Pese al movimiento de los últimos días, el dólar libre fue el gran perdedor de los primeros 5 meses del gobierno de Milei
Aunque en la semana repuntó y este viernes llegó a los 1.120 pesos, el precio del “dólar libre” fue el gran perdedor de los 5 meses iniciales del gobierno de Javier Milei, cuya más identificable propuesta de campaña había sido la dolarización de la economía.
En ese período, que abarca desde diciembre hasta abril, precisa un informe de Quantum, el precio del dólar libre fue el que menos aumentó sobre 15 variables en consideración. Con 24% de aumento, no solo quedó muy por detrás del 107% que en el mismo lapso aumentó el índice de precios minoristas, reflejo de la inflación general, sino de todos los demás rubros o ítems evaluados.
Lo que más se encareció fueron los servicios de gas, medicina prepaga y electricidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA): aumentaron respectivamente 397%, 177% y 174% respectivamente, terminando con el relativo privilegio que tenían los porteños en el precio de esos servicios.
En el ranking de aumentos del período siguen la nafta (169%), el promedio de los precios “regulados” (159%) y el valor de la leche en CABA (143%), suba esta última que atribuye a “factores climáticos”. Luego vienen el precio del dólar oficial, que en cinco meses aumentó 143%, considerando el aumento inicial del 118% más la pauta de avance mensual del 2% y la inflación minorista del período, que fue de107 por ciento.
Por detrás de la inflación general se alinearon la inflación “núcleo” (excluye precios estacionales y regulados), con 101%, la carne en CABA (100%), los precios “estacionales” (79%), el salario privado formal (74%, lo que implica una pérdida del poder adquisitivo del 16% respecto del aumento general de los precios), y las “prendas de vestir” en CABA (65%). Último y lejos quedó el dólar libre, con el 24% ya mencionado.
Una de las consecuencias es el encarecimiento de los precios locales medidos en “dólar libre”, aspecto que, según destacan varios economistas profesionales, como Carlos Melconian y Miguel Ángel Broda, entre otros, implica una “pérdida de competitividad” de la economía, algo que –alertan- en algún momento debería corregirse. Ese señalamiento molesta sobremanera al presidente y ha sido rechazado por el ministro de Economía, Luis Caputo.
Realineamiento y balanceo
El informe mide, precisamente, el “ritmo de realineamiento” de los precios relativos incluyendo el dato de inflación del 8,8% de abril que, subraya, fue “el primero de un dígito desde el inicio de la corrección de precios relativos en diciembre 2023 y sigue la tendencia decreciente desde ese momento”, amén de precisar que la inflación “núcleo” fue el mes pasado de 6,3%, 2,5 puntos porcentuales menor que el índice general.
La diferencia refleja principalmente el proceso de ajuste en tarifas, en especial de gas. Y para reducir el impacto en los registros mensuales de inflación posteriores, resalta Quantum, el gobierno decidió escalonar los aumentos mensuales previstos de varios servicios, “empezando con la suspensión en mayo”.
El informe de la consultora incluye otro ejercicio: cuánto deberían aumentar o reducirse los precios de esos mismos rubros o productos para igualarse con la inflación general de los cinco años transcurridos entre abril de 2019 y abril de este año.
“Si bien es difícil considerar un set de precios relativos razonablemente estables en una economía “normalizada”, explica el informe, en abril de 2019 –fundamenta- “la economía funcionaba sin restricciones ni mayores controles y las tarifas habían quedado prácticamente corregidas tras el congelamiento de 2003-2015″. De todos modos, reconoce, el ejercicio no considera alteraciones importantes de contexto que naturalmente ocurren a lo largo del tiempo y que influyen en los precios de productos y servicios; por ejemplo, precios internacionales de materias primas, impuestos, productividad, reintegros, entre otros”.
En abril 2019 la economía funcionaba sin restricciones ni mayores controles y las tarifas habían quedado prácticamente corregidas tras el congelamiento de 2003-2015 (Quantum)
Luego de hacer esas salvedades, el informe precisa que la inflación general acumulada en esos cinco años fue de 2.629% y toma esa variación como aproximación de lo que serían los “ajustes esperables” para los demás productos o rubros considerados.
Cuánto falta (y sobra)
El informe precisa que pese al aumento reciente de las tarifas de gas y electricidad, el incremento acumulado en cinco años de 1819% y 1407%, respectivamente es muy inferior al de la inflación general y de la núcleo que fue 2.768 por ciento.
Así, asumiendo que la inflación general dejara de variar, Quantum calculó cuánto deberían aumentar o disminuir los demás 14 ítems para volver al “alineamiento” de precios de abril de 2019. El resultado es que, aunque fueron los que más aumentaron en los últimos cinco meses, los precios que todavía deberían aumentar más para “alinearse” serían las tarifas (81% la de electricidad, 42% la de gas) y la nafta (32%) para volver a un esquema de precios similar al de abril de 2019, durante la etapa final de la gestión macrista.
Claro que también deberían aumentar 30% los precios regulados, 29% el salario privado formal y 12% el precio “real” del dólar oficial, lo que significa descontar la inflación de EEUU en los últimos cinco años. A su vez, hay precios que deberían bajar. Los que más, los precios estacionales, que deberían retroceder 19%, seguidos por el de los medicamentos (16%), el tipo de cambio libre (9%, también corregido por la inflación de EEUU, la carne en las carnicerías y supermercados porteños (8%), la medicina prepaga (6%) y la inflación “núcleo” (5%).
“El proceso de ajuste en precios relativos no es sencillo ni inocuo, en particular en momentos en que cae el nivel de actividad y los ingresos reales”, reconoce el informe de Quantum, apuntando a uno de los grandes desafíos de la economía mileísta, suponiendo además que los precios relativos de la etapa final del gobierno de Mauricio Macri fueran un conjunto que dejara satisfecha a la sociedad y permitiera al gobierno consolidarse políticamente y acrecentar, en futuras elecciones, su flaca representación legislativa.