Revelaron un dato inesperado sobre la confianza de los argentinos en las vacunas contra el COVID y el dengue
Tener que militar la trascendencia y el impacto de las vacunas en la salud pública (local-regional-global) puede resultar impensado en pleno siglo XXI. Sin embargo, ocurre. Tampoco sirvieron las lecciones aprendidas de la última pandemia global que causó la muerte de casi 7 millones de personas, según el mapa actualizado de la Universidad de Medicina Johns Hopkins. Las vacunas fueron la única herramienta que reunieron evidencia, eficacia, seguridad y protección contra el acecho del COVID-19.
En el mundo, las vacunas en general previenen entre 3,5 y 5 millones de muertes cada año por enfermedades como el COVID-19, la difteria, el tétanos, la gripe y el sarampión, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A veces, el éxito de las medidas sanitarias que salvan miles de vidas alrededor del mundo y evitan la propagación de enfermedades, también tiene su lado oscuro. Lamentablemente, el éxito de las vacunas -que evitan la propagación de enfermedades- a veces genera que naturalicemos su efecto protector: las vacunas nos salvaron del COVID, pero los argentinos confiábamos más en ellas antes de la pandemia que en la actualidad.
Así se desprende de los datos del informe anual de Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV) en Argentina que la Fundación Bunge y Born elabora desde 2019 y que analiza la percepción social respecto al rol de la inmunización. Este año, además, se ahondó en la confianza frente a las nuevas vacunas contra las infecciones de dengue y COVID.
El ICAV 2023 es la quinta edición anual del relevamiento y se elaboró a partir de entrevistas a 7.199 argentinos mayores de 15 años en todo el país, entre noviembre y diciembre de 2023.
Infobae participó de la presentación los resultados de la investigación, que mostró que, si bien la confianza de los argentinos en las vacunas es alta, aún no se recuperó el nivel prepandemia y está un 9,1% por debajo de 2019.
Un dato preocupante del informe está vinculado a las dosis de refuerzo contra el COVID-19: el 46% de las personas mostraron reticencia a recibir la dosis de refuerzo, mientras que un 37% dijo desconocer las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Salud de la Nación sobre la necesidad de una inyección anual (o cada seis meses según la pertenencia a grupos de riesgo frente a la infección por coronavirus).
En una situación muy distinta se ubica la vacuna contra el dengue, ya que 8 de cada 10 personas consultadas en el relevamiento expresaron su disposición a vacunarse contra la infección transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
“El ICAV muestra que, en términos de acceso a la vacunación, nuestro país es cada vez más desigual entre la población menos educada y la que mayor grado de estudios posee. En cuanto a la confianza, vemos que son los más jóvenes quienes menos confían, por lo que hay una necesidad de trabajar fuerte en ese área”, consideró a Infobae Gerardo della Paolera, director ejecutivo de Fundación Bunge y Born.
¿Los argentinos confían en las vacunas?
El estudio de la Fundación Bunge y Born analiza las variaciones en el nivel de confianza de los argentinos respecto de la importancia, seguridad y eficacia de las vacunas, y además contempla la reticencia a inmunizarse. Otro de los indicadores que se analiza determina cuáles son las barreras que limitan el acceso a las dosis recomendadas y cuáles son sus consecuencias.
El IVAC está basado en el modelo del Vaccine Confidence Index™, desarrollado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por las siglas de su nombre en inglés). Mientras que la medición del acceso está basada en los indicadores propuestos por la OMS.
El índice de confianza de los argentinos en las vacunas en 2023 fue de 85,2 puntos. Vale destacar que cada índice es un valor, no es un porcentaje. Sí se establece un porcentaje de variación entre los índices de los diferentes años.
Esto significa que, en 2023, bajó 0,8% la confianza en las vacunas respecto a 2022 (cuando había sido de 85,9 puntos), y marcó una caída de 9,1% en la confianza respecto de los niveles prepandemia evaluados en 2019 (93,7 puntos).
“Un dato muy relevante es que los más jóvenes y los adultos mayores son los segmentos etarios que menos confían en las vacunas y que también menos acceso tienen”, explicó Julio Ichazo, coordinador de Proyectos de la Fundación Bunge y Born.
La efectividad de las vacunas, su importancia para los niños, y la seguridad de las dosis son los tres componentes que conforman el índice de confianza. Los datos mostraron que:
- El 84,9% de los argentinos piensa que las vacunas son efectivas
- El 87,7% asegura que son importantes para los niños
- El 90,1% considera que son seguras.
La confianza en las vacunas es pareja a nivel federal con pequeñas variaciones por regiones: la mayor confianza se registra en la Patagonia (86,3 puntos) y en el Noreste argentino (86,1 puntos). Luego se ubican la región Centro (85,7), el Noroeste (85,3), AMBA (84,5) y Cuyo (84,2).
Vacunas contra el dengue y el COVID
El informe ICAV 2023 mostró que el 80% de la población estaría dispuesta a vacunarse contra el Dengue. Ante la pregunta: “Si hoy tuviéramos una vacuna contra el dengue disponible, ¿usted se la daría o se la aplicaría a su hijo?”, 8 de cada 10 personas afirmó que se la aplicaría.
Vale destacar que la ANMAT aprobó en abril de 2023 la vacuna tetravalente contra el dengue del laboratorio japonés Takeda, conocida como Qdenga, y desde el 1 de noviembre de 2023 está disponible en el país. El relevamiento de la Fundación Bunge y Born fue realizado en noviembre y diciembre, cuando las dosis ya estaban disponibles bajo prescripción médica para las personas mayores de cuatro años, hayan cursado o no la enfermedad.
La investigación mostró una notable diferencia en el nivel de confianza hacia la vacuna entre quienes optarían por darse las dosis contra el dengue y quienes no. Los primeros registraron un índice de confianza de 89 puntos, considerablemente más alto que los 68 puntos de aquellos reticentes a la vacunación.
Este dato subraya la recepción positiva de la vacuna contra el dengue entre la mayoría de la población, destacando la confianza en esta medida preventiva como un factor clave para su aceptación.
Por otro lado, el estudio también reflejó la percepción frente a la vacunación contra el COVID-19, específicamente en lo que respecta a las dosis de refuerzo.
Un hallazgo preocupante es que casi la mitad de los argentinos (46%) no planea recibir la dosis de refuerzo contra el coronavirus. “Este dato adquiere relevancia ante la posibilidad de enfrentar nuevas olas de contagio y el riesgo de incremento en el número de casos graves, especialmente entre la población vulnerable”, dijo a Infobae el coordinador de Proyectos de la Fundación Bunge y Born.
Además, el relevamiento expuso un desconocimiento significativo respecto a las recomendaciones del Ministerio de Salud sobre la aplicación anual de al menos un refuerzo de la vacuna COVID-19 para personas mayores de 6 meses.
Y otro dato que explica la poca concurrencia a los vacunatorios para protegerse del COVID es que 4 de cada 10 personas (37%) consideró que esta recomendación sobre los refuerzos era falsa. “Respecto de la baja aceptación general de los refuerzos contra el COVID, vemos que se abre una posibilidad de mejora en cuanto a información y canales de comunicación para reforzar la importancia de esta vacuna en toda la población”, agregó Ichazo.
Acceso a las vacunas
Los menores de 20 años y los mayores de 65 años son los grupos que mostraron niveles más bajos de acceso que el resto de los segmentos etarios.
El índice de acceso tuvo cambios en la medición en 2022, por lo que la comparación sólo se realiza con respecto a ese año. Las dimensiones del análisis son: información sobre dónde vacunarse, costos involucrados, y en cuanto a los vacunatorios: facilidades generales de acceso, dificultad en llegar, rechazo previo, horarios y tiempos de espera. El índice de acceso se posicionó en 2023 en 67,9 puntos, un 2,2% menos que el año anterior.
Aumentó la desigualdad y la brecha en el acceso a las vacunas por nivel educativo que va desde 55,5 puntos para quienes tienen primaria incompleta a 81,3 en las personas con posgrados o más.
“Vemos que Argentina se volvió un país más desigual en términos de acceso a la vacunación. Por eso consideramos que es de suma importancia doblegar los esfuerzos de de la vacunación hacia estos segmentos específicos, hacia aquellos con menores niveles educativos, incluso los más vulnerables, ya que son los más perjudicados por sus posibilidades de acceso respecto al resto de la sociedad”, consideró Ichazo.
Otro de los datos importantes del estudio mostró que el 20% de los participantes reveló haber recibido consejos de su médico contra la vacunación por considerarla insegura.
Este hallazgo sugiere una asociación entre las recomendaciones de algunos profesionales de la salud de no vacunar y un descenso en los niveles de confianza hacia estas protecciones inmunológicas. “Vale aclarar que nuestro informe es observacional y no muestra causalidad”, subrayó Ichazo, aunque señaló que la correlación es fuerte.