El lado B de la Asamblea Legislativa: peronistas de espaldas y escuchando música y una barra que “hinchó” por Milei 90 minutos
El presidente Javier Milei tuvo su primera apertura de sesiones ordinarias en modo La Libertad Avanza: cambios de estilos, de estética y cantos libertarios.
Lo primero que apareció hoy en el recinto fue el atril donde se paró el Presidente apenas llegó al recinto. Esa forma de exponer fue una novedad en las 142 oportunidades que se realizó la apertura de sesiones, tanto como que el Presidente asista con la banda presidencial y el bastón de mando, dos símbolos innecesarios para la ocasión.
Además del atril, el primero en ingresar al recinto fue el diputado José Luis Espert. Al poco tiempo lo hicieron los senadores de LLA, que se sentaron raudamente a pocos metros del lugar desde donde iba a hablar Milei. Sin embargo, como son solo siete, quedaron lugares vacíos que fueron ocupados por los senadores kirchneristas José Mayans y Juliana Di Tullio. Esta última no le bajó la mirada durante los 73 minutos que duró el discurso presidencial.
El recinto lo recibió con bastante frialdad. Luego de la presentación de Victoria Villarruel como la vicepresidente -no permite que le digan vicepresidenta- ingresó Milei por uno de los pasillos de acceso de los legisladores. Sólos los libertarios y el PRO aplaudieron el ingreso, que lo hizo escoltado por un granadero en otra de las novedades que introdujo la Casa Rosada.
Esa dinámica se repitió en casi todo el discurso. Salvo algunos pasajes en los que se sumaron algunos radicales.
El bloque del peronismo finalmente se quedó en sus bancas. Aunque se especulaba con la posibilidad que se retiren del recinto, hubo una votación interna y ganó la postura de no irse. Sin embargo, hubo algunos legisladores que realizaron algunas maniobras.
Mario “Paco” Manrique decidió, cuando promediaba el discurso, girar su banca y seguir de espaldas la exposición del Presidente. Otro que también decidió aportar su presencia pero no su interés fue el rosarino Eduardo Toniolli. El diputado aprovechó que se había comprado unos auriculares nuevos y decidió ponerse a escuchar Hermética.
Pero mientras los balcones estaban colmados de militantes de LLA en su mayoría gente joven que cantaba “motosierra” y “Milei, querido, el pueblo está contigo”, fue notoria la ausencia de empresarios.
En el rubro de los hombres y mujeres de negocios solo se pudo ver a Rodolfo Donofrio en el palco que ocupó la familia Menem, junto a su pareja Zulemita Menem.
Milei hablaba, y el recinto seguía en silencio. Enumeraba recortes, la barra gritaba, y el recinto -salvo el PRO y LLA- seguía en silencio. Pero llegó el momento de los murmullos y fue cuando el Presidente hizo referencia a que la derogación de la ley de alquileres y que eso había repercutido en una baja de los valores de los alquileres. Ahí hubo risas y miradas cómplices desaprobando los dichos del presidente.
Aunque los bloques tenían decidido quedarse, hubo dos momentos en donde la tensión recorrió el recinto. El primero fue cuando Milei atacó a los radicales vía el ex gobernador Gerardo Morales. El Presidente hizo referencia al encarcelamiento de dos personas en Jujuy por propagar un chisme sobre la esposa del radical lo que hizo estallar a la barra y generó el murmullo de los legisladores. “Ofende el silencio de los que se dicen republicanos”, remató frente a la mirada y la inmutabilidad del bloque radical.
El segundo momento fue cuando decidió nombrar a Cristina Kirchner, Juan Grabois, Pablo Moyano, Sergio Massa y Máximo Kirchner a quienes los señaló como “los jinetes del fracaso”. El diputado Kirchner, sentado en la última fila al lado de la puerta, se mostró sorprendido y sólo atinó a reirse. Los diputados liberales festejaron la ocurrencia y junto a la militancia aplaudieron y gritaron vivas al Presidente.
Milei estaba llegando al final de su discurso y se había guardado un anuncio: el cierre de la agencia Télam. Nuevamente el bloque de La Libertad Avanza estalló en aplausos, pero el que se mostró más feliz fue el diputado del PRO Hernán Lombardi -básicamente se lo vio muy feliz durante todo el discurso- quien aplaudió, festejó y tiró besos al cielo.
Terminó su discurso, los diputados y senadores de la oposición se desconcentraron rápidamente. Los propios se sacaban selfies y lo saludaban. El Presidente bajó del estrado detrás del atril y se encaminó hacia la salida pero se volvió sobre sus pasos para saludar a los únicos que no había nombrado en su discurso y le dio la mano a cada uno de los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Retomó su camino y saludó a sus ministros, en especial a Luis Caputo y a Patricia Bullrich.
En paralelo, la militancia bajaba por las escaleras de la Cámara de Diputados cantando “la casta tiene miedo” y se quedaron un buen tiempo en los pasillos Luego, salieron y se sacaban fotos con el Congreso de fondo, quizás como un recuerdo de lo que ellos entienden que es la casa de la casta.