Economía

Atraso cambiario, más importaciones y caída de actividad: las preocupaciones de la industria y un pedido a Caputo

El ministro de Economía, Luis Caputo, durante un encuentro que mantuvo en la UIA a fines del año pasado, ni bien había asumido el Gobierno

“Los industriales necesitan que los mimen un poco”, dijo a Infobae días atrás un directivo de la UIA, horas después de que el Ministerio de Economía anunciara facilidades financieras e impositivas para los importadores de productos básicos de alimentos y artículos de higiene y limpieza, con el objetivo de forzar una baja de precios al consumidor.

La decisión generó sorpresa entre los fabricantes, no sólo por la medida misma, sino por los argumentos esgrimidos por el presidente Javier Milei para justificarla. Los trató de “formadores de precios que no quieren bajar los productos que pricearon con un dólar a $1.500″, frase que circuló, con estupor, por los grupos de whatsapp de empresarios por ser parte del clásico discurso kirchnerista para explicar la inflación. “¿No era que el problema de la inflación era monetario y fiscal?”, se preguntaban, irónicamente, varios industriales.

El clima entre los empresarios del sector manufacturero está cada vez más caldeado. La actividad económica está en caída, no encuentra piso, y hay sectores que ya están suspendiendo y hasta despidiendo personal, con bajas de demanda de hasta 50% en algunos casos.

A ello se le suma la situación cambiaria, con un dólar oficial que camina lento y con un nivel de inflación que se mantiene elevado y que debe atravesar aún meses complejos para mostrar si efectivamente inició un camino de desaceleración sostenido.

¿No era que el problema de la inflación era monetario y fiscal?, se preguntaban, irónicamente, varios industriales

El dato de inflación de febrero mostró una baja (fue 13,2%), pero se trata de apenas un registro; el dato de marzo será importante para avizorar mejor una tendencia, sostienen los empresarios; y en las primeras dos semanas del mes varias consultoras registraron una aceleración en alimentos y bebidas.

“Que la inflación vaya cediendo, en un contexto de tipo de cambio planchado, es clave, ya que, de lo contrario, las presiones por una nueva devaluación por pérdida de competitividad no tardarán en llegar”, advierten los economistas.

En la UIA también están siguiendo muy de cerca lo que sucede con las importaciones, más aún teniendo en cuenta que el Gobierno, con el propósito de forzar una baja más rápida de la inflación en ciertos sectores, está generando incentivos que afectan a los productores nacionales.

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La decisión oficial de facilitar las importaciones de alimentos básicos y productos de higiene y limpieza para forzar una baja de precios fue tomada con mucha sorpresa y temor por los industriales

En el caso de los alimentos, higiene y limpieza, además de medicamentos, la ventaja anunciada fue que podrán pagarse a 30 días al dólar oficial, cuando hoy la mayoría de los sectores lo hacen en cuatro cuotas iguales de 25%; y además, a las importaciones de esos productos (son unas 3.200 posiciones arancelarias, según se publicó este jueves en el Boletín Oficial) se les suspenderá por 120 días el cobro de la percepción de IVA adicional e impuesto a las ganancias.

Hoy las importaciones están completamente habilitadas. Si bien existe el régimen informativo SEDI, que reemplazó a las SIRA, los pedidos se autorizan casi inmediatamente.

Si bien existe el régimen informativo SEDI, que reemplazó a las SIRA, los pedidos se autorizan casi inmediatamente

Sigue siendo un problema el acceso inmediato a los dólares, por lo cual esta flexibilización anunciada fue interpretada en la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal) como discriminatoria y riesgosa para el desarrollo de la producción local y el empleo.

“La apertura fuerte te puede disciplinar un poco los precios, pero si lo hacés a nivel agregado, la industria genera 1,2 millón de puestos de trabajo en blanco; puede aumentar mucho el desempleo y lo que ganás en precio podés perderlo en consumo”, dijo un referente de la central fabril.

La apertura fuerte te puede disciplinar un poco los precios, pero si lo hacés a nivel agregado, la industria genera 1,2 millón de puestos de trabajo en blanco; puede aumentar mucho el desempleo (Reuters)
La apertura fuerte te puede disciplinar un poco los precios, pero si lo hacés a nivel agregado, la industria genera 1,2 millón de puestos de trabajo en blanco; puede aumentar mucho el desempleo (Reuters) (MIKE BLAKE/)

Otro industrial consideró que las importaciones van a ir aumentando mientras el dólar siga relativamente quieto y los costos internos sigan subiendo fuerte. “Si quieren que compitamos, primero el Gobierno tiene que resolvernos el tema impositivo y laboral. De lo contrario, nos están mandando al cementerio. Si no nos ayudan para ser competitivos, no nos abran la importación”, se quejó el textil Pedro Bergaglio, productor de sweaters y de capelladas para zapatillas y miembro de la Fundación ProTejer.

El empresario se mostró muy preocupado por la situación que atraviesa la industria, con un uso de la capacidad instalada de apenas 36% y ventas que caen entre 40% y 50%. “En los últimos 60 días no entró ni un pedido. Hay mucho stock. No sólo va a bajar la inflación, sino que va a haber deflación”, disparó el industrial.

En el sector de indumentaria repasan las cifras de inflación del Indec de febrero y remacan que el rubro viene creciendo en precios mucho menos que el promedio, cuando pos pandemia lideraba los aumentos. Entre noviembre de 2022 y febrero de este año, mientras que el IPC trepó 349%, los precios de la ropa aumentaron 219,8% y los del calzado, 307,3%, reflejó un informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).

En el sector de indumentaria repasan las cifras de inflación del Indec de febrero y remacan que el rubro viene creciendo en precios mucho menos que el promedio

Sobre la posibilidad de que los comercios puedan mejorar sus precios mediante la mayor importación, tanto desde el sector textil como en algunas marcas consultadas lo relativizaron y coincidieron en que el impacto sería bajo. “Históricamente, podríamos decir que el importado era competitivo por costo, calidad y abastecimiento. Al dispararse el tipo de cambio, empiezan a perder competitividad. Pero ahora que se plancha el tipo de cambio y los costos nacionales siguen subiendo vuelve a ser competitivo”, dijo una fuente de una marca de ropa femenina con locales en shoppings.

Sin embargo, también reconoció que “el costo del producto propiamente dicho en el precio final neto de IVA no es lo más significativo, a diferencia de otros costos como el de ocupación, laboral, impuestos y tasas, fletes, servicios, mantenimiento, obras y estructura empresaria”.

Sector textil en el Perú
La industria textil es una de las más afectadas por el freno de la actividad; la utilización de la capacidad instalada de febrero fue del 36 por ciento (Fuente: Andina /)

Por otra parte, en un contexto de caída de ventas que se perfila para este 2024, con un aumento sostenido de costos y gastos fijos, la ecuación cambia significativamente y el impacto en precio de comprar una prenda en el exterior en lugar de fabricarla localmente podría ser mucho menor todavía, precisó la fuente. “Lo que manda es la demanda. Si el consumo tira, por más importado que traigas, los precios no van a bajar”, se sinceró otro industrial del sector.

El sector de madera y muebles es otro de los que se encuentra en una situación muy compleja. De hecho, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) emitió un comunicado en el que afirma que la actividad de los aserraderos proveedores del mercado interno han experimentado una disminución del 40% en su actividad en los últimos 60 días y que a pesar de haber recuperado cierta competitividad en el mercado internacional gracias a la devaluación, “el acelerado ritmo inflacionario generó un atraso del tipo de cambio real que pone en peligro la viabilidad de las exportaciones foresto industriales”.

También se está viendo golpeada la fabricación de tableros contrachapados, ligado estrechamente a la industria de la construcción, lo mismo que el sector de carpintería en obra y construcción con madera.

La caída en la producción de muebles y colchones en enero fue del 24,6% interanual

En cuanto al sector mueblero, la demanda interna cayó fuerte por la merma salarial y la falta de financiamiento. La caída en la producción de muebles y colchones en enero fue del 24,6% interanual y esta situación se ve agravada por el aumento de los costos de producción y la apertura comercial, dice el comunicado, al mencionar el riesgo laboral en un sector que tiene 30.000 empleos directos y 15.000 indirectos.

¿Reunión con Economía?

En este contexto, en el que nadie sabe si la actividad arrancará o no, y si lo hace, en qué tiempo lo hará, los empresarios nucleados en la UIA quieren volver a reunirse con el ministro de Economía, Luis Caputo.

“Toto”, como lo llaman, ya estuvo en la sede de la entidad apenas asumió el Gobierno, pero la idea ahora es escuchar cómo marcha su plan y qué perspectivas avizora para los próximos meses. En principio, algunos estarán presentes en el almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) al que asistirá el ministro, el próximo jueves.

“Toto”, como lo llaman todos, ya estuvo en la sede de la entidad apenas asumió el Gobierno, pero la idea ahora es escuchar cómo marcha su plan y qué perspectivas avizora para los próximos meses (Reuters)
“Toto”, como lo llaman todos, ya estuvo en la sede de la entidad apenas asumió el Gobierno, pero la idea ahora es escuchar cómo marcha su plan y qué perspectivas avizora para los próximos meses (Reuters) (Agustin Marcarian/)

“Hay bastante conciencia en la UIA de que parte de la recesión actual fue generada por el gobierno anterior, pero lo que agudiza bastante el malestar es que falta un discurso que contenga un poco. Este gobierno no te mima en términos de política industrial”, contó a este medio un dirigente fabril.

Con respecto a las posiciones dentro de la central fabril, la fuente remarcó que están los industriales que creen que la macroeconomía se va a ordenar y la actividad se terminará recuperando en el mediano plazo; los más pesimistas que sostienen que el programa no funcionará y la actividad seguirá en caída; y aquellos que sostienen que la macro se mantendrá ordenada a costa de una recesión prolongada.

Hay bastante conciencia en la UIA de que parte de la recesión actual fue generada por el gobierno anterior, pero lo que agudiza bastante el malestar es que falta un discurso que contenga un poco

“Queremos hablar con él sobre el plan. Cómo se acomoda la macro, del impacto en las empresas, de las últimas medidas (vinculadas con las importaciones de alimentos) y ver qué se puede hacer con las pymes, ver cómo se las puede ayudar para atravesar este período recesivo”, precisó un miembro del comité ejecutivo de la UIA.

Y otro dijo: “La expectativa es tratar de explicarle al ministro qué cosa puede hacer el industrial y qué cosas tiene que hacer el Estado para mejorarle la economía a la gente. Las reformas de primera, segunda y tercera generación van a impactar más que habilitar una mayor importación”.

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