Estas son las verduras que hay que evitar antes de dormir a la noche
La elección de alimentos para la cena puede tener un impacto significativo en la calidad del sueño. Si bien muchas verduras son conocidas por sus beneficios para la salud, algunas de ellas pueden ser contraproducentes si se consumen antes de acostarse.
Cuáles son las verduras que hay que evitar comer de noche
Brócoli y coliflor
El brócoli y la coliflor son ejemplos destacados de alimentos que, a pesar de contener triptófano, una sustancia conocida por ayudar a regular el ciclo del sueño, pueden dificultar el descanso nocturno debido a su alto contenido en fibra. Estos vegetales requieren un proceso de digestión prolongado, lo que puede provocar incomodidad y dificultades para dormir si se consumen antes de acostarse.
El efecto negativo de estos vegetales en el sueño se debe a su capacidad para causar gases y distensión abdominal, lo que puede interrumpir el descanso. La fibra presente en el brócoli y la coliflor, aunque es esencial para una buena digestión y salud intestinal, puede ser demasiado pesada para el sistema digestivo durante la noche, exacerbando la inquietud.
Las coles o repollitos de Bruselas
Comer este vegetal justo antes de acostarse podría afectar el reposo nocturno debido a su difícil digestión. Investigaciones indican que el organismo tarda más tiempo en digerir los repollitos de Bruselas, lo que puede mantenerlo alerta durante las horas normalmente destinadas al descanso. Este estado de alerta puede provocar insomnio, impidiendo al cuerpo entrar en un estado de relajación necesario para un sueño reparador.
Repollo y rábanos
El repollo y los rábanos son ejemplos de alimentos que podrían no ser recomendables para consumir antes de dormir. Estos vegetales aceleran la digestión, lo cual puede provocar molestias nocturnas y afectar la calidad del sueño.
Qué verduras sí se recomienda comer de noche
Diversos alimentos de origen vegetal están siendo reconocidos por su potencial para mejorar la calidad del sueño. Estudios y expertos en salud han destacado ciertas verduras y especias por sus beneficios en este ámbito, debido a sus componentes que influyen positivamente en el organismo.
La Espinaca, una verdura de hoja verde ampliamente consumida, es conocida por ser una fuente rica en triptófano. Este aminoácido es esencial en la producción de melatonina, hormona directamente relacionada con el sueño,
De igual manera, salvia y albahaca son especias populares en la gastronomía que, además de añadir sabor a los platillos, pueden tener efectos calmantes. Hay quienes aseguran que estas hierbas ayudan a reducir el estrés, lo que contribuye a mejorar la calidad del sueño.
Remolacha es otro vegetal que aporta múltiples beneficios. Este alimento también es rico en triptófano, lo cual facilita la producción de serotonina, un neurotransmisor que influye en la relajación mental, la reducción del estrés y la regulación del sueño.
Estos alimentos no solo forman parte de una dieta equilibrada, sino que también podrían ser aliados naturales para quienes buscan mejorar sus hábitos de sueño de manera saludable. Los expertos sugieren que incorporar estas verduras y especias a las comidas diarias puede ser una forma efectiva y natural de promover un mejor descanso.
Qué tener en cuenta a la hora de elegir el menú de la cena
El Dr. Alberto Cormillot ha explicado en Infobae en detalle cómo diferentes factores pueden influir en nuestras pautas alimentarias. Uno de los puntos principales destaca cómo colores suaves y pasteles tienden a reducir la ingesta de alimentos. Además, una luz tenue puede relajarnos y hacernos comer más, mientras que una luz intensa nos hace comer más rápido.
En cuanto a los sonidos, el Dr. Cormillot señaló que una música suave puede hacernos comer más debido a su efecto relajante, mientras que una música fuerte puede generar estrés y también aumentar el consumo de alimentos. El confort de la mesa y la silla es otro aspecto importante: una silla cómoda puede incentivar a seguir comiendo, mientras que un taburete incómodo apresura la comida.
Otro aspecto a considerar es la planificación semanal de las comidas, algo que el doctor prometió abordar en más detalle en su próximo programa. En cuanto a las porciones, recomendó reducirlas gradualmente. “Si una persona está comiendo cinco galletitas, no baje a una, baje a cuatro. Porque eso es sostenible”, aconsejó, resaltando la importancia de optar por envases pequeños para reducir el consumo. El volumen de la comida también es crucial. Aumentar la cantidad de líquidos y alimentos con bajo contenido calórico ayuda a llenarse con menor cantidad de calorías. Recordó que lo más importante no es la respuesta sino la pregunta correcta que se debe hacer en cuanto a hábitos alimenticios.
La doctora María Natalia Di Lorenzo añadió a Infobae que es fundamental ser riguroso al elegir los alimentos de la cena, ya que los procesos de reparación del cuerpo se realizan durante la noche. No aconseja irse a dormir sin comer, y menos aún si se está siguiendo un plan de alimentación saludable. “Muchas familias se reúnen solo para esta comida, y hay que tomarla con mucha seriedad”, afirmó. Durante el sueño, el cuerpo continúa trabajando intensamente. Se regeneran los músculos, se fortalecen las defensas y se procesan y almacenan las informaciones acumuladas durante el día. El sistema digestivo y el metabolismo también cumplen funciones importantes durante el reposo nocturno.
Para que la cena no interfiera con el sueño y para mantener una dieta saludable, Di Lorenzo sugirió evitar hidratos de carbono refinados y optar por alimentos ricos en fibra, proteínas y grasas poliinsaturadas. También recomendó beber agua en lugar de refrescos o bebidas alcohólicas ya que estas pueden causar reflujo gastroesofágico. El tamaño y contenido nutricional de la cena también es vital.
La junta directiva de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas sugirió que la cena represente entre el 15% y el 25% de las calorías diarias. Además, se debe cenar temprano para metabolizar correctamente.
Finalmente, se subrayó en la página web de la asociación que el tamaño de la porción en la etiqueta de un alimento podría ser mayor o menor que la cantidad recomendada. Varios factores como la edad, el peso, la estatura, el metabolismo y el nivel de actividad física influyen en las necesidades calóricas diarias de una persona.
Consejos para lograr un buen descanso de noche
La alimentación adecuada y los hábitos saludables juegan un papel crucial en la calidad del descanso nocturno. Diversas investigaciones sugieren que la elección correcta de alimentos y horarios de comida puede tener un impacto significativo en la mejora del sueño. Cenando temprano y siguiendo una rutina alimentaria constante, se pueden evitar alteraciones en la calidad del sueño provocadas por una digestión lenta que aumenta la temperatura corporal y puede causar reflujo ácido.
Expertos en crono nutrición destacan que una buena dieta está asociada con una mejor calidad del sueño. “Cambios en la calidad y arquitectura del sueño podrían estar vinculados con el deterioro cognitivo,” aseguró Kelly Baron, directora del programa de medicina conductual del sueño de la Universidad de Utah. La investigación emergente sugiere que ciertos alimentos, como aquellos presentes en la dieta mediterránea, pueden potenciar la calidad del descanso nocturno.
Evidencia científica indica que la duración y calidad del sueño tienen un impacto considerable en la salud humana. Problemas de sueño están asociados con un aumento en el riesgo de enfermedades como el cáncer, problemas cardiovasculares, diabetes y un incremento en la mortalidad por todas las causas.La alimentación sana, rica en vegetales, frutas, granos integrales, pescados y carnes no procesadas, es fundamental para reducir la inflamación y proporcionar nutrientes beneficiosos como la serotonina y la melatonina, que fomentan un mejor sueño.
Desde el punto de vista de la dieta, alimentos específicos como la leche, el pescado graso, el jugo de cereza agria y el kiwi han sido examinados por su potencial para mejorar la calidad del sueño, según un estudio publicado en PubMed Central. Las investigaciones hasta noviembre de 2019 destacan cómo las elecciones dietéticas no solo influyen en el bienestar físico sino también en el ciclo de sueño-vigilia.
Los hábitos alimenticios y las prácticas saludables influyen directamente en la calidad del sueño. Adoptar una dieta mediterránea y mantener un horario de sueño constante, así como controlar el estrés, puede resultar en un descanso más reparador y una mejora general del bienestar.