Economía

El BCRA analiza elevar el mínimo de $15.000 para extraer de un cajero de otro banco, sin actualizar desde 2020

Una mujer retira pesos argentinos de un cajero automático en Buenos Aires, Argentina. REUTERS/Cristina Sille (STRINGER/)

Las dificultades para operar con efectivo en medio de la inflación alta y los billetes pequeños para mucha gente trae además un obstáculo incómodo. El monto máximo para extraer dinero de un cajero perteneciente a un banco que no es el propio es de solamente 15.000 pesos diarios, una cifra que se volvió escasa con el correr del aumento de los precios.

Ante las constantes quejas de los usuarios, siempre presente en las redes sociales, el Banco Central analiza elevar ese monto obligatorio, fijado a comienzos de 2020, en plena pandemia, y que nunca fue actualizado. Acorde a los tiempos, en lugar de sancionar una norma que incremente esa cifra y termine con la incomodidad, el BCRA prefiere que los bancos y las redes de cajeros se pongan de acuerdo para hacerlo. “Basta de normas”, dicen en el Central.

Aunque la disparada de la inflación de los últimos años exime de cualquier explicación, vale aclarar que los bancos permiten a sus clientes llevarse de sus propios cajeros lo que deseen, fijando sus propios límites que pueden llegar hasta 300.000 pesos diarios para algunos clientes premium.

La extracción de efectivo en estaciones de servicio o supermercados a la hora de pagar con tarjeta de débito, también se actualizó: hoy se puede retirar hasta $70.000, siempre que el comercio los disponga. Esos límites son fijados por las propias tarjetas Visa y Mastercard, con actualizaciones periódicas para ajustarse al avance de la inflación. Para el comercio, la ventaja consiste en no afrontar el costo de trasladar el efectivo; para los usuarios, no tener la incomodidad de retirar solo 15.000 si no se dispone de una cajero de su propio banco.

Los cajeros automáticos han simplificado las transacciones financieras a nivel mundial, pero también han sido un problema en el mal uso - crédito Freepik
Los cajeros automáticos han simplificado las transacciones financieras a nivel mundial, pero también han sido un problema en el mal uso – crédito Freepik

Sin ánimo de sumar regulaciones, el BCRA está llevando adelante contactos entre las partes involucradas para subir ese exiguo límite de $15.000. También trabaja en expandir la posibilidad de que el retiro de efectivo en comercios antes descripto se pueda hacer no solo a la hora de pagar con tarjeta de débito sino también con código QR, algo que ya ofrece Mercado Pago.

La incomodidad también tiene un costo: retirar dinero de un cajero de otro banco tiene una comisión, que se incrementa si el banco en cuestión pertenece a otra red. Es el caso de un cliente de una entidad de Red Link que retira en un cajero Banelco, o viceversa.

La única excepción a esta regla es la extracción del dinero correspondiente a una cuenta sueldo o una cuenta de jubilaciones, pensiones o planes sociales. Quien retire esos haberes de cualquier cajero del país no tendrá ningún costo, sin importar el banco o la red a la que pertenezca ese cajero.

Cargado al máximo, un cajero puede contener 8 millones de pesos. Si las extracciones son de 200.000 o 300.000 pesos, el banco está obligado a recargarlo en forma constante, la vida útil del cajero se acorta y todo implica gastar más para mover menos plata

Y es en ese punto también donde aparece la oposición de los bancos a elevar el monto de extracción para que retiren sus no clientes, en especial si son jubilados o asalariados. Ningún banco quiere que le vacíen rápido sus cajeros y no tener efectivo para sus propios clientes. Los bancos con una gran red de sucursales y cajeros no quieren afrontar el costoso operativo de abastecerlos de dinero sin recibir retribución alguna. “Sacar solamente 15.000 pesos acostumbra a la gente a ir a los cajeros de su propio banco por la vía de la incomodidad”, explican con ironía en una de esas grandes entidades financieras.

Para los bancos, el costo de mantener los cajeros llenos de billetes es mucho mayor de lo que se puede suponer. Más allá de los costos logísticos y de seguridad que implica el traslado de dinero, tan bajo como la extracción diaria de $15.000 son los billetes máximos de 1.000 y 2.000 pesos. Cargado al máximo, un cajero puede contener 8 millones de pesos. Si las extracciones son de 200.000 o 300.000 pesos, el banco está obligado a recargarlo en forma constante, la vida útil del cajero se acorta y todo implica gastar más para mover menos plata.

La llegada de los nuevos billetes de 10.000 y 20.000, prevista para junio, traerá algo de alivio para el público porque los billetes de mayor denominación tendrán más poder de compra, siempre que la inflación no vuelva a dispararse. A su vez, el Gobierno no parece tener apuro para eliminar las incomodidades de los argentinos para operar en efectivo: los medios de pago electrónicos, cuyo uso no para de crecer, traen formalización de la economía y, en muchos casos, también recaudación impositiva.

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