Salud

Enfermedad silenciosa: alertan por los síntomas persistentes del COVID mientras crecen los casos en el mundo

Se estima que más de 65 millones de personas han sufrido de COVID prolongado en el primer año de la pandemia (Getty) (Portra ehf./)

“El virus del COVID-19 no se ha ido y los datos de 84 países muestran que en las últimas semanas los casos confirmados han aumentado en el mundo”, declaró esta semana en Ginebra la directora de Prevención y Preparación para Epidemias y Pandemias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove.

Cuanto más circula el virus, mayor es la probabilidad de que mute y se vuelva más severo, según los datos y la evidencia científica que maneja la agencia sanitaria internacional.

Ante ese escenario, y a más de cuatro años de declarada la pandemia por COVID-19, un problema de salud cada vez más habitual preocupa a los investigadores: el COVID prolongado.

Las secuelas posteriores al COVID-19, también conocidos como COVID persistente o “long COVID”, hacen referencia a una variedad de síntomas persistentes que algunas personas presentan después de haber cursado la infección inicial por el virus SARS-CoV-2.

Qué es el COVID prolongado

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El término COVID prolongado describe un conjunto de síntomas que duran meses o años después de la infección inicial Getty) (LUIS ALVAREZ/)

Los síntomas asociados con las secuelas del COVID-19 pueden prolongarse durante semanas, meses o incluso años. Aquellos que padecen estas secuelas pueden experimentar una amplia gama de síntomas, que varían en intensidad desde leves hasta graves, y que habitualmente se asemejan a los de otras enfermedades, por eso pueden confundirse.

Los 200 síntomas asociados al COVID prolongado o long COVID pueden abarcar desde un cansancio extremo, problemas respiratorios hasta dificultades para pensar o concentrarse, señalan los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. Los investigadores en todo el mundo están trabajando para entender por qué algunas personas desarrollan COVID prolongado mientras que otras no.

“El intenso esfuerzo científico que desencadenó el COVID prolongado ha dado como resultado más de 24.000 publicaciones científicas, lo que lo convierte en la condición de salud más investigada en los cuatro años registrados de la historia humana”, describió el doctor Ziyad Al-Aly, epidemiólogo clínico de la Universidad de Washington y elegido como una de las 100 personalidades más influyentes de la salud en 2024 por la revista Time.

¿Qué problemas de salud provoca el COVID prolongado?

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El COVID prolongado es una enfermedad crónica compleja que puede provocar más de 200 efectos sobre la salud en múltiples sistemas corporales (Getty) (Morsa Images/)

Un estudio reciente de las Academias Nacionales de Ciencias de EE.UU. examinó exhaustivamente los efectos del COVID prolongado en la salud. Encargado por la Administración del Seguro Social, el informe busca indagar en las repercusiones del long COVID en los beneficios por discapacidad.

El estudio destacó que el COVID prolongado puede desencadenar una amplia gama de problemas de salud que incluyen cardiopatías, trastornos neurológicos como el deterioro cognitivo y niebla mental, malestar posesfuerzo, desórdenes gastrointestinales, nefropatía, trastornos metabólicos como la diabetes, y disfunciones inmunológicas. Estos efectos no solo afectan a adultos, sino a personas de todas las edades, incluso si han cursado formas leves de la infección por SARS-CoV-2.

Los síntomas más frecuentes asociados al COVID prolongado según la OMS son la fatiga, la disnea y la disfunción cognitiva (por ejemplo, confusión, pérdida de memoria o falta de concentración y claridad mental).

Las consecuencias del COVID prolongado, como la incapacidad para concentrarse o estudiar, la disminución en la calidad de vida y la reducción en la capacidad física y cognitiva, pueden persistir durante meses o incluso años después de la infección inicial.

¿Por cuánto tiempo el COVID afecta al cuerpo humano?

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La afección posterior a la COVID-19, también conocida como COVID de prolongado, hace referencia a una variedad de síntomas persistentes que algunas personas presentan después de haber padecido la enfermedad (Getty) (Guido Mieth/)

La mayoría de las personas que desarrollan la COVID-19 se recuperan por completo, pero la OMS señala que, según los datos disponibles, aproximadamente entre el 10% y el 20% de la población experimenta diversos efectos a medio y largo plazo después de recuperarse de la enfermedad inicial por COVID-19.

Un estudio liderado por el doctor Al-Aly y publicado en el New England Journal of Medicine el mes pasado mostró que el riesgo de desarrollar COVID-19 prolongado ha disminuido a lo largo de la pandemia. En 2020, cuando no había vacunas y la cepa ancestral del SARS-CoV-2 era dominante, aproximadamente el 10,4% de los adultos que contrajeron el virus desarrollaron COVID prolongado. A principios de 2022, con la predominancia de las variantes Ómicron, esa cifra se redujo al 7,7% entre los no vacunados y al 3,5% entre los vacunados. Aún están en revisión los datos de 2024.

Esta disminución se atribuye principalmente a dos factores: la aplicación de las vacunas y las mutaciones en el virus, que lo han hecho menos propenso a causar infecciones graves y a persistir en el cuerpo humano.

Además, “las personas no vacunadas tenían más del doble de probabilidades de desarrollar COVID-19 prolongado”, agregó el epidemiólogo de la Universidad de Washington, quien afirmó que, aunque aún no se tienen cifras precisas para la tasa de COVID prolongado en 2024, el flujo de nuevos pacientes en las clínicas especializadas ha sido similar al observado en 2022. Se estima que más de 65 millones de personas en todo el mundo han sufrido de COVID prolongado en el primer año de la pandemia, reflejando la magnitud del impacto de esta condición a nivel global.

“Incluso después de tres años, es posible que te hayas olvidado del COVID-19, pero el COVID no se ha olvidado de ti”, dijo Al-Aly. “La gente puede pensar que está fuera de peligro, porque tuvo el virus y no experimentó problemas de salud. Pero tres años después de la infección, el virus aún podría estar causando estragos y causando enfermedades en el intestino, los pulmones o el cerebro”, agregó.

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