¿Devaluar o no devaluar?: las estimaciones enfrentadas de grandes bancos extranjeros e consultoras locales
La proximidad con el objeto de estudio puede mostrar detalles que deforman la realidad. Por eso, quizás la mirada más lejana de las entidades que buscan el mejor asesoramiento para sus clientes puede ser la más aproximada.
Si esas entidades son extranjeras, mejor. Y si tienen renombre en el mundo, sería ideal.
Por caso, HSBC, el banco global de origen británico, revisó todas sus proyecciones cambiarias sobre la Argentina y ahora ve al dólar oficial a $1.600 a fin de año. Su estimación anterior era de $2.000, el precio que estima ahora para junio de 2025. En ese mes, bajó en $500 su pronóstico; en los informes anteriores trabajaba con una hipótesis de un dólar a $2.500 para mediados del año que viene.
Si se lo une a las proyecciones de JP Morgan, el mayor banco de Estados Unidos, que prevé un fuerte rebote de la economía de 5,2% para 2025 con una inflación de 40% y que también redujo su pronóstico de suba de precios de este año, aunque de manera leve, a 200% anual, se puede ver que la Argentina está en la consideración del mundo.
Si además se combinan los pronósticos de ambas entidades, el panorama es optimista porque con el dólar de $1.600 para fin de año que proyecta HSBC, la inflación debería ser menor a 200% anual que proyecta el banco de Estados Unidos.
Por otra parte, estiman las reservas netas en USD -5.000 millones y las líquidas en USD 7.600 millones.
En el Gobierno recibieron los informes con optimismo porque les aumenta la esperanza de hacer una buena elección de medio término. La inflación mensual de 2025, decreciendo puede llegar a ser de 1,5% mensual o menos al momento de los comicios.
Mientras los bancos extranjeros hicieron una observación panorámica, las consultoras locales, apuntan a detalles que no se pueden obviar para que el programa económico avance.
La consultora EconViews, hace hincapié en el tipo de cambio y la dolarización. “Los 1.300 pesos por dólar de enero pueden ser vistos como desproporcionados. Los 1.000 pesos de fin de marzo ya tienen gusto a poco. No estamos pensando en que haya objetivos de tipo de cambio real. Pero si pensamos que para esta parte del ciclo económico la Argentina necesita un dólar más alto. Es cierto que eso generaría un poquito más de inflación, pero no creemos que sea mucho más. La implicancia del dólar barato es que desaparecen los incentivos para traer capitales ya sea para inversiones reales como financieras, se desincentiva la exportación de bienes y de servicios”, señaló.
Más adelante agregó que un proyecto de inversión que costaba USD 1.000 millones hace 2 meses y hoy cuesta 40% más. “Será difícil que los directorios de las multinacionales se tiren de cabeza, más allá de las oportunidades que ofrece la Argentina”, estimaron.
EconViews advirtió también que la mejora en la posición de reservas tiene como contracara deudas de importaciones de estos meses y de Bopreal, aseguran ser optimistas, pero creen que se deberían hacer pequeños cambios al modelo que pueden generar grandes diferencias positivas. “Evitar el salto discreto del tipo de cambio debería ser una prioridad. La opinión pública banca, pero no es necesario probar los límites. El as en la manga puede ser la unificación del tipo de cambio. Ahí empieza la verdadera historia y para eso es menester tener una política fiscal, cambiaria y monetaria que sea vista como consistente. No estamos lejos, pero se necesita algo más de flexibilidad”, explicaron desde la consultora de Miguel Kiguel.
En F2, de Andrés Reschini, también ve un problema en la política cambiaria. “Las reservas brutas siguen estancadas en zona de USD 27/28 millones y mientras Milei asegura que no se modificará el ritmo devaluatorio porque no hay brecha es difícil imaginarse al sector exportador liquidando a toda máquina cuando la brecha está distorsionada por el blend de 80/20 y un alto grado de restricciones cambiarias. Claramente esta brecha no puede ser la de finales de la gestión anterior pero tampoco es demasiado sincera ya que de serlo las restricciones se levantarían de inmediato”, afirmaron.
“Evitar el salto discreto del tipo de cambio debería ser una prioridad. La opinión pública banca, pero no es necesario probar los límites” (Econviews)
Sobre lo que puede suceder en el mes que comienza F2 indicó que abril será muy importante ya que la cosecha gruesa va a acelerar y el ritmo de liquidaciones nos dará una impresión más acabada de la capacidad para acumular reservas bajo el esquema actual. “Podría ser riesgoso enamorarse del ancla cambiaria. Milei habló de que la economía se monetizará a partir de los dólares que la gente sacará del colchón, algo así como que él pone la estabilidad y el pueblo los dólares. La idea no luce nada mal, pero creemos que aún falta para que entren al sistema ahorros ya que todavía persisten demasiadas restricciones y falta que la política valide reformas a largo plazo. A favor, hay alto grado de apoyo de la sociedad y eso se manifiesta en la alta imagen positiva del Presidente. Algunos bancos ya comenzaron a bajar tasas para plazo fijo y los sintéticos siguen recortando los retornos, anticipándose a lo que podría ser un nuevo recorte”, aseguraron.
Para la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade), por su parte, “la estabilidad cambiaria continúa y sigue vigente el crawling peg del 2% mensual que, con inflaciones altísimas en los últimos tres meses, atrasaron el tipo de cambio. El mercado descuenta que más temprano que tarde vendrán cambios en el esquema cambiario, pero no hay certezas de cuáles podrían ser esos cambios. La inflación está bajando, la cosecha está llegando y el tipo de cambio real también está coqueteando con su límite”.
“Podría ser riesgoso enamorarse del ancla cambiaria. Milei habló de que la economía se monetizará a partir de los dólares que la gente sacará del colchón, algo así como que él pone la estabilidad y el pueblo los dólares” (F2)
Todo parece indicar que no se podrían dilatar mucho más las novedades en materia de política cambiaria. Dado que tanto el presidente Javier Milei como el ministro Luis Caputo enfatizan que no habrá otra devaluación (atentaría contra la desinflación), el escenario más probable sería que se incremente el crawling peg.
Los informes plantean un dilema: ¿una devaluación no alteraría el escenario optimista que plantearon los dos grandes bancos extranjeros?
Los inversores, en medio de las bajas del mercado del futuro, no creen que esa respuesta llegue en abril.