Política

Qué herramientas se pueden utilizar para combatir la desinformación en el mundo, el eje de un debate en la Legislatura porteña

La exposición de James Rubin, enviado especial y coordinador del Centro de Participación Global del Departamento de Estado de Estados Unidos, junto a la polaca Paula Rejkiewicz. (Adrián Escándar)

El desafío es clave y con una gran injerencia en la vida democrática de las naciones. La desinformación y la manipulación de la información cobran cada día mayor peso en la geopolítica internacional en un mundo convulsionado por guerras como la de Ucrania tras la invasión de Rusia. Por eso varias embajadas en nuestro país (Polonia, Reino Unido, Ucrania, Estados Unidos) se unieron para debatir este tema en la Legislatura de Buenos Aires este viernes, con varios paneles e invitados, como James Rubin, enviado especial y coordinador del Centro de Participación Global del Departamento de Estado de EEUU.

En el Salón Dorado de la Legislatura, en la denominada “Conferencia sobre desinformación en el contexto internacional actual”, las exposiciones estuvieron a cargo de la embajadora de Polonia, Aleksandra Piatkowska, los embajadores Marc Stanley (Estados Unidos), Yuri Klymenko (Ucrania), Amador Sánchez Rico (Unión Europea), Bhavna Sharma (subjefa de Misión de la embajada de Reino Unido) y Marcia Rosa Levaggi (subsecretaria de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina). El primero en hablar había sido Matías López, vicepresidente 1° de la Legislatura porteña.

La coincidencia fue unánime. Unir a los países democráticos, combatir la desinformación con nuevas herramientas especialmente ante la irrupción de la inteligencia artificial y contrarrestar el uso propangandístico de los gobiernos de Rusia y de China se escucharon como ejes principales en los diferentes discursos.

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Eduardo Serenellini, secretario de Medios del gobierno de Javier Milei, estuvo en la Legislatura, (Adrián Escándar)

En el debate principal James Rubin, enviado especial y coordinador del Centro de Participación Global del Departamento de Estado de Estados Unidos, que está de visita en el país por tres días, focalizó su exposición en la necesidad de mayor transparencia sobre el origen de cada información. “Amigos y aliados deben comprender que la comunicación también forma parte de su espacio soberano. Si la desinformación viola la soberanía se pierde el dominio de la información”, explicó.

“Debemos encontrar juntos las herramientas, el método para etiquetar si cada información fue desarrollada con inteligencia artificial o si es un hecho real para empezar a tener cierto control de cada una”, dijo. “Si se dice que hay armas químicas de Estados Unidos en Ucrania probablemente se crea, en cambio si se dice lo mismo de Rusia, muchos no lo creen”, especificó al momento de describir la circulación de información falsa o adulterada.

“Hay un lado oscuro con eje en Beijing, Teherán y Moscú que tienen la información blindada, nosotros estamos abiertos, siempre defendemos la libertad y eso crea nuevas esperanzas”, amplió.

“Nuestros adversarios se dieron cuenta que todo esto es muy útil para socavar a las democracias. No son nuevas las prácticas de Rusia o China, que en todas las regiones del mundo utilizan formas de moldear la información. Antes veíamos por televisión hechos como el de la plaza de Tiananmen o un intento de golpe de estado, pero ahora los eventos en China o Rusia se ven con un espacio limitado de información y tenemos que ver cómo lidiar con esto”, agregó.

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(Adrián Escándar)

La Directora de Comunicación Estratégica del Servicio Diplomático de la Unión Europea, Aude Maio Coliche, dijo que “los ataque híbridos o cibernéticos dentro del espacio de la información buscan sembrar miedo y divisiones. El ejemplo más claro se da en la guerra que desató Rusia pero también ahora en Gaza. En Rusia manipulan una industria de mentiras desde el Estado. Por eso desde 2015 este tema entró en la agenda política. En la Unión Europea ya detectamos 16.850 casos de información falsa”.

“Los gobiernos deben tomar medidas urgentes, con principios internacionales, para enfrentar este desafío. Ningún gobierno puede responder solo”, cerró.

Iván Slychko, jefe del Departamento de alfabetización mediática del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, en un mensaje grabado describió a Telegram como una “red en la que los rusos están creando canales de difusión con la tecnología deepfake”. Por eso su país, según explicó, creó “un Centro para la lucha contra la desinformación que sirvió para desactivar informaciones falsas que se difundieron en Alemania sobre la guerra. Debemos actuar con más unión entre los países para combatir estas prácticas”.

Paula Rejkiewicz, jefa de la Sección de la Comunicación Estratégica de la cancillería de Polonia, dio como ejemplos de la manipulación “los videos sarcásticos que desde Rusia intentaron interferir en las elecciones de octubre del año pasado en Polonia”.

“Además de sanciones a canales de propaganda rusa como RT o Sputnik estamos implementando sanciones y regulaciones desde el Código Penal. Ahora se nos está acusando de impulsar una guerra nuclear, algo que está lejos de la realidad. También ante la agresión a Ucrania hubo una campaña brutal de desinformación”, detalló.

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(Adrián Escándar)

La embajadora polaca resaltó en la apertura que “vivimos en tiempos difíciles y extraños. Con el acceso a internet y a las redes sociales se pensó que se podría profundizar el conocimiento pero generalmente esas informaciones en la actualidad está poblada de falsedades y desconocemos quienes son los autores”. Luego agregó que “hay redes organizadas que difunden mentiras. Que se relacionen con la manipulación y la propaganda nos debe preocupar”.

La inglesa Sharma mencionó a la revolución que produjo en la vida diaria “el surgimiento de la inteligencia artificial”. Señaló que “allí hay actores maliciosos que con mayor rapidez y economía difunden contenidos engañosos” y pidió “un esfuerzo internacional para controlar esos riesgos”.

Klymenko, por su parte, destacó que Rusia más que nunca después de la invasión a su país, Ucrania, “utilizó la desinformación como un arma más. Es un componente del expansionismo que intenta para lograr sus objetivos geopolíticos. A través de sus mensajes trata de cambiar la culpa o evadir su responsabilidad”.

“A (Vladimir) Putin le gustaría abrir con las mentiras que dice para manipular, abrir una brecha entre los aliados de Ucrania. No quieren que existamos como país. Y por eso desde el comienzo de la invasión hicieron un esfuerzo propagandístico, incluso en América Latina y en Argentina, intentando debilitarnos. El mundo democrático no puede ser manipulado”.

Stanley, que se disculpó por hablar solamente en inglés, dijo que “las democracias dependen de la libertad de expresión. Puede haber medios estatales pero que no supriman esa libertad. Si la suprimen socavan la confianza en cualquier gobierno”. En esta época solicitó “una batalla conjunta contra la desinformación, alianzas en el mundo para oponer resistencia y proteger a la comunidad”. También hizo referencia a la inteligencia artificial como “un tsunami que traerá quizás más desinformación”, pero resaltó que de allí habrá que “extraer enseñanzas”.

Para el embajador de la Unión Europea, el español Sánchez Rico, la desinformación es “una amenaza para nuestras democracias”, denunció “campañas sofisticadas con gran financiamiento que socavan nuestras democracias e intoxican el espacio de la comunicación con fines políticos y económicos” y marcó las elecciones que se avecinan en el Parlamento europeo y en Estados Unidos como un desafío en el que “hay que poner un ojo crítico” para evitar la manipulación informativa. Para ello llamó a “trabajar en forma conjunta en el G 7 y también con Argentina”.

Para Levaggi, de la Cancillería argentina, el foco debería estar puesto en “la educación en línea para identificar de dónde viene cada información”. Propuso “compartir medios y cooperar en políticas de prevención”, defender la libertad de expresión y citó una frase del secretario general de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, sobre “el riesgo existencial para la humanidad” por el uso perjudicial de la inteligencia artificial.

Después del mediodía, con la coordinación de la periodista Carolina Amoroso, se desarrolló el panel sobre “Ramificaciones globales de la desinformación en torno de la invasión de Rusia a Ucrania. Participaron Carme Colomina Saló (investigadora senior del CIDOB-Barcelona Centre for Internacional Affairs), Douglas Farah (presidente del IBI Consultants de Estados Unidos) y Simeon Welby (Director de lucha contra la desinformación del Reino Unido)

Por último hubo dos talleres, uno sobre la desinformación y las nuevas tecnologías y otro sobre “Intercambio de las mejores prácticas para contrarrestar la desinformación”.

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