Del antiguo Egipto a las redes sociales: cuando la devoción por los gatos puede convertirse en una “religión”
Mucha gente ama a los gatos. Pero hay sentimientos que van más allá de la explicación y estos amantes se vuelven devotos de sus felinos. En los últimos años, esa pasión ha trascendido el hecho de tener una mascota, convirtiéndose en un auténtico estilo de vida para muchos de sus aficionados.
Así surge el fenómeno viral que sorprende en redes sociales que con humor llaman “gatolicismo”. ¿De qué se trata? Se trata de un término informal que une el término “gato” con “catolicismo” y se acuñó en algunos círculos para describir la devoción y el amor incondicional que algunas personas sienten hacia los gatos.
Aunque, por supuesto, no se trata de una creencia religiosa, ni de un sistema organizado, el concepto juega con la idea de un “culto” a los gatos, reflejando el fuerte vínculo emocional y la admiración que estos animales inspiran en muchos seres humanos. Así, los gatos parecen una verdadera religión.
Impulsado por la era digital, el “gatolicismo” y las redes sociales han jugado un papel crucial, con millones de fotos y videos de gatos compartidos a diario, celebrando su adorabilidad, sus travesuras y momentos cotidianos que resaltan su encanto. Pero la ciencia también puso el foco en nuestra relación con los adorados felinos.
“Existen varias características que compartimos los humanos con los gatos porque somos animales”, dijo la veterinaria Jimena Mangas (M.N. 9191), especialista en Bienestar Animal y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en diálogo con Infobae.
Sin embargo, advierte que los humanos le atribuimos características humanizadas y “lo que debemos asegurarnos es de poder entender qué es lo que verdaderamente necesitan”.
Pero, ¿qué es lo que hace a estos felinos tan especial hasta el punto de crear una comunidad global de admiradores y fascinación desde el antiguo Egipto?
Por qué amamos a los gatos
El fenómeno que también llamaremos “gatolicismo” es un punto de partida para indagar en lo que representa la profunda conexión que los seres humanos pueden llegar a tener con los gatos.
La doctora Patricia Pendry, de la Universidad Estatal de Washington, estudia las interacciones entre humanos y animales y publicó una investigación en la que describe este vínculo tan fuerte humano-felino. “Las respuestas sutiles y algo impredecibles que nos dan los gatos nos dan la percepción de que somos elegidos o percibidos como especiales”, dijo, y agregó: “nos cautiva el deseo de saber qué hará el gato, casi de una manera adictiva”.
Según Mangas, los gatos se han modificado a lo largo de los siglos para comunicarse con los humanos, una cuestión clave para comprender mejor por qué es tan intenso el lazo que se construye: “Existen algunos comportamientos que los gatos realizan solo para comunicarse con los humanos, como acercarse y saludar con la cola erguida como señal de bienvenida, frotar el flanco y la cabeza en nuestras piernas, entrecerrar los ojos si los miramos como forma de expresar afecto, seguirnos y compartir cosas que hacemos en la casa y el maullido para buscar atención o pedirnos algo”.
A su vez, la veterinaria y especialista en bienestar animal advirtió que otro punto fundamental en la relación con los gatos es “aprender sobre sus emociones y cómo las expresan para poder entenderlo y construir un vínculo más empático”.
Es decir, un humano forja una relación más cercana con su felino si, primero, se entiende que “un gato piensa, siente y quiere como gato y debemos respetar su voluntad”, según Mangas.
¿Qué otras herramientas hacen que el amor sea mutuo? Según detalla la experta, proveer objetos y estímulos adecuados para que los gatos puedan lidiar con situaciones que les disgustan, enojan, o temen son fundamentales.
A su vez, Mangas hace referencia que para vivir una vida con “gatitud” hay que evitar exponerlos a ciertas prácticas que pueden percibir como amenazantes sin el entrenamiento o una habituación adecuada, como tampoco someterlos a prácticas innecesarias que no aportan a su biología ni a su calidad de vida. Por último, sugiere evitar el contacto físico innecesario si el gato no lo busca.
Y agrega: “Amamos y admiramos a los gatos porque nos invitan a vivir el presente, a disfrutar del silencio”.
En esta misma línea, el neurocientífico del Instituto de Medicina Psicológica y Neurociencias Clínicas de Cardiff, Dean Burnett, sostuvo que los humanos tenemos un “impulso evolutivo” que nos genera querer cuidar a los bebés. “Estamos programados para responder a cosas que nos recuerdan a los bebés humanos. Es decir, a los gatos, perros y cachorros”, aseguró el experto.
En este sentido, Edwards Patiño, académica e investigadora del Lazo Humano-Animal en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootécnica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo en la Gazeta de esa institución que “tenemos una sociedad distinta, con familias ‘dinkys’ (parejas que no aspiran a tener hijos) o aquellas que postergan la llegada de sus hijos y, mientras, tienen un perro o un gato, que es parte de la familia”.
Y agregó: “Debido a que se han reducido las viviendas, convivir con un gato es mucho más fácil. Pero además su auge se debe a que se han abierto espacios para hablar de ellos, como festivales. Antes la gente no sabía que podía llevarlos al veterinario, y la medicina para ellos estaba muy atrasada”.
Por su parte, Nadia Osepyan es especialista en conductas felinas y autora del libro Comportamiento felino. Con más de 124 mil seguidores en su cuenta de Instagram, donde brinda tips esenciales para que la vida con un gato sea más sencilla, ahora se reconoce como la “referente indiscutida del gatolicismo en Argentina”.
Osepyan señaló que “el gatolicismo surge por el nivel de devoción que solo entienden los que comparten la vida con un gato. Cada relación es propia y, quien la ve desde afuera puede juzgarla o ridiculizarla. Es algo íntimo y cuando una persona ama a un gato es lo único que hace falta para ser un ‘gatólico’”.
Beneficios de amar a los gatos para la salud
“Los gatos nos prestan atención, alivian nuestra soledad, nos brindan consuelo, diversión y juego, afecto y un permiso único especial para acariciarlos y mantenerlos en nuestro regazo, lo que libera oxitocina, que suprime la producción de cortisol (una hormona del estrés)”, sostiene Pendry.
Las mascotas pueden proporcionar una especie de terapia de salud mental para los humanos, según el presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA), el doctor Petros Levounis.
“La tenencia de animales de compañía proporcionan mejores estrategias para afrontar el estrés, pueden fomentar una mayor empatía y compasión, y que su compañía “puede proteger a las personas de los estragos de la soledad”, afirmó Alan Beck, profesor de ecología animal y director del Centro para el Vínculo Humano-Animal de la Universidad Purdue de Indiana (Estados Unidos).
Estos beneficios se reflejan en una encuesta de la APA, que reveló que el 86% de los propietarios sienten que sus mascotas tienen un impacto mayoritariamente positivo en su salud mental; y que alrededor del 90% considera al animal como un miembro más de la familia.
Otro estudio respaldado por el Waltham Petcare Science Institute y publicado en Scientific Reports encontró un vínculo claro entre tener una mascota y una desaceleración del deterioro cognitivo relacionado con la edad. En la investigación también se descubrió que los dueños de gatos y perros disfrutaban de una mejor memoria a corto plazo en comparación con aquellos que no tenían mascotas.
Según el estudio financiado por APA junto a la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (American Veterinary Medical Association, AVMA), el 84% de los estadounidenses experimentan un impacto positivo en su bienestar gracias a sus compañeros animales.
Por su parte, la doctora Rena Carlson, presidenta de la AVMA, dijo que el vínculo entre las personas y sus animales es muy poderoso. Y agregó: “Desde ofrecer compañía y amor incondicional hasta reducir el estrés y la ansiedad, las mascotas pueden ser fuentes invaluables de consuelo y apoyo. Los resultados de esta encuesta refuerzan aún más la importancia de la tenencia responsable de mascotas y el papel fundamental que desempeñan las mascotas en nuestras vidas”.
Las mascotas pueden mejorar la salud cardiovascular. ¿Cómo? Aquellos que tienen un compañero animal reducen el riesgo de desarrollar presión arterial alta y pueden mejorar el control de la presión arterial en personas que ya tienen la afección, según se lee en un artículo publicado por Harvard Health.
Pero ¡atención!, ser “gatólico” tiene un beneficio extra: los dueños de gatos tienen una presión arterial más baja, según la Asociación Estadounidense del Corazón.