente se podrá escribir un libro.
El gigante del streaming mantiene un estricto control del proceso, al menos hasta que la serie esté en el aire, se creen que en noviembre próximo. Por ahora lo único que se sabe, es que durante tres años en la fábrica de Balcarce, un sólido equipo liderado por Crespi y sus hijos Sandro, Luciano y Matías, desarrolló un método de construcción primero y un estudio de formas al mínimo detalle después, para poder fabricar todos los autos de Fórmula 1 que corrió Ayrton Senna en sus 10 años como piloto de la máxima categoría, además de otros tantos de sus rivales, para recrear con total realismo sus luchas y victorias entre 1984 y 1994.
La calidad de estas réplicas ha sido elogiada por todos quienes las pudieron ver en persona durante el año de rodaje en distintas locaciones de Buenos Aires, Uruguay y Brasil, incluyendo a la propia Viviane Senna, la hermana del piloto paulista, quien viajó a Buenos Aires el año pasado para presenciar las primeras puestas en pista. Todos coinciden en señalar que sin retirar las carrocerías, los autos tienen la forma exacta de los originales.
Claro que no son chasis de fibra de carbono ni tienen los poderosos motores V6, V10 y V12 que los distintos modelos tenían entonces. Se trata de estructuras monocasco con un motor turbo de un auto de calle, porque la finalidad para las que se construyeron era la de poder representar la acción para las cámaras, con confiabilidad y seguridad, ya que el entorno de las filmaciones no es el mismo del que hay en un Gran Premio de Fórmula 1, y la necesidad de repetir decenas de veces las maniobras requería autos para una filmación y no autos de carrera. Los pilotos que hicieron el papel de doble de riesgo de Senna y Alain Prost para rodar la serie fueron Luciano y Matías Crespi, y un grupo seleccionado de pilotos y expilotos argentinos, participaron en la conducción de otros autos que también intervenían en las secuencias, desde Niki Lauda hasta Michael Schumacher.
“El proceso completo de fabricación de los autos fue increíble, pero todo cambió el primer día en la pista. Ya ver el auto en el suelo con las gomas colocadas y el motor en marcha generó una sensación indescriptible de realismo, pero cuando me puse el casco, entré en el cockpit y me ajusté los cinturones viendo esas enormes ruedas adelante, ahí empezó a transcurrir una película en mi mente, sentía que realmente me estaba subiendo a un Fórmula 1. Después si, salís a pista y nada puede reemplazar el sonido del V12 y a la potencia real de los F1, entonces ahí dijimos con Tulio y mi hermanos, que teníamos que hacer un auto con una potencia amigable como para que muchos pilotos que siempre soñamos con correr en Fórmula 1, pudiéramos conducirlos”, contó Luciano Crespi para explicar cómo nació la idea del Crespi F1 Concept car.
Así surgió la idea de crear un vehículo para que todos aquellos que siempre soñaron con manejar un Fórmula 1, pero que desconocen completamente de qué se trata realmente, ya que no por nada son sólo unos pocos los elegidos en todo el mundo que tienen acceso a hacerlo debido a su dificultad, tuvieran la oportunidad de sentir algo similar al volante.
Es que en vedad no son muchas las posibilidades que tiene un conductor que no es piloto de elite, de sentir algo parecido a lo que vive un piloto profesional a bordo de un auto de carreras. Algunos pocos, que además tienen que tener un alto poder adquisitivo se pueden comprar un Fórmula 1 clásico auténtico e intervenir en eventos de Fórmula 1 histórica como los que se hacen permanentemente alrededor del mundo con esos autos. Pero más allá del costo de adquisición de esos autos, también es muy caro el traslado a las pistas y el mantenimiento mecánico, y todo eso sin contar que cuando hay un accidente, la reparación es carísima también.
Las otras posibilidades de sentirse un piloto son las que se dan en circuitos emblemáticos como Nürburgring, en Alemania, la pista más extensa y desafiante del mundo, a la que se puede entrar con un auto de calle de cualquier tipo y girar libremente sin restricciones. O los populares Track Day y Track Night, que son eventos que se desarrollan en distintos circuitos que se cierran especialmente para la ocasión, donde se puede participar con todo tipo de autos de calle, aunque en general resaltan los de alta gama y altas prestaciones, con la consigna de girar lo más rápido que sea posible. No son carreras, no hay una largada y una llegada, sólo se trata de girar contra el reloj y nada más. Claro que cada tanto, alguno termina estrellado contra la pared o los guard-rails con autos muy costosos que no siempre se pueden reparar.
El Crespi F1 Concept car nació con la premisa de representar del mejor modo posible ese entorno de la Fórmula 1 de los años en los que la electrónica todavía no era la base de todo y los autos eran mucho más “humanos”. Es un auto de carreras, no una maqueta, y está diseñado y construido conceptualmente como tal, de hecho, podría ser el vehículo de una categoría tipo Fórmula 1 Argentina.
Para eso se crearon dos tipos de autos distintos, en paralelo. El primero es para uso promocional, con velocidad es baja porque tendrá apenas unos 100 CV de potencia. Esta pensado para un uso menos deportivo. Pero el segundo es el que verdaderamente despertó gran interés porque se trata de un monoplaza equipado con motor 1.8 Turbo de 260 CV de potencia y una caja de engranajes rectos, de competición, de cinco marchas y cambios con levas en el volante, que recrean el manejo de un verdadero auto de carreras.
“El auto es muy físico, tiene la dirección pesada por la carga aerodinámica y el tamaño de las ruedas, que es el original de los F1 de esos años. Esto le da un balance muy bueno y transmite una sensación que no puede faltar en este tipo de autos, porque así era en los autos de esa época. La sensación es espectacular”, dijo Crespi.
Se construirán cuatro diferentes modelos de F1 como serán el McLaren MP4/2B de 1985, que compartieron Prost y Lauda, y con el cuál el piloto francés ganó su primer título de F1; el Lotus 98T de 1986 con el que Senna ganó los GP de España y Detroit, para terminar cuatro en el campeonato; el Ferrari 641 de 1990 que corrieron Prost y Nigel Mansell, y contra el que Senna tuvo el famoso accidente en la largada del GP de Japón, y el McLaren MP4/6 de 1991 con el que Senna ganó su último título mundial.
“La idea es que los autos se puedan personalizar tanto como el cliente quiera. Desde el equipamiento mecánico, por ejemplo con palanca de cambios o con levas en el volante, hasta la decoración, pasando por el tablero o los neumáticos. La primera prueba la hicimos con las gomas muy duras porque tenían que cumplir con la función específica de una filmación, pero para los próximos ensayos que haremos en marzo ya tenemos las gomas Michelín que usaba la World Series Renault V6, que son neumáticos 100% de carrera. El habitáculo se hizo más confortable aunque manteniendo la posición original de manejo de cada auto. Los autos, por lo tanto, se hacen a pedido. Este año vamos a fabricar cuatro, uno de cada modelo, y el año próximo otros diez de los modelos que nos encarguen. Se va a empezar a vender en 2025″, comentó Luciano.
El precio de estos F1 Concept Car es algo que no está completamente definido, pero por las estimaciones de Crespi, tendrá un valor semejante al de un auto de alta gama deportivo, algo más de 100.000 dólares, que a su vez podrá variar de acuerdo al equipamiento que tenga como las levas al volante, la electrónica y la especificación de los neumáticos. Incluso si alguien quisiera colocar un motor más grande, más potente, también se podría hacer sin mayores dificultades, porque las dimensiones lo admiten.
El vehículo tiene 4.400 mm de largo, 2.100 mm de ancho, 1.000 mm de altura y 2.920 mm de distancia entre ejes. El habitáculo tiene un ancho de 460 mm y el despeje del piso es de sólo 30 mm. El peso está en los 580 kg, lo que permite que tenga una relación peso/potencia de 2,2 Kg por CV.
“Seremos una opción más en el mercado de los Fórmula 1 históricos. Podés comprarte un F1 original y gastar varios millones. O podés comprar un chasis sin motor para tenerlo al alcance de tus ojos, colgado del techo de tu casa como hacen muchos fanáticos. Pero ahora también podés tener un concept car de F1 y disfrutarlo como un juguete. Te va a faltar el sonido de un F1, pero cuando das un par de vueltas, no te importa el sonido, no te importa nada”, terminó.
Para quienes gustan de las carreras de autos en Argentina, hay un vacío enorme que quedó desde 1979, cuando desapareció la prestigiosa Fórmula 1 Mecánica Argentina. En ese entonces quedó la Fórmula 2, luego devenida en Fórmula 3 y ya nunca más hubo monopostos de gran porte en el automovilismo local.
¿Podrían estos F1 Concept Car convertirse en un modelo que relanzara una categoría de fórmula de buena potencia en Argentina?
“No nació con esa intención, pero si tengo que responder esa pregunta, tengo que decir que todo el desarrollo que hicimos para este vehículo calzaría perfectamente para una especie de Fórmula 1 nacional”, cerró Crespi.
Soñar no cuesta nada, y así como este F1 Concept Car puede hacer realidad la posibilidad de sentir lo que transmite un F1, por qué no pensar en una categoría de gran potencia otra vez.