Cómo Bill Gates quiere frenar al VIH con el apoyo al desarrollo de vacunas
El empresario y filántropo Bill Gates quiere que la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, más conocido como VIH, “forme parte del pasado” y desde hace más de 20 años apoya investigaciones científicas en busca del desarrollo de vacunas eficaces, seguras y accesibles contra la infección.
Ya hubo muchos intentos en el mundo para contar con esas vacunas, pero no han resultado exitosos, y la humanidad aún las necesita. En 2022, 630.000 personas murieron por causas relacionadas con el VIH y más de 1,3 millón adquirieron la infección en el mundo, de acuerdo con Onusida.
En América Latina y el Caribe, cada día se registran 30 nuevos casos de infecciones entre adolescentes y jóvenes, con edades comprendidas entre los 10 y 19 años, según UNICEF. El VIH no da síntomas. Por lo tanto, la única manera de saber si alguien contrajo el VIH es a través de un test.
Las investigaciones sobre el VIH empezaron con identificar al patógeno que causa la infección y siguieron con los intentos de desarrollos de tratamientos, pruebas de diagnóstico y vacunas. La situación del VIH ha mejorado lentamente desde 1983 hasta la actualidad.
De acuerdo con el programa Onusida, hubo una ralentización en el ritmo al cual se van reduciendo las nuevas infecciones. Se fue aumentando el acceso al tratamiento y se va terminando con las muertes relacionadas con el sida. Hoy incluso hay medicamentos que se utilizan de manera sistemática como “profilaxis previa a la exposición (PrEP)” y pueden reducir en más de 90% el riesgo de contraer la infección.
Cuáles son las iniciativas en curso
Están pendientes, entonces, las vacunas, y Gates decidió recientemente apoyar a dos iniciativas prometedoras. A través de la Fundación Bill y Melinda Gates se dio un subsidio al investigador Rogier Sanders, del UMC de Ámsterdam, en Países Bajos. “Esperamos desarrollar una vacuna preventiva diseñando y probando inmunógenos que induzcan la producción de anticuerpos neutralizantes. Hasta ahora, nadie lo ha conseguido”, contó Sanders a través de un comunicado.
“Todas las vacunas que han fracasado hasta ahora no han sido capaces de inducir anticuerpos neutralizantes, y mucho menos anticuerpos ampliamente neutralizantes. Pero hay progresos muy agradables en comparación con estos estudios anteriores”, señaló.
El equipo de Sanders está formado también por investigadores de la Universidad de Stanford, el Weill Cornell Medical College y la Universidad de Luisiana, en los Estados Unidos, intentará que la vacuna se dirija específicamente a células del sistema inmune que sean capaces de producir anticuerpos y que puedan neutralizar al patógeno. Ya hizo un estudio de fase I en voluntarios de Nueva York, Washington y Ámsterdam.
“Tenemos la esperanza de que con el tiempo logremos desarrollar una vacuna eficaz contra las numerosas variantes del VIH”. Con el subsidio de 4,5 millones de euros, el científico espera alcanzar sus objetivos en un plazo de cinco años.
Por otra parte, una viróloga de la Universidad de Zurich, en Suiza, usará un subsidio para evaluar la inmunización en grupos de personas viviendo con el virus en Suiza y Sudáfrica.
Se llama Alexandra Trkola y es catedrática de Virología Médica. Junto con colaboradores como Penny Moore, de la Universidad de Witwatersrand y NICD, y Nigel Garrett, del Centro para el Programa de Investigación del Sida en Sudáfrica, harán un estudio multinacional. El objetivo es estimular la producción de anticuerpos ampliamente neutralizantes al administrar vacunas a personas seropositivas que siguen un tratamiento antirretroviral y que están viralmente suprimidas.
Por qué es tan difícil el desarrollo de vacunas para VIH
En diálogo con Infobae, el doctor José Esparza, quien fue líder del grupo de Vacunas del Programa Onusida y ex-investigador en la Fundación Bill y Melinda Gates, comentó que generalmente “las vacunas se desarrollan tratando de imitar las mismas respuestas inmunes protectoras que se inducen en las personas infectadas. Sin embargo, en el caso del VIH se desarrollan diferentes respuestas inmunológicas”, expresó el doctor Esparza, que nació en Venezuela y hoy es profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
En las personas viviendo con el VIH “se establece una carrera entre la inducción de anticuerpos capaces de neutralizar la infectividad del virus, y su continua mutación que le permite escapar de los anticuerpos generados. Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes desarrollan lo que conocemos como “anticuerpos con gran rango de neutralización”, aclaró el científico.
Desde la perspectiva de Esparza, quien no participa en las dos nuevas iniciativas, el proyecto de Sanders tratará de inducir esos anticuerpos neutralizantes de amplio rango, utilizando versiones sucesivas de vacunas que vayan dirigiendo el sistema inmune. Esas vacunas se ensayarán en grupos pequeños de voluntarios sanos.
Con respecto al proyecto de Alexandra Trkola, de Suiza, “examinará las diferentes respuestas inmunes que se desarrollan en personas viviendo con VIH. Se tratará de identificar aquellas respuestas, que aunque de una manera parcial confieran cierta protección contra la progresión a la infección”, puntualizó Esparza.
Pequeños grupos de voluntarios viviendo con el VIH serán inmunizados con vacunas experimentales para verificar si aumentan las respuestas inmunes tentativamente identificadas como protectoras. Como es para personas ya viviendo con el VIH se tratará de vacunas terapéuticas.
Consultado por Infobae, el doctor Marcelo Losso, director del Servicio de Inmunocomprometidos e investigador responsable del área de enfermedades emergentes del Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires en Argentina, valoró las dos nuevas iniciativas.
“La propuesta de Sanders persigue la identificación de moléculas que puedan generar una respuesta con anticuerpos neutralizantes y el testeo de su funcionalidad”, dijo Losso. “Los aportes de su grupo de investigación en la estabilización de proteínas que luego son reconocidas con más facilidad por el sistema inmune han sido muy importantes para el desarrollo de otras vacunas que fueron exitosas, como las del virus sincicial respiratorio y del SARS-Cov-2″, destacó.
En tanto, la propuesta de los investigadores de Suiza y Sudáfrica “involucra la exposición de pacientes con infección por VIH estables a otros inmunógenos con el fin de generar anticuerpos neutralizantes y luego testearlos con fines preventivos”, sostuvo.
Qué pasó con las vacunas para VIH en el pasado
Se han intentado muchos desarrollos de vacunas en el pasado, pero -según Esparza- la única vacuna probada en fase III que demostró cierta eficacia fue la que se probó en Tailandia. Los resultaron se conocieron en el 2009. “La eficacia protectora fue muy baja (31%), por debajo del 50% que podría justificar su uso en salud pública. Más aún, cuando una vacuna con similar diseño se probó en Sudáfrica, demostró no ser eficaz. En ciencia hablamos de que los resultados no fueron confirmados o generalizados”, resaltó.
En 2023, se canceló el estudio Mosaico en fase III que evaluó una vacuna preventiva para VIH e incluyó voluntarios de centros de Argentina, Brasil, España, Estados Unidos, Italia, México, Perú y Polonia. Si bien la vacuna resultó ser segura, se determinó que el régimen no era eficaz para prevenir la infección por VIH en comparación con el placebo.
Tras tantos intentos fallidos en el pasado, “se volvió al laboratorio”, comentó el científico Esparza. Ahora entonces se busca explorar diferentes vacunas experimentales diseñadas para inducir anticuerpos o inmunidad celular, como las dos nuevas iniciativas.
El doctor Esparza reconoció que hay un gran desafío por delante: “Muchas vacunas efectivas que se han desarrollado contra otras enfermedades no bloquean totalmente la replicación del virus. Pero eso es suficiente para detener la infección en una etapa temprana. En cambio, el caso de la infección por VIH es más complicado. Porque si la persona se vacuna y el virus llega a replicarse aunque sea mínimamente, se puede integrar en el ADN de la célula humana y puede establecer una infección crónica difícil de controlar. Por eso hablamos de que una vacuna contra el VIH debe establecer una inmunidad esterilizante, y es un objetivo muy difícil de alcanzar”.