Economía

Caputo consiguió darle un fuerte golpe al dólar, pero los mercados se preguntan por el costo de la intervención

El ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili (MATIAS BAGLIETTO/)

Tras un arranque complicado del segundo semestre, el ministro de Economía Luis Caputo no solo consiguió ponerle un freno al dólar, sino que la cotización se mantuvo toda la jornada en baja y cerró a los mínimos del día.

Tanto el dólar MEP como el contado con liquidación cerraron ahora cerca de perforar los $ 1.300, con caídas de hasta 120 pesos en una sola jornada. El dólar libre cayó a $ 1.415 luego derrumbarse cerca de 85 pesos respecto al cierre del viernes.

El objetivo principal de “Toto” Caputo con los anuncios del fin de semana fue precisamente lo logrado en la jornada de ayer. La principal medida pasó por la decisión de vender reservas para rescatar los pesos de expansión monetaria generada por la compra de dólares.

En lo que va del mes, el BCRA ya adquirió cerca de USD 250 millones. Ahora esos dólares serán vendidos al menos parcialmente a través del mercado financiero. Obviamente, habrá una ganancia por comprar dólares a $ 960 en el mercado oficial de cambios, pero luego venderlos aprovechando la brecha cambiaria.

El objetivo del ministro, y que comparte con el presidente Javier Milei, es asestarle un fuerte golpe al tipo de cambio y reducir la brecha a su mínima expresión. De hecho, la diferencia entre el dólar oficial y los financieros se había agrandado a más de 55% y ahora volvió al 42%.

El FMI no opinó especificamente acerca de las últimas medidas del ministro de Economía sobre el uso de reservas para salir a bajar el tipo de cambio y al mismo tiempo rescatar pesos. Sin embargo, se sabe que el organismo prefiere que se utilice el mecanismo de tasa de interés para favorecer la demanda de pesos y no la intervención directa en el mercado incluso perdiendo divisas en el camino

Ahora la incógnita es si podrá mantener la tendencia a la baja en las próximas jornadas. El objetivo es que las cotizaciones de los dólares financieros vuelvan a niveles de $ 1.100, lo que prácticamente cerraría la brecha con el dólar oficial (que sumado el impuesto PAIS se ubica prácticamente en esos niveles).

La estrategia no solo pasa por disponer de más dólares para la venta a través del mercado bursátil, sino además restringir al máximo la cantidad de dinero de la base monetaria amplia.

Para eso, ayudará esta venta de dólares cuya contracara es rescatar y eliminar pesos en circulación. “No sabemos cuántos de los pesos que emitimos por compra de dólares tienen realmente demanda, porque solo respondemos a la venta de los importadores. Por eso, tomamos la decisión de salir a rescatarlos”, indicó Caputo.

Los dólares financieros volvieron al rango de los $1.300
Los dólares financieros volvieron al rango de los $1.300 (Kim Hong-Ji/)

Sin embargo, en el mercado no comparten del todo esta lectura. Una de las cuestiones que no termina de cerrar para los inversores es que la estrategia implica pérdida de reservas o como mínimo un régimen de acumulación aún más lento.

Este aspecto provocó que ayer los bonos en dólares operen débiles, manteniendo la tendencia bajista de las últimas semanas. El Bonar 2030, por ejemplo, quedó cerca de perforar los USD 50 y el riesgo país trepó más de 3% hasta superar los 1.550 puntos básicos.

Pero la lectura del equipo económico es que se trata de una cuestión de tiempo. En la medida que los mercados comprueben que el superávit fiscal llegó para quedarse y que hay compromiso por evitar la emisión de pesos, tanto las acciones pero especialmente los bonos comenzarán a recuperarse.

También está por verse si las cotizaciones podrían caer hasta esos $ 1.100 que menciona Caputo y prácticamente terminar con la brecha cambiaria. Ese escenario a su vez jugaría favorablemente para bajar la inflación otro escalón. El objetivo sería acelerar ese proceso y que llegue a niveles cercanos a 0% no más allá del fin de año.

Si el plan da resultado, entonces se iría a una salida gradual de las restricciones cambiarias en el tercer o cuatro trimestre. Sería un proceso más lento de salida del cepo que el que se instrumentó en 2015, pero el objetivo es que pueda perdurar en el tiempo.

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