Javier Milei se reunirá con Mark Zuckerberg para proponer a la Argentina como polo de innovación tecnológico
(Desde Washington, Estados Unidos) Cerca de la hora del té en California, Javier Milei se reunirá con Mark Zuckerberg para ofrecer a la Argentina como polo de innovación tecnológico, en un escenario mundial que ya plantea limitaciones a la inversión vinculada a la inteligencia artificial.
El Presidente sorprendió con su discurso ideológico y su mirada económica en Silicon Valley, y abrió un escenario de eventuales inversiones que podrían llegar a la Argentina para evitar las regulaciones ya aprobadas en Europa y actualmente se estudian en Estados Unidos.
China es la tercera posibilidad que tienen los inversores tech, pero en California asumen que estar bajo la órbita de Xi Jinping no sería una decisión estratégica en plena puja global con la Casa Blanca. En este contexto, Argentina ofrecería una oportunidad de negocios basada en la libertad de comercio, espacio territorial y cierta estabilidad en la cadena de suministros.
La posición disruptiva de Milei es un argumento a su favor al momento de fijar su propuesta ante los inversores que buscan nuevos escenarios para sus desarrollos tecnológicos. Anoche, en San Francisco, el presidente hizo un discurso adonde explicó su mirada sobre la guerra en Medio Oriente y recordó sus primeros tiempos en televisión.
“Estaba más solo que Adan en el Día de la Madre”, dijo Milei ante una audiencia que respondió con una carcajada. Lo estaban escuchando treinta empresarios que invierten en Inteligencia Artificial.
Antes de la reunión con Zuckerberg, el jefe de Estado se encontrará con Start Ups que trabajan en Inteligencia Artificial y después hará una disertación el Pacific Summit, que organiza Bay Area Council. En todos los casos, como sucedió en la agenda que coronó ayer, Milei insistirá con su propuesta de transformar al país en un polo tecnológico.
Durante su clase abierta en la Universidad de Stanford, el presidente ayer insistió con su crítica al rol del Estado y elogió la gestión de Luis Caputo en el Palacio de Hacienda.
“El problema es cuando está el Estado. Entonces va, les cobra impuestos a todos y hace un puente. Después hay un montón de personas que viven del Estado, entonces hacen el Ministerio del Puente y empiezan a buscar dónde hacer más. Entonces crean el Ministerio del Agua para poner agua y hacerle un puente”, opinó Milei ante los estudiantes que llegaron invitados por el Instituto Hoover de Stanford.
Después de su disertación en Stanford, el presidente se encontró con Sundar Pichai, CEO de Google. La reunión sucedió en las oficinas centrales de Google en Mountain Blue -California-, y Milei aprovechó la oportunidad para ofrecer describir a la Argentina como un escenario posible para desplegar un polo de innovación tecnológica.
Milei llegó a Google acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, el embajador ante los Estados Unidos, Gerardo Werthein y el titular del Consejo de Asesores Económicos, Demian Reidel. Al cónclave se sumó el emprendedor argentino Martín Varsavsky.
A continuación, Milei se encontró con Timothy Cook, Director Ejecutivo de Apple, para avanzar en su idea de Argentina como polo de innovación. En esta reunión, el jefe de Estado describió un contexto geopolítico signado por las restricciones legales planteadas por Europa, la ofensiva china para manipular el uso de la inteligencia artificial y las dudas jurídicas en Estados Unidos respecto a los límites que debería tener la inversión tecnológica en el siglo XXI.
Al margen de las distintas reuniones con empresarios tech, el presidente se encontró con estudiantes que pidieron una selfie y alumnos que cuestionaron su posición frente al conflicto en Gaza, causado por el ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023.
El encuentro de Milei con dos alumnas que defienden a Palestina -la parte ocupada por Hamas- provocó un inesperado diálogo, adonde el presidente intentó explicar qué había sido el fascismo en la historia del siglo XX.
Las militantes pro Palestina cantaban: “Milei fascista no queremos tu visita”.
El presidente no logró su cometido: las dos alumnas insistieron con sus consignas sin escuchar, mientras el jefe de Estado optó por seguir su camino rumbo al auditorio de la Universidad de Stanford.