Cristina Kirchner reaparece en México y hay expectativa por su discurso, a una semana del fraude de Maduro
Este sábado, a las 15 hora argentina, Cristina Kirchner hablará en México en el cierre de un curso internacional sobre “Realidad política y electoral de América Latina”. La trascendencia de su aparición está ligada íntimamente a lo que vaya a expresar respecto al fraude electoral en Venezuela y la represión del régimen de Nicolás Maduro a los manifestantes opositores que se volcaron a las calles a reclamar por la transparencia del proceso electoral.
Casi una semana después de los comicios venezolanos, la ex presidenta se expresará en público respecto a lo ocurrido el último domingo y durante toda la semana, donde hubo más de 20 muertos por la represión de la Policía venezolana. El país centroamericano está convulsionado, la comunidad internacional puso en duda los resultados y las actas electorales aún no fueron mostradas por el chavismo.
Junto a CFK viajó una pequeña comitiva de dirigentes conformada por las intendentas Mayra Mendoza (Quilmes) y Mariel Fernández (Moreno), el ex secretario presidencial Oscar Parrilli y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti. La ex mandataria arribó al Distrito Federal ayer por la mañana y se quedará hasta el domingo.
El caótico contexto internacional y la gravedad de la situación en las calles de Venezuela expusieron, nuevamente, una fractura en el posicionamiento público del peronismo. El principal espacio político de la oposición quedó incómodo ante quien supo ser un socio político de los Kirchner. Alberto Fernández fue el primero en romper ese extraño silencio en el que se sumergió la fuerza política y el primero en pedir la publicación de las actas.
Luego siguió, tres días después de la elección, el Frente Renovador de Sergio Massa con la publicación de un comunicado muy duro, en el que desconcieron el supuesto triunfo de Maduro y reclamaron que haya transparencia en los resultados. “Es imperativo que el pueblo venezolano tenga acceso a una verificación clara y precisa de los resultados electorales”, sostuvieron.
El ex ministro de Economía tomó distancia de las expresiones del gobernadore bonaerense, Axel Kicillof, y el ministro de Desarrollo a la Comunidad de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque, que había encerrado el tema en los límites de Venezuela y dijeron que la situación la debía “resolver el pueblo venezolano”.
Unas horas después se expresó el bloque de diputados de Unión por la Patria (UP), advirtiendo que era “imprescindible” que se publicaran las actas de la elección y aseguraron que Maduro “es el responsable de garantizar que el escrutinio sea transparente”. Además, ante la escalada de violencia, pidieron “detener el enfrentamiento entre venezolanos que solo destruye y trae muerte”.
La CGT expuso su mirada en la misma línea, reclamando que haya transparencia y que quede en claro que el proceso electoral se llevó a cabo sin inconvenientes. El peronismo no se desmarcó completamente de los cuestionamientos que hubo de distintos gobiernos. Desde Chile hasta Estados Unidos pasando por México, Colombia y Brasil, que en las últimas horas emitieron un comunicado conjunto reclamando celeridad.
A esas manifestaciones se le sumó la decisión del gobierno de Javier Milei de reconocer al candidato opositor a Maduro como el ganador de la elección. “El legítimo ganador y Presidente electo es Edmundo González”, sostuvo la canciller, Diana Mondino. De esa forma, el gobierno argentino generó aún más presión sobre el régimen de Maduro para que clarifique el escrutinio.
En el peronismo hay cierta especulación sobre cómo se expresará Cristina Kirchner respecto a la elección. Seguir la misma línea argumental que Massa y Fernández podría generar ruido en el vínculo con Nicolás Maduro, pero avalar completamente el acto eleccionario, la expondría frente a la mayoría de los presidentes y ex presidentes -de distintas vertientes políticas – que se expresaron durante toda la semana.
Los movimientos desacoplados del peronismo respecto a la situación en Venezuela retrataron a la perfección las falencias actuales de la fuerza política. No hay un discurso unificado ni una estrategia de comunicación conjunta. No hay un liderazgo claro ni una mesa de conducción que defina un norte. El peronismo de este tiempo tiene similitudes con el del 2019, donde había una gran dispersión de tribus y una discusión abierta sobre el rumbo a seguir.