El avance de Kicillof en municipios massistas pone en jaque al bloque oficialista de la legislatura provincial
Una señal roja, de alerta, se encendió en la mesa chica del gobernador bonaerense Axel Kicillof que trabaja para posicionarse como candidato presidencial para el 2027. Un grupo de dirigentes massistas solicitó una reunión de urgencia de la mesa de conducción del Frente Renovador y amenaza con romper el bloque oficialista en la legislatura provincial.
En el mencionado encuentro, al menos 20 intendentes y 13 legisladores plantearían la salida del bloque en la legislatura y en todos los concejos deliberantes y la postura de funcionar como interbloques. “Esto podría significar la pérdida definitiva de Kicillof en las dos cámaras, pero también la pérdida de mayoría en los concejos de muchos intendentes”, sostuvo un dirigente vinculado al Frente Renovador.
La iniciativa, aseguraron, es una respuesta a la decisión del mandatario bonaerense de hacer correr un armado político paralelo en distritos históricamente ligados a Massa como San Fernando, de la mano del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que encabezará un encuentro con militantes el próximo sábado 1 de junio, por la tarde.
El propio Ferraresi fue uno de los primeros dirigentes peronistas de peso que tomó distancia de La Cámpora y se expresó a favor de una candidatura presidencial de Kicillof. Lo hizo a mediados de marzo de este año, en Lanús, cuando se manifestó a favor de “construir en un lugar distinto” y darle “fortaleza y volumen a la candidatura de Axel”. Aquel encuentro estuvo organizado por la concejal de Lanús, Belén Berrueco; quien se alejó del bloque de concejales de Unión por la Patria, donde gobierna el camporista Julián Álvarez.
Estos movimientos internos -al calor de la discusión sobre el futuro del peronismo de la provincia de Buenos Aires y el enfrentamiento silencioso entre Kicillof y Máximo Kirchner– podrían replicarse en el corto plazo si el Frente Renovador da curso al pedido de sus propios dirigente.
Desde el massismo, y a modo de ejemplo, mencionan el caso Roque Pérez, donde ayer un grupo de concejales que responden al exintendente Juan Carlos “Chinchu” Gasparini, hombre de confianza Carlos Bianco, el principal armador de Kicillof, votó junto con el PRO para arrebatarle la presidencia del cuerpo al intendente massista, Maximiliano Sciaini.
Máximo, Kicillof y una relación sinuosa
Máximo Kirchner sorprendió esta semana al conceder un extenso reportaje al diario español El País donde, entre otros puntos, reconoció “diferencias lógicas” con Axel Kicillof.
“No es una interna como la de la década de 1980. La conductora es la misma y es Cristina (Kirchner). Podemos tener miradas de cómo se lleva el día a día, pero me paro sobre las coincidencias, no sobre las diferencias que no son dramáticas”, indicó. “¿A Milei desde dónde se lo enfrenta? Él (Kicillof) puede tener una mirada y yo puedo tener otra”, completó.
Con relación a la discusión interna del peronismo, señaló en la misma entrevista que el “debate y la discusión después de una derrota es lógica, lo que no tenemos que ponernos es ansiosos. La tarea es que no avancen sobre derechos de la sociedad. Es muy temprano como para tomar decisiones que nos aten y que nos quiten capacidad creativa”.
A su vez, replicó las críticas a su convocatoria a renovar autoridades del PJ bonaerense. “Hay elección del PJ nacional y tengo en la provincia el 40% del padrón nacional. Cuando me tuve que hacer cargo dije que quería que alguien me sucediera a través del voto. Votemos y dejemos esta cantinela”, replicó.
El gobernador de Buenos Aires, en tanto, evita hacer referencias directas a sus diferencias con Kirchner. Abocado a la tarea de ganar centralidad como faro opositor a Milei, y en simultáneo con las bajadas al territorio de funcionarios de confianza, definió una nueva estrategia de comunicación: conferencias de prensa, de carácter semanal y encabezadas por el ministro Bianco, que serán utilizadas para hacer anuncios, repaso de gestión y contestar preguntas.