Argentina, Brasil y Paraguay concentran el 89% de los casos de dengue en América Latina
El 89% de los afectados por el dengue en América Latina desde el inicio de 2024 son personas que residen en Brasil, Argentina, y Paraguay, según los casos reportados a la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En esos tres países, ya murieron al menos 588 personas por complicaciones de la infección, de acuerdo con las notificaciones de las autoridades nacionales.
Se trata de una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de las picaduras de hembras de mosquitos infectadas. La fiebre, el dolor intenso de cabeza, el dolor detrás de los ojos, el dolor en músculos y en articulaciones son sus síntomas más frecuentes.
Durante las últimas dos décadas, la incidencia del dengue a nivel mundial aumentó notablemente y ha pasado a ser un grave problema de salud pública. El año pasado, ya América Latina había sido la región más golpeada por la infección. Pero en esta temporada se está registrando un número mayor de casos con respecto al período anterior.
De acuerdo con la agencia sanitaria OPS, durante enero y febrero de 2024 se registró un total de casos de dengue que representan un aumento del 249% en comparación al mismo período del 2023. También implica un 354% de incremento con respecto al promedio de los últimos 5 años.
La epidemia es regional, pero con más impacto en el Cono Sur. México y los países de América Central han registrado más de 78.000 casos; Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador han notificado más de 122.000. Pero Brasil, Argentina y Paraguay se destacan por contabilizar 1.780.929 casos.
En las últimas semanas, Uruguay confirmó que también registra circulación autóctona del virus del dengue, con 8 personas afectadas.
En diálogo con Infobae, Thais dos Santos, asesora regional en vigilancia y control de enfermedades arbovirales de la OPS, explicó cuáles son hoy los factores que podrían estar influyendo en la epidemia en curso: “Actualmente observamos períodos de transmisión del dengue más prolongados de lo habitual, así como la propagación del virus en áreas donde históricamente no era común”.
El avance de la enfermedad “podría atribuirse al incremento de las temperaturas, ya que los climas más cálidos suelen crear condiciones más propicias para la proliferación y la expansión geográfica de los mosquitos vectores del dengue, así como para la transmisión del virus”, agregó.
“Es importante destacar que las enfermedades arbovirales, como es el dengue, sirven como un indicador del impacto del cambio climático en la salud, ya que son transmitidas por mosquitos sensibles a las variaciones de temperatura”, comentó la doctora dos Santos.
Además, la epidemia actual del dengue podría estar relacionada con el hecho de que durante la pandemia por la enfermedad COVID-19, “muchas personas pasaron más tiempo en sus hogares, y así se limitó la circulación del virus en las ciudades por personas infectadas y se redujo también la exposición al dengue. Como resultado, existe una acumulación de individuos susceptibles a la infección en la población durante estos años”.
A todo eso se le puede sumar que en la región hay circulación simultánea de los cuatro serotipos del virus del dengue que puede influir en la transmisión. “Una infección previa con un serotipo no proporciona inmunidad contra los otros serotipos, y aumenta así la susceptibilidad de la población a la enfermedad”, acotó.
El científico argentino Gonzalo Vázquez-Prokopec, que hizo su doctorado en la Universidad de Buenos Aires y hoy es profesor del departamento de ciencias ambientales de la Universidad de Emory en los Estados Unidos, junto con otros colegas, había advertido en agosto de 2021 en la revista Plos Neglected Tropical Diseases sobre el riesgo de que se produjera un aumento de los casos de dengue después de las restricciones por la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Ahora, al hablar con Infobae desde los Estados Unidos, el doctor Vázquez-Prokopec contó que la expansión del dengue está relacionada con una complejidad de factores, que incluye también la falta de adherencia de las personas que eliminar los criaderos de huevos y larvas en sus hogares.
“Es una enfermedad urbana transmitida por un mosquito como el Aedes aegypti que es muy eficiente como vector. Puede ocurrir que una persona sí elimine los criaderos de su hogar, pero si se encuentra en otros lugares de su ciudad puede adquirir la infección. Por lo cual, es clave que se desarrollen herramientas de un control integrado en cada ciudad. Es posible que el fenómeno de El Niño haya alterado patrones en cuanto a las lluvias y haya favorecido el aumento de las poblaciones de mosquitos que transmiten el virus”, afirmó.
En tanto, Fabio Ghilardi, referente médico para dengue de la organización sin fines de lucro Médicos Sin Fronteras, consideró, en diálogo con Infobae: “Los cambios ambientales como el calentamiento global y los períodos de sequía seguidos de fuertes lluvias pueden ser factores de riesgo para el aumento de casos de dengue, ya que crean condiciones favorables para la reproducción y propagación del mosquito”.
Además, Ghilardi, quien reside en Brasil, señaló que “ciertas características de las zonas urbanas y periurbanas de América Latina, como las grandes disparidades en el acceso al saneamiento, la presencia de recipientes que contienen agua y la presencia de poblaciones vulnerables, contribuyen a la abundancia de mosquitos Aedes aegypti.
Para desacelerar semejante epidemia de dengue, hay varias acciones por delante. La experta de OPS remarcó que “es crucial contar con la participación activa de las comunidades y las familias en la identificación y eliminación de posibles criaderos dentro de los domicilios y patios”.
Porque eliminar los criaderos es una responsabilidad compartida e implica cambios de comportamiento en el almacenamiento de agua y el manejo adecuado de objetos. También se deben adoptar medidas de protección personal para evitar las picaduras. “Se requiere la colaboración de las autoridades locales y de la sociedad en general para implementar acciones preventivas en espacios públicos como parques, escuelas, lugares de trabajo, entre otros”, subrayó dos Santos.
Existe también una vacuna para la prevención del dengue, que está autorizada en países como Brasil y Argentina. Aunque por el momento la OPS no recomienda que se incluya la vacuna del dengue en los programas de inmunización de los países.