El rol de los nietos en la vida de los abuelos: claves para lograr una buena relación
Los abuelos reciben a los nietos como un regalo de la vida. Suele decirse que con su llegada nace un amor único, especial e indescriptible. Es un vínculo que va más allá del legado de la sangre, porque une generaciones y es un paso hacia la trascendencia.
La relación de los nietos con sus abuelos suele estar basada más en el disfrute que en las normas o los límite, dicen los expertos. Si se lo desea, porque no todos los abuelos pueden tener la misma vivencia, es una relación nueva para descubrir, construir y enriquecer.
Pero ¿qué es un abuelo para un nieto? ¿Y un nieto para un abuelo?
Daniel Antar, psicólogo, MN 9877, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, expresó a Infobae: “Un nieto, e incluso un sobrino-nieto pueden adquirir un significado trascendental para sus abuelos o tíos abuelos porque, sin dudas, remite a algo muy caro al ser humano: la idea de trascendencia. Es decir, a la proyección más allá de la finitud personal, vinculada a la cuestión de la filiación”.
Y continuó: “Así como solemos hablar en psicología de una ‘imagen inconsciente del cuerpo’, en la abuelidad se juega una ‘imagen inconsciente del árbol de la vida’ al que pertenecemos. O sea, mi nieto o mi sobrino-nieto también soy un poco yo. Hay aquí la idea de un “yo- no yo” tremendamente significativa, que me permite trascender la acotada idea de la muerte como final de todo”.
La doctora Laura Orsi, médica psicoanalista, MN 43188, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y Full Member de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA ), describió a Infobae que los abuelos son grandes transmisores de la historia, las tradiciones y los valores.
“Tienen la ventaja de disfrutar del amor de sus nietos, sin tener los deberes y obligaciones paternales (como los límites) así como los nietos resultan valiosos acompañantes y permiten que los abuelos sigan sintiéndose vigentes y útiles; ellos gozan y se divierten con sus relatos, indagan sobre la infancia de sus propios padres y de toda la familia, repitiendo incesantemente ‘Contamelo otra vez’”, explicó Orsi.
Por su parte, Graciela Zarebski, doctora en Psicología por la Universidad de Buenos Aires, docente, autora de libros, directora del Instituto Iberoamericano de Ciencias del Envejecimiento, afirmó a Infobae que no se puede generalizar, pero “en el mejor de los casos, ser abuelo es un logro, una realización personal. Porque que los hijos se transformen en madres/padres implica, además del crecimiento de la familia, una oportunidad de crecimiento para la abuela/abuelo, al darle la oportunidad de ejercer un nuevo rol que será enriquecedor por varios motivos”.
La importancia de los abuelos en la vida de los niños
Según Álvaro Bilbao, doctor en Psicología de la Salud, neuropsicólogo formado en el Hospital Johns Hopkins y el Royal Hospital for Neurodisability de Londres, los beneficios en los niños cuando comparten tiempo con ellos son muy valiosos. Entre ellos se encuentran:
- Ayudan a mejorar el lenguaje. “La interacción de los bebés y niños pequeños con una variedad de personas tiene un impacto positivo en su desarrollo lingüístico. Al exponerse a diferentes tonos de voz, acentos y formas de pronunciación, los pequeños mejoran su comprensión auditiva”, explicó el experto en su página web.
- Refuerzan el vínculo afectivo. “Aunque la relación que los niños tienen con la madre suele ser la principal figura de apego, estudios recientes destacan el papel de otras figuras en el desarrollo de la confianza y autoestima del niño. Aunque la importancia de los abuelos en la familia es positiva, no es recomendable forzar la relación. La estrategia más efectiva es pasar tiempo juntos, dejándoles construir una relación de confianza antes de dejarlos a solas”, recomendó.
- Favorecen el desarrollo de la flexibilidad y resistencia en sus patrones de pensamiento y comportamiento.
- Mejoran la autoestima de los niños. “Esta afirmación se basa en un estudio realizado en la Universidad de Oxford cuyos resultados indicaron que aquellos niños que mantenían una relación cercana y emocional con sus abuelos experimentaban un mayor sentido de bienestar. Su influencia positiva en la autoestima de los niños puede deberse a su amor incondicional, apoyo emocional y la sensación de pertenencia que brindan los abuelos”, destacó el neuropsicólogo.
- Favorecen el bienestar psicológico de los niños hasta la edad adulta. Según un estudio, los niños estarán más protegidos contra la depresión hasta la adultez.
- Enseñan a los pequeños a guardar respeto por los mayores, así como a tener empatía para brindar ayuda cuando lo necesiten, según una investigación.
Los beneficios de la abuelidad
Pero las ventajas no son solo para los niños, los abuelos encuentran en este rol múltiples satisfacciones. La doctora Zarebski enumeró las siguientes:
- Acompañar con su apoyo a sus hijos, lo que le permitirá revivir las etapas de crianza de un niño.
- Incorporarse a nuevos vínculos intergeneracionales, reconectándose con el juego, la fantasía, la imaginación, que le despertarán su niño y adolescente dormido.
- Vivenciar el beneficio de la longevidad, que lo recompensa con el ser testigo del crecimiento de las generaciones que le siguen. “En este sentido, le otorga el lugar de transmisor de la historia familiar y la descripción de otras épocas y costumbres, actuando así como un eslabón en la cadena de generaciones”, señaló Zarebski.
- Reparar lo que se hizo mal con los propios hijos. “Y por eso hasta es posible reconciliarnos en algunas cosas con nuestros hijos, cuando ellos ven que como abuelas o abuelos rectificamos algunos de los errores que cometimos con ellos”, señaló la doctora.
- Ser modelo de identificación para hijos y nietos, “al actuar como espejo anticipado de lo satisfactorio que será llegar a ese rol y a esa etapa vital. Y, fundamentalmente, brinda la oportunidad de nuevos vínculos afectivos muy significativos”, destacó la experta.
Aída Gatica, orientadora familiar y terapeuta del Centro Psicopedagógico Anáhuac, México, afirmó en un artículo en la Universidad Anáhuac que “los abuelos transmiten sabiduría, tranquilidad, cariño, estabilidad y muchos otros valores necesarios en la vida. El beneficio es para todos: para los abuelos, los nietos y los padres de ellos”.
Y agregó: “Crecer junto al cariño de sus abuelos hace a los niños más felices, más sensibles, y para ellos es normal convivir y acompañar a sus abuelos. Los sensibiliza ante la vejez y los cuidados hacia ellos. Además, los abuelos se sienten necesarios en una etapa de la vida donde podrían no tener una motivación para vivir. ¡La llegada de los nietos le da un sentido a su vida!”.
Según Antar, “si algo caracteriza a la abuelidad, es que está ubicada como función en una perspectiva óptima de ese nieto. Siempre digo que se trata de un vínculo lúdico, no sólo porque es más distendido, sino también porque por ese mismo motivo está abierto a un juego mayor de la fantasía y la creatividad; dado que el abuelo ahora tiene también la posibilidad- identificándose con su nieto- de jugar”.
Y agregó: “De esto se desprende que si el abuelo juega bien y de forma creativa, pasa a ser así un gran transmisor de experiencia, valores y cultura; porque en efecto, representa para el nieto una indudable fuente del enigma de sus orígenes y a su filiación humana general”.
Según la doctora Orsi, en el tiempo libre algunos abuelos llevan a sus nietos con ellos como compañía y apoyo. “Sobre todo cuando los hijos son chiquitos les facilitan alguna salidas o espacio de pareja. Cuando son un poco más grandes, algunos se animan a llevárselos de viaje, tanto al interior como al exterior, lo que fortalece aún más la relación. Suelen favorecer la trasmisión de hobbies o pasiones como la filatelia, la pesca, la fotografía y habilidades como los deportes y/o la carpintería”, expresó.
Y agregó que es una relación muy enriquecedora para ambos: “En épocas de tecnología los nietos suelen enseñar, ayudar a sus abuelos, que no siempre conocen las últimas novedades, estableciéndose una relación de gran utilidad y complicidad”.
Situaciones problemáticas
De acuerdo a Antar, es importante estar atentos a que lo que pudiendo ser una relación muy fecunda para un abuelo y un nieto, no se vea interferida por los elementos no resueltos con los padres del mismo.
“Quizás, la posibilidad de dirimir saludablemente esos conflictos, abra no sólo un espacio trascendente y saludable para ese nieto, sino también para una segunda oportunidad en la relación de padres e hijos entrampados en viejos conflictos. Porque digámoslo, la aparición de un nieto es una gran potencialidad de un barajar y dar de nuevo, rebajando viejos rencores, ahora desde una perspectiva de resignificación importante de todos los roles en juego”, destacó el psicólogo.
Para Orsi es importante “no confundir e intentar sustituir a los padres, para no producir roces, asimismo a veces es inevitable que haya celos y rivalidad con los otros abuelos (si los hay). Esta relación suele depender a veces del vínculo que los hijos hayan establecido con sus padres, aunque observamos que los nietos pueden ser puentes de armonía en estos casos”, destacó la doctora.
De acuerdo a Zarebski, existen casos en los que no se logra disfrutar de los beneficios mencionados. “Suelen ser abuelos/as centrados en sí mismos, para quienes llegar a ser abuelo/a (e incluso que sus nietos así los nombren) es rechazado, porque les simboliza que están envejeciendo”.
Así, la doctora instó a “derribar la sinonimia vejez y abuelidad, porque hoy en día ya en la mediana edad se suele dar la aparición de los nietos”.
Otra situación problemática que describió la experta es que los abuelos no se abran al intercambio intergeneracional.
“Desde una posición rígida, pretenden imponer a los jóvenes que ‘lo de antes era mejor’, de modo que no se flexibilizan para incorporar lo nuevo. Lo que sucede en estos casos es una brecha: se los deja hablando solos, su palabra no despierta interés de ser escuchada, generan una reacción de hostilidad o indiferencia en las otras generaciones”, describió Zarebski.
Otra circunstancia familiar complicada que relató es cuando se presenta un desdibujamiento de los roles y responsabilidades, que afecta a la abuelidad. “En el caso en que los padres sean inmaduros o los abuelos dominantes, estos últimos terminan asumiendo roles parentales, quedando los verdaderos padres desautorizados”.
Y completó: “Cuando los abuelos desconocen los límites de su propio rol, al punto tal de no poder renunciar a la autoridad parental usurpada, el padre tenderá a desprenderse emocionalmente de sus propios padres con el fin de solucionar el problema. A menudo ocurre que los padres quieren privar a los abuelos de sus visitas a los nietos porque desean reestablecer los roles adecuados”.
La psicóloga destacó que cuando los abuelos desautorizan en sus funciones a los padres o los padres delegan sus responsabilidades en los abuelos, en cualquiera de los dos casos, los nietos se ven perjudicados. “Los conflictos interpersonales entre los miembros de una familia afectan a todos sus integrantes. Los nietos pueden convertirse en víctimas, al generarse desequilibrios familiares y confusiones en los niños”, advirtió.
Es que la abuelidad, como todo nuevo acontecimiento que implica reacomodaciones subjetivas, puede ser una ocasión para el derrumbe o el crecimiento de la persona en cuestión. “Construir la función de abuelidad es todo un desafío para todo el grupo familiar. Abuelos y padres, cada uno en la función que le corresponde, debe acompañar en la construcción de la subjetividad del niño y en su sano crecimiento”, recomendó Zarebski.
Otras situación problemática que planteó la doctora es lo que se ha dado en llamar en los tiempos actuales la “abuelidad esclava”, aquella abuela tiranizada por sus hijos e incluso por sus propios mandatos incorporados, de dedicar su vida a los requerimientos de sus nietos, que los cuida con devoción y con mucho tiempo disponible. Sin embargo, las abuelas/os actuales se han liberado, explicó Zarebski, y desarrollan múltiples roles y actividades, a partir de sus deseos. “Porque estudian, trabajan, viajan y despliegan otros deseos, además de los requerimientos familiares”, planteó.
Y sumó otra circunstancia que se plantea hoy: “Es cuando los hijos han migrado y conocen a sus nietos por una foto enviada por mail o WhatsApp. Esto ha servido de estímulo a muchas personas mayores –flexibles- a abrirse al aprendizaje de las nuevas tecnologías que les permitan establecer y mantener un vínculo fluido a distancia.
También –dado que las etapas vitales se han extendido- se da la circunstancia de las mujeres que desean ser abuelas, pero sus hijos postergan su maternidad/paternidad, “por darse más tiempo para desarrollarse en otras realizaciones, o simplemente, porque no lo desean”, señaló Zarebski.
Cómo construir una buena relación abuelo -nieto
Para cultivar una buena relación abuelo – nieto, el mantenimiento de roles es clave, “que colaboren en el cuidado de los nietos, no los convierte en padres de los mismos”, señaló Zarebski, y agregó: “Debe ubicarse cada uno en su rol, respetando los límites y generando coherencia por parte de los adultos, a fin de transmitir a los niños un clima familiar de armonía y seguridad”.
“El diálogo entre los miembros de la familia es la clave, que permita la conciliación entre las libertades de todos sus integrantes y la oportunidad para que todos sean escuchados”, concluyó la doctora.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recomendó para construir una buena relación los siguientes puntos:
- Los padres deben tener una buena relación con los abuelos. Los padres son modelos para los niños y estos copian muchos de sus comportamientos; si entre padres y abuelos hay buena relación también la habrá entre abuelos y nietos.
- No contradecir a los abuelos ni discutir con ellos delante de los niños. Los problemas que tengan los padres con los abuelos deben resolverse al margen de los nietos.
- No sobrecargar con tareas a los abuelos. Los padres deben ser prudentes a la hora de pedir ayuda a los abuelos y respetar a las personas mayores, que tienen derecho a tener su propia vida y a disfrutar de su tiempo libre.
- Integrar a los abuelos en actividades de ocio. Los abuelos no solo deben estar para ayudar, también deben disfrutar y formar parte de los momentos de ocio de la familia, lo que ayudará a reforzar los lazos familiares.