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Sorprende la NASA con un vehículo lunar para acompañar la misión Artemis: qué tecnología usa

La NASA abrió un programa para que varias empresas desarrollen un vehículo lunar. (Intuitive Machines)

La NASA reveló los nombres de las compañías elegidas para crear prototipos de vehículos lunares destinados a auxiliar a los astronautas durante la misión Artemis V, programada para aterrizar en la Luna en el año 2029.

Intuitive Machines es uno de los contratistas seleccionados por la agencia estadounidense. Esta contratación involucra la asociación de cuatro compañías: AVL, Boeing, Northrop Grumman y Michelin, que juntas tendrán que fabricar un vehículo espacial.

¿Cómo debe ser el carro lunar?

El vehículo de exploración lunar debería ser un diseño robusto, capaz de operar bajo las extremas condiciones de la superficie lunar, incluyendo fluctuaciones de temperatura que van desde más de 100°C durante el día hasta menos de -150°C en la noche.

Debería estar equipado con tecnología de navegación autónoma para maniobrar por el complicado terreno lunar, evitando cráteres y otras irregularidades. Crucialmente, el vehículo necesitará una fuente de energía confiable, posiblemente paneles solares junto con baterías para almacenar energía para el uso nocturno, o bien, sistemas de combustible más avanzados.

Imagen de astronautas dentro de una avanzada nave espacial, representando el futuro de la exploración espacial y la ciencia. Un vistazo a nuestras próximas fronteras. (Imagen ilustrativa Infobae)
El destino de este vehículo es la misión Artemis. (Imagen ilustrativa Infobae)

La durabilidad y la resistencia de los materiales son esenciales para soportar la radiación solar y galáctica, así como el polvo lunar, que es abrasivo y puede interferir con la tecnología. Las ruedas o el sistema de locomoción deben ser diseñados teniendo en cuenta el suelo suelto y polvoriento de la Luna, optando por soluciones innovadoras como la tecnología sin aire o materiales adaptativos.

Además de las capacidades técnicas y de resistencia, el vehículo debería ofrecer un ambiente seguro y cómodo para los astronautas, con soporte vital, comunicaciones y sistemas de emergencia eficaces.

Cada una de las empresas mencionadas tendrá que aportar desde su área de experticia. Michelin tiene la responsabilizar de crear una rueda lunar que soporte temperaturas extremas de hasta 100°C y por debajo de -240°C, resistir la exposición a la radiación solar y galáctica, asegurar la máxima longevidad y tracción en suelos sueltos agresivos.

Imagen de astronautas explorando la luna de un planeta misterioso, un hito en la ciencia de la exploración espacial. Un vistazo a nuestro futuro en viajes espaciales. (Imagen ilustrativa Infobae)
El auto lunar tendrá que soportar temperaturas extremas y la presión atmosférica. (Imagen ilustrativa Infobae)

Boeing liderará el diseño del sistema que conformará el vehículo y apoyará el diseño general, la fabricación, las pruebas, la integración, la planificación de misiones y las operaciones del vehículo de vuelo y de los modelos fijos y dinámicos.

AVL, una compañía global de tecnología de movilidad aporta su experiencia en vehículos eléctricos de batería, soluciones de propulsión y conducción autónoma. Específicamente, AVL se centrará en el tren motriz, la dirección y la suspensión para ayudar a hacer realidad la movilidad en la superficie lunar.

Northrop Grumman aprovechará su experiencia en sistemas de energía, otros sistemas de vehículos, y planificación de misiones y entrenamiento.

La carrera por el vehículo lunar de la NASA

Este proyecto de la NASA ha incluido también a Lunar Outpost y Venturi Astrolab entre las compañías que compiten por el desarrollo del vehículo lunar de Artemis, destacando la amplitud y diversidad de enfoques en la búsqueda de la solución óptima para la exploración lunar.

Un valiente astronauta de la NASA flota en el espacio mientras realiza una delicada reparación en la Estación Espacial Internacional. (Imagen ilustrativa Infobae)
Este vehículo apoyaría la exploración lunar. (Imagen ilustrativa Infobae)

La agencia espacial ha establecido que cada una de estas empresas iniciará su participación con una “orden de viabilidad”.

Este enfoque metodológico implica que, a lo largo de un año, las empresas participantes se dedicarán a llevar a cabo estudios detallados para desarrollar un sistema que no solo cumpla con los estrictos requisitos establecidos por la NASA, sino que también demuestre su potencial para contribuir significativamente a la misión Artemis.

Esta etapa preliminar es decisiva, pues sentará las bases para la concepción de un vehículo capaz de enfrentar los desafíos únicos que presenta la superficie lunar.

Solo después de esta fase de viabilidad, y basándose en los resultados obtenidos, la NASA seleccionará a un único proveedor para avanzar hacia el diseño preliminar del vehículo. Este proceso garantiza que la solución final elegida esté respaldada por una investigación exhaustiva y una planificación meticulosa, asegurando así el éxito de la misión lunar Artemis.

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