Tarifas sin aumentos, dólar quieto y emisión cero, el combo del Gobierno para frenar la suba de precios de julio
Pasada la ola de frío que impactó en el precio de los alimentos y puesto en marcha el plan de emisión cero para contener la suba del dólar que el viernes pasado cerró en $1.500 en su versión libre, en el Gobierno esperan ahora nuevos datos que confirmen el anticipo que el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, incluyó sobre la inflación de julio en su presentación del lunes ante inversores en Nueva York. Según su exposición, el índice de precios al consumidor anotará este mes una suba de 3,7%, cifra por debajo de lo que pronostica el consenso del mercado según el relevamiento de expectativas que publica el Banco Central. Ese desvío ya es habitual. Sin embargo, las mediciones privadas de las dos primeras semanas arrojaban un recalentamiento de los precios, particularmente de los alimentos, que preanunciaban mayor presión sobre el índice general, Tanto la consultora Econviews, como EcoGo y también LCG apuntaron un salto en esa categoría, especialmente en la primera semana del mes, que ponía en tela de juicio el pronóstico oficial.
Sin embargo, la tercera semana del mes pudo haber marcado un cambio. La medición de LCG detectó una suba de 0,6% en los productos de consumo masivo mientras que también la plataforma Alphacast detectó un cambio de tendencia. Así lo informó uno de sus creadores, Luciano Cohan, quien la semana pasada había advertido sobre la suba que se percibió en la primera quincena del mes.
“Buenas noticias; esta semana parece haberse revertido el salto de precios que vimos la semana pasada”, compartió en su cuenta de la red social X, en la que aclaró que eso significaba que los datos capturados anotaban bajas. Los motivos detrás de esa dinámica, de confirmarse en los últimos 10 días del mes, pueden resultar de la combinación del fin de las temperaturas bajas que afectaron sobre todo a los productos estacionales, la perspectiva de una mayor estabilidad o incluso baja del dólar a raíz del nuevo mecanismo de intervención del Banco Central en el dólar financiero y un nivel de consumo que no repunta, por lo que no deja espacio a una suba de precios “preventiva” ante eventuales imprevistos.
Desde el equipo económico insisten que el índice reflejará claras mejoras respecto del mes pasado. El jefe de asesores de la Secretaría de Industria y Comercio, Santiago Migone, sostuvo que las subas registradas por las consultoras se explican mayormente por el rubro estacionales. “No hay un cambio de tendencia en la inflación por el dólar. Es más, los productos de supermercado están teniendo un buen mes y van cerca del 2,5% mensual”, sostuvo el funcionario que estimó que la inflación núcleo, que excluye regulados y estacionales, será menor a la de junio. De acuerdo a la presentación de Werning, la expectativa oficial es que la inflación núcleo se ubique 5 décimas por debajo del nivel general, en 3,2 por ciento.
Un elemento adicional contribuirá a quitarle presión al IPC de este mes. Igual que en mayo, el congelamiento de tarifas dispuesto para este mes, en el que un ajuste de precios sumado al aumento de consumo de la energía ante la ola polar hubiera significado un enorme impacto en las boletas de gas y luz, aporta lo suyo y ayuda a compensar aquellos rubros que subieron tal vez más que lo previsto.
De acuerdo al informe que elabora todos los meses el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP) de la UBA y el CONICET, el costo de la canasta energética aumentó en el mes apenas 2%, lo que apaga un motor para la suba. Claro que se trata de un diferimiento y el sendero de suba se retomaría en agosto pero, para esa fecha, otros factores pueden neutralizar el impacto tal como ocurrió el mes pasado.