La historia de René Malinow, el médico argentino que emigró a EEUU y logró un importante descubrimiento sobre el corazón
El destacado médico argentino Manuel René Malinow, tras emigrar a Estados Unidos en 1963, realizó contribuciones significativas al ámbito de la cardiología que resonaron en todo el mundo científico. Graduado de la Universidad de Buenos Aires a los 23 años, Malinow dedicó su vida a la investigación sobre enfermedades cardiovasculares, específicamente estudiando cómo afectan el colesterol y un peculiar aminoácido, la homocisteína, al corazón.
Su carrera, que se extendió por cuatro décadas en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón, culminó con el descubrimiento de la relación entre altos niveles de homocisteína en sangre y el incremento en el riesgo de infartos cardíacos.
Malinow, quién falleció a los 90 años, dejó un legado inconmensurable no solo en el campo científico, donde publicó más de 490 trabajos de investigación que han sido citados en más de 14.000 ocasiones, sino también en su familia. Sus hijos, Ana y Roberto, siguieron sus pasos en el mundo de la medicina, desempeñándose, respectivamente, como pediatra y neurocientífico.
La influencia de Malinow se extiende a través de generaciones de médicos y científicos que consideran sus hallazgos fundamentales para el entendimiento actual de la salud cardiovascular.
El reconocimiento a su trabajo llegó de múltiples frentes. Fue honrado con la Medalla de Oro del Congreso de Cardiología y, en 1992, la Fundación de Investigación Médica de Oregón le otorgó el Premio Discovery por sus descubrimientos significativos en la medicina. Además, el Colegio Americano para el Avance en Medicina y la Sociedad Argentina de Cardiología lo distinguió con premios que subrayan su importancia como científico y su contribución a la medicina.
Años antes de trasladarse a Oregon, Malinow completó una beca en cardiología en el Hospital Michael Reese en Chicago, Illinois. Este paso fue crucial para sus investigaciones posteriores sobre la arteriosclerosis y otros comportamientos cardíacos. Su foco en la homocisteína, un aminoácido entonces poco estudiado, marcó un punto de inflexión en el entendimiento de cómo nutrientes específicos y su deficiencia pueden impactar directamente en el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
“De los primeros en mostrar la importancia del ejercicio, el colesterol y la homocisteína en relación con el corazón”, reporta The Oregonian. Esta cita encapsula la innovación y la visión adelantada de Malinow en una época donde estos factores no eran ampliamente reconocidos por la comunidad médica como determinantes en la salud del corazón.
El médico argentino se focalizó en el rol de un aminoácido como factor de riesgo: la homocisteína. Utilizada para producir nutrientes, este aminoácido en exceso puede dañar el revestimiento de las arterias, potenciando así los riesgos de arteriosclerosis. Las vitaminas B12, B6 y el ácido fólico, encargadas de la disolver la homocisteína para elaborar nutrientes, en niveles bajos pueden no suplir su tarea correctamente, lo que aumenta la homocisteína en sangre.
Su estudio sobre el impacto de la homocisteína reveló que una de cada cuatro personas con niveles elevados de este aminoácido en sangre moriría a causa de un infarto, un hallazgo que resalta la importancia de controlar factores dietéticos en la prevención de enfermedades cardíacas.
La historia de Malinow es también la de un emigrante que, tras dejar su natal Argentina, encontró en Estados Unidos el entorno necesario para desarrollarse y contribuir significativamente a su campo de estudio. Su paso por el Hospital Ramos Mejía en Buenos Aires y la Universidad de Buenos Aires fueron los cimientos de una carrera distinguida que continuaría y florecería en el norte, marcando el camino para futuras generaciones de médicos y científicos argentinos en el extranjero.
Este legado, nutrido tanto por sus contribuciones científicas como por el ejemplo de su carrera y vida, perdura a través de su familia y de los cientos de médicos y científicos que lo consideran un mentor. Manuel René Malinow no solo transformó nuestro entendimiento de la medicina cardiovascular, sino que también demostró la importancia de la perseverancia, la curiosidad científica, y el impacto que un individuo dedicado puede tener en el bienestar global.
Entre sus descubrimientos más importantes, se encuentran la detección de enfermedades y comportamientos cardíacos. Inclusive, fue “de los primeros en mostrar la importancia del ejercicio, el colesterol y la homocisteína en relación con el corazón”, según detalla el portal The Oregonian.
Manuel René Malinow nació en la capital argentina en 1920. Tras graduarse del Colegio Nacional de Buenos Aires, hizo sus estudios de medicina en la UBA y se recibió como médico en 1944. Ya recibido desarrolló su carrera en el Hospital Ramos Mejía hasta 1963, cuando una oportunidad de trabajo cambió su vida: por concurso, ingresó en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón (ONPRC). Con ilusiones y mucha voluntad de trabajo se estableció en Portland, ciudad más importante de Oregón, junto a su esposa Marta Arias, y sus hijos Ana, Sebastián y Roberto. Allí, permaneció durante cuatro décadas como científico senior.
Tras obtener su título como médico en la Universidad de Buenos Aires, Malinow permaneció en Argentina cerca de 20 años hasta emigrar al norte de los Estados Unidos. También supo completar una beca en cardiología en el Hospital Michael Reese en la ciudad de Chicago, Illinois.