Cuáles son los síntomas de la bulimia nerviosa, un trastorno de la alimentación que puede ser grave si no se detecta a tiempo
*Este contenido fue producido por expertos de Mayo Clinic en exclusiva para Infobae
La bulimia nerviosa, comúnmente denominada bulimia, es un trastorno grave de la alimentación que, a veces, pone en riesgo la vida. Las personas con bulimia se dan atracones, esto significa que sienten que han perdido el control sobre su alimentación y comen grandes cantidades de comida a la vez.
Esto suele ocurrir en secreto y, a menudo, se sienten muy culpables y avergonzados. Entonces, intentan deshacerse de la comida y las calorías sobrantes de forma poco saludable, como vomitando o abusando de los laxantes. Esto se denomina purgar.
Si padeces bulimia, es probable que te centres en tu peso y en la forma de tu cuerpo incluso cuando intentas pensar en otras cosas. Es posible que te juzgues con dureza y crueldad por lo que consideras defectos de tu aspecto y personalidad. La bulimia está relacionada con la forma en que te ves a ti mismo, no sólo con la comida. Puede ser difícil de superar y peligrosa.
Es importante recordar que un trastorno de la alimentación no es algo que se elija. La bulimia es una enfermedad compleja que afecta el funcionamiento del cerebro y la toma de decisiones. Sin embargo, un tratamiento eficaz puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismo, a comer más sano y a revertir complicaciones graves.
Cuáles son los síntomas de la bulimia
Algunos de los síntomas de la bulimia pueden incluir los siguientes:
- Vivir con miedo a engordar e intentar adelgazar de formas poco saludables.
- Ingerir de forma repetida cantidades extraordinariamente grandes de comida a la vez.
- Sentir una pérdida de control durante los atracones. Es posible que las personas sientan que no pueden dejar de comer o que no pueden controlar lo que comes.
- Vomitar a propósito o hacer ejercicio al extremo después de un atracón para no engordar.
- Utilizar diuréticos o medicamentos que hacen orinar, laxantes o enemas para evacuar las heces pese a no ser necesarios.
- Ayunar, limitar las calorías o no comer ciertos alimentos entre atracones.
- Usar suplementos alimentarios o productos herbarios para perder peso. Estos productos pueden ser peligrosos.
- Estar muy descontento con la forma del cuerpo y con el peso.
- Dejar que la forma del cuerpo y el peso dominen la autoestima.
- Tener cambios extremos de humor.
Las personas con bulimia pueden utilizar diferentes métodos para purgarse. La gravedad de la bulimia depende de la cantidad de veces a la semana de esas purgaciones y de los problemas que cause.
Se desconoce la causa exacta de la bulimia. Los genes pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la bulimia y otros trastornos de la alimentación. La salud emocional y los antecedentes familiares pueden influir. También pueden influir las presiones sociales para estar delgado.
Las mujeres son más propensas a padecer bulimia que los hombres. Este trastorno de alimentación suele comenzar al final de la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer bulimia están los siguientes:
- Antecedentes familiares y genética. Tener antecedentes familiares de problemas alimentarios y de control de peso puede aumentar el riesgo. Las personas con familiares de primer grado (hermanos, hermanas, padre y madre o hijos e hijas) diagnosticados con un trastorno de la alimentación pueden tener más probabilidades de padecerlo. Esto indica una posible relación genética.
- Problemas emocionales y de la salud mental. La depresión, la ansiedad o el abuso de sustancias, están estrechamente vinculados con los trastornos de la alimentación. Las personas con bulimia pueden sentirse mal consigo mismas, sobre todo si sufren acoso por su peso o la forma de su cuerpo. En algunos casos, pueden influir acontecimientos preocupantes y factores que causan sufrimiento emocional, como haber sufrido maltrato de niño.
- Dieta. Muchas personas con bulimia limitan mucho las calorías entre las sesiones de atracones. Esto puede causar que vuelvan a darse un atracón y luego se purguen. Otras causas de los atracones pueden ser el estrés, las emociones fuertes, tener una imagen corporal distorsionada o negativa y el aburrimiento.
Cuáles son las consecuencias en la salud de la bulimia
La bulimia puede causar muchas complicaciones graves que incluso pueden poner en riesgo la vida, entre las que se incluyen:
- No verse a uno mismo como digno y sentirse desesperanzado o incluso tener ideas suicidas.
- Problemas para relacionarse con los demás o aislamiento social.
- Malnutrición.
- No beber suficientes líquidos, lo que puede causar problemas médicos importantes, como insuficiencia renal.
- Problemas del corazón, como latidos irregulares o insuficiencia cardíaca.
- Caries dentarias graves y enfermedad periodontal o de las encías.
- No menstruar o no hacerlo con regularidad.
- Problemas gastrointestinales, como desgarros en el conducto que transporta los alimentos, o un agujero en el estómago o en el intestino delgado. También podrías tener un prolapso rectal, que es cuando parte del intestino grueso se desliza fuera del ano.
Entre las afecciones que suelen acompañar a la bulimia figuran la ansiedad, la depresión, los trastornos de la personalidad o el trastorno bipolar, y el abuso de alcohol o drogas. También pueden producirse autolesiones, pensamientos suicidas o suicidio.
Cómo se diagnostica la bulimia y cuál es el tratamiento
Para diagnosticar la bulimia, el médico hará lo siguiente:
- Entrevistar al paciente sobre tus hábitos alimentarios, formas de perder peso y síntomas físicos.
- Hacer un examen físico.
- Solicitar análisis de sangre y orina.
- Solicitar un electrocardiograma u otras pruebas para detectar problemas en el corazón.
- Hacer una evaluación de salud mental, que incluya hablar sobre cómo los sentimientos respecto al cuerpo y al peso.
El médico también puede solicitar más pruebas para precisar un diagnóstico, descartar causas médicas para los cambios de peso y verificar si hay alguna complicación relacionada.
El diagnóstico de bulimia suele incluir atracones y purgas al menos una vez a la semana durante tres meses. No obstante, cualquier conducta de atracón y purga, aunque se realice con menos frecuencia, puede ser peligrosa y requiere tratamiento. Cuanto más frecuente es esta conducta, más grave es la bulimia.
Cuando se padece bulimia, es posible que se necesite uno o varios tipos de terapias. El tratamiento incluye terapias y medicamentos de eficacia demostrada que pueden ayudar a mejorar a los pacientes.
Por lo general, el tratamiento implica un trabajo en equipo que te incluye a la persona con bulimia, su familia, a un profesional de atención primaria, a un especialista en la salud mental y, a veces, a un dietista que sepa cómo tratar problemas alimentarios.
Las opciones de tratamiento son las siguientes:
Terapia de conversación
La terapia de conversación o psicoterapia consiste en hablar con un profesional de la salud mental sobre la bulimia y otros problemas relacionados. Los estudios demuestran que estos tipos de terapia de conversación pueden reducir los síntomas de la bulimia:
Terapia cognitivo conductual mejorada para ayudar a adolescentes y adultos con bulimia a crear patrones alimentarios saludables y sustituir tanto creencias como conductas negativas y poco saludables por creencias y conductas positivas y saludables.
Tratamiento basado en la familia para ayudar a padres y madres de niños y adolescentes con bulimia a aprender qué hacer respecto a los comportamientos alimentarios poco saludables y ayudar a sus hijos e hijas a recuperar el control sobre lo que comen.
Terapia dialéctico conductual para ayudar a las personas a tolerar mejor las aflicciones, alcanzar más equilibrio emocional, ser más conscientes de la realidad y llevarse mejor con los demás.
Pregúntale a tu profesional de la salud mental qué tipo de terapia se utilizará y cómo ayuda esa terapia a tratar la bulimia.
Medicamentos
Hay antidepresivos específicos que pueden reducir los síntomas de la bulimia. El único antidepresivo que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado específicamente para tratar la bulimia es la fluoxetina (Prozac). Se trata de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina. Puede ayudar con los síntomas de la bulimia, aunque no estés deprimido.
Este medicamento debe ser recetado por un médico y funciona mejor cuando se utiliza con terapia de conversación.
Educación nutricional
Los dietistas con formación especial en el tratamiento de trastornos de la alimentación pueden ayudar. Pueden elaborar un plan de alimentación que te ayude a comer de forma más sana, a controlar la sensación de tener demasiada hambre o excesivas ansias de comer y a proporcionar una buena nutrición. Comer con regularidad y no limitar las cantidades ni los tipos de alimentos es importante para superar la bulimia.
Hospitalización
Por lo general, la bulimia puede tratarse fuera del hospital. Sin embargo, si los síntomas son graves y tienes serias complicaciones de salud, es posible que tengas que recibir tratamiento en un hospital. Algunos programas para trastornos de la alimentación pueden ofrecer tratamiento diurno en lugar de hospitalización.
Cómo afrontar la bulimia
Puede que te resulte difícil enfrentarte a la bulimia cuando los medios de comunicación, los entrenadores, la familia y quizá tus propios amigos o compañeros te transmiten mensajes contradictorios. ¿Cómo encaras una enfermedad que puede ser mortal cuando también recibes mensajes que dicen que estar delgado es un signo de éxito? Asegúrate de:
- Recordar cuál es el peso saludable para tu cuerpo.
- Intentar no hacer dieta ni omitir comidas, porque puede ocasionar atracones.
- No faltar a las sesiones de terapia.
- No visitar sitios web que apoyan o dignifican los trastornos de la alimentación.
- Trabajar con el equipo de tu tratamiento para averiguar qué situaciones causan pensamientos o comportamientos que pueden desempeñar un papel en tu bulimia. Crear un plan para afrontar esas situaciones.
- Armar un plan para hacer frente a las dificultades cuando hay contratiempos.
- Buscar modelos positivos que te hagan sentir mejor contigo mismo.
- Buscar actividades y aficiones que te gusten para distraerte de los pensamientos sobre atracones y purgas.
- Perdonarte, centrarte en lo positivo, darte crédito y aceptarte.
Si bien la mayoría de las personas con bulimia se recuperan, algunas dicen que los síntomas no desaparecen por completo. Los períodos de atracones y purgas pueden aparecer y desaparecer a lo largo de los años. Por ejemplo, algunas personas pueden darse atracones y purgarse cuando están bajo mucho estrés.
Si vuelves a caer en el ciclo de atracones y purgas, busca ayuda. Las sesiones de seguimiento con tu profesional de atención primaria, dietista o profesional de la salud mental pueden ayudarte antes de que el trastorno de la alimentación vuelva a descontrolarse. Aprender formas positivas de afrontar la situación, encontrar maneras sanas de llevarse bien con los demás y controlar el estrés pueden ayudar a evitar que reaparezca un problema alimentario.
Ayudar a un ser querido que presenta síntomas de bulimia
Si crees que un ser querido tiene síntomas de bulimia, háblale de forma abierta y honesta sobre lo que te preocupa. No puedes obligar a una persona a buscar ayuda, pero puedes alentarla y apoyarla. También puedes ayudarla a encontrar un médico o un profesional de la salud mental, programar una cita e incluso acompañarla.
Las personas con bulimia pueden tener cualquier peso; por ejemplo, un peso promedio o sobrepeso. Por eso, no puedes determinar si una persona tiene bulimia con solo mirar su talla.
Las señales de bulimia que los amigos y familiares pueden notar incluyen:
- Preocuparse constantemente por la alimentación o el sobrepeso.
- Tener una imagen corporal distorsionada o negativa, o ambas.
- Comer cantidades extraordinariamente grandes de comida una y otra vez de una sentada.
- Seguir dietas estrictas o hacer ayuno después de los atracones.
- Tener reflujo ácido, dificultades para defecar y otros problemas estomacales.
- Negarse a comer en público o frente a otras personas.
- Ir al baño justo después de comer, a la hora de la comida o por largos períodos.
- Hacer mucho ejercicio.
- Tener llagas, cicatrices o callosidades en los nudillos o las manos.
- Tener los dientes y las encías dañados.
- Subir o bajar de peso.
- Hinchazón de las manos y los pies, así como de las mejillas y la zona de la mandíbula.
Consejos de asesoramiento para padres
Si eres el padre o la madre de un niño con bulimia, es posible que te culpes por el trastorno de la alimentación de tu hijo. No obstante, este tipo de trastornos puede tener muchas causas, y se sabe que no los causan ni el padre ni la madre. El padre y la madre desempeñan un rol muy importante para ayudar a sus hijos e hijas a recuperarse de estas enfermedades.
Estas son algunas sugerencias:
- Asegúrate de que tu hijo reciba tratamiento. Participa en el plan de tratamiento para saber de qué forma apoyar mejor a tu hijo.
- Escucha. Escucha activamente. Ofrece a tu hijo un lugar seguro para hablar y compartir sentimientos sin juicios.
- Organiza comidas en familia regulares. Tener horarios rutinarios para comer es importante para reducir los atracones.
- Habla con tu hijo adolescente sobre tus preocupaciones. No lo culpes. Un trastorno de la alimentación no es algo que tu hijo elija o algo que quiera hacer. Es una enfermedad compleja que afecta su cerebro y la forma en que toma decisiones.
Recuerda que los trastornos de la alimentación afectan a toda la familia. También debes cuidarte a ti mismo. Si sientes que no estás lidiando bien con la bulimia de tu hijo, podrías buscar asesoramiento profesional. Puedes preguntarle al médico de tu hijo sobre grupos de apoyo para padres y madres de hijos e hijas con trastornos de la alimentación.