Política

Cristina Kirchner prepara una reunión con los senadores del Frente de Todos para descomprimir internas

Cristina Kirchner (EFE) (Juan Ignacio Roncoroni/)

Tras ocho meses de Gobierno libertario, Cristina Kirchner buscará juntarse con todos los senadores del interbloque del Frente de Todos para descomprimir internas y tensiones post sanción de la ley Bases y el paquete fiscal. El cónclave se daría en medio de acusaciones varias, errores garrafales de estrategia legislativa y un peronismo que, en vez de buscar el poder, languidece.

La cumbre sería, en principio, el 1 de agosto. Fue informada en la última reunión que realizó la bancada que comanda José Mayans (Formosa), durante la noche del miércoles pasado. Horas más tarde, el kirchnerismo pidió incorporar al temario de la sesión el proyecto que mejora las jubilaciones, aprobado semanas atrás por Diputados. Fracasó en conseguir los dos tercios para habilitar la iniciativa sobre tablas, algo que ya se anticipaba desde el día anterior.

¿Qué hizo el Frente de Todos? Acusar al radicalismo y otros dialoguistas de no haberlos ayudado. Es decir, denostar a potenciales aliados -lo mismo ocurre con asiduidad en Diputados- para exponer a Javier Milei. Toda una síntesis de cómo se movió el kirchnerismo estos meses: nuestra agenda, nuestros tiempos, nuestras órdenes. Con un pequeño detalle: lo hace desde afuera del poder, el principal y único insumo en la vida de cualquier justicialista de verdad y que, al parecer, sigue sin comprender el camporismo.

De hecho, 24 horas antes de dicha sesión, varios integrantes aseguraron a Infobae que la habilitación de ley sobre jubilaciones no iba a ser planteada en el recinto, ya que el oficialismo decidió activar un plenario de comisiones el día anterior para discutir la iniciativa y dilatar los tiempos. Después, pasó todo lo contrario y el principal bloque de la oposición en la Cámara alta -a sólo cuatro del quórum- volvió a quedar derrotado. Las caras de desazón comienzan a ser, cada vez, más evidentes.

“Más que un peronismo raro, estamos ante un peronismo sin recuperación. No hubo autocrítica post elecciones, se le da vía libre a cualquier senador o senadora para que digan disparates en las comisiones o en el recinto, y no hay nadie que comande. ¿Y seguimos prisioneros de Cristina? Una cosa es cuando estás en la cresta del poder o con algo residual. ¿Qué hay ahora?”, se lamentó un experimentado asesor justicialista del Congreso ante este medio.

José Mayans
El jefe del Frente de Todos en el Senado, José Mayans (NA)

Desde otro despacho remarcaron, dentro de las sorpresas que regala con mayor frecuencia el Senado -no se queda atrás Diputados, lugar por excelencia de escenas circenses-, el “papelón” y la “vergüenza ajena” de días atrás en la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara alta, cuando se trataron más de 30 pliegos de postulantes a cónsules y vicecónsules honorarios en distintas partes del país.

“Realizaron cuestionamientos sobre personas que designan otros países y que habían pasado todos los filtros habituales. Nunca hubo inconvenientes serios en décadas sobre esto. Además, eran pliegos que tenían años de demora, es decir, desde el Gobierno anterior. A veces pareciera que algunos hacen lo que se les da la gana, aunque siempre llega la orden mágica que, en vez de armonizar, acelera estos desastres”, deslizaron desde un despacho.

Todo este panorama pincela una triste realidad ya no del kirchnerismo, sino sobre toda la oposición: no da las batallas que se justifican, no se distancia de los perdedores electorales y, al final del camino, sólo se visualizan alianzas que se contagian con desórdenes y privación de musculatura. Es más: sus propios legisladores votan diferenciado en el Congreso, con total normalidad. Por ello la facilidad que tiene el Gobierno para decir y hacer cualquier cosa casi sin ningún tipo de consecuencias. Es, como calificó un eximio operador político, el “ecosistema del quilombo”: todo nivelado para abajo, sin saber con qué se cuenta para empezar a construir desde el llano.

Sin ninguna opción de poder real, Javier Milei y La Libertad Avanza hasta se dan el lujo de permitirse múltiples salidas de funcionarios, sin repercusiones. Y ya no miran tanto al Congreso de cara al futuro -aunque tampoco puede exceder en confianza y relajarse, por ser minoría ambas Cámaras-, sino que van a disputar una batalla clave. No es contra la oposición, sino los bancos, máximos ganadores de los últimos 20 años.

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