Martín Redrado habló sobre la baja del dólar y el nivel de actividad económica: “Hoy la Argentina es blanqueo dependiente”
Martín Redrado, quien fue presidente del Banco Central durante el gobierno de Néstor Kirchner y durante la campaña electoral de 2023 acompañó la precandidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta, dijo que la economía argentina es “blanqueo dependiente”. Al referirse al actual “veranito” del dólar, en que la cotización bajó fuertemente, el exfuncionario y actual consultor dijo que el mismo se debe al blanqueo impositivo en curso y al adelanto del pego del impuesto a los Bienes Personales. “Eso está generando que mucha gente esté cambiando dólares por pesos. Hoy la Argentina es blanqueo dependiente”, explicó.
Entrevistado por radio Mitre, el economista señaló que para poder acumular dólares y mejorar el nivel de actividad económica la apuesta oficial pasa hoy porque haya “suficientes dólares que salgan del colchón y se manifiesten en la actividad”. Al respecto, observó, “hasta ahora hay una tibia mejora en las reservas del Banco Central (BCRA) que subieron en USD 800 millones, que es exactamente lo que se ha blanqueado hasta este momento. Pero para que el blanqueo sea realmente exitoso hay que darle a la gente la posibilidad de usar los dólares en cualquier cosa. En el sector privado la gente consulta si hay que mantener el dinero en el banco un año y medio o comprar bonos y acciones, y eso hace que se tenga miedo al manotazo, que siempre ha ocurrido en el sistema financiero, en el sector público”.
Blanquear el blanqueo
Para mejorar el alcance del blanqueo y lograr un mayor impacto sobre el nivel de actividad económica Redrado propuso darle mayor “tangibilidad, para que los dólares blanqueados se puedan usar para cualquier cosa. Desde la compra de un auto, una heladera, cerámicas para una casa. A este blanqueo le falta una vuelta de tuerca: darle curso legal al dólar. Que la gente que blanquea pueda salir el día después a comprar cualquier cosa. No solo con tarjeta, sino con dólares billete, incluso con tipo de cambio flotante, para darle previsibilidad a la política cambiaria y generar un proceso de crecimiento económico”, aconsejó.
Cuando se le notó que pese al reciente veranito del dólar y el repunte de las reservas, estas siguen siendo “escuálidas”, Redrado señaló que el reciente aumento de las mismas se debe a que la gente está sacando dólares de sus ahorros y cambiándolos en el mercado marginal o en el mercado CCL. Además, agregó, “está el adelanto (del pago del impuesto) de Bienes personales, para pagar a una alícuota muy baja los adelantos y fijar el impuesto”. Al respecto, agregó, “gente que tiene muchos bienes o inmuebles y para pagar ese adelanto cambie dólares por pesos, sacando dólares del colchón para hacerlo”.
Hoy las deudas del BCRA superan en 5.500 millones las tenencias. Las reservas netas son USD 5.500 millones negativas. Eso marca la tensión hacia adelante
Debido a esas razones, Redrado concedió que el actual es un “veranito puntual” al que le puso fecha de vencimiento, el 30 de septiembre, cuando termina la primera etapa del blanqueo. “A mi entender es una fecha clave, que consultaremos todos. Veremos cuánto terminan aumentando las reservas y cuántos dólares se exteriorizan; es una cifra importante para salir del valores negativos de reservas. Hoy las deudas del BCRA superan en 5.500 millones las tenencias. Las reservas netas son USD 5.500 millones negativas. Eso marca la tensión hacia adelante”
A eso se debe, prosiguió que “incluso en el contexto del veranito actual con el dólar no baja el riesgo país, porque cuando se hacen las cuentas de cuántos dólares debe la Argentina hacia adelante, por más que se diga que está garantizado el pago yo no veo que estén depositados los fondos en Nueva York que la Argentina necesita para afrontar los pagos de deuda. Por eso en este veranito financiero tenemos el riesgo país que está en 1.500 puntos básicos”.
Consultado sobre si coincidía con el ex ministro Domingo Cavallo, que recientemente señaló en su blog que el cepo cambiario se extenderá por lo menos hasta el año 2025, Redrado dijo que la clave para salir es “salir de reservas netas negativas y tener por lo menos USD10.000 millones que lo permita. Falta mucho y el gobierno muestra que se siente cómodo con el cepo. No ha dado ninguna fecha. A mi juicio, la Argentina necesita una salida artesanal del cepo. Ir sacando regulación por regulación. Mostrar un sendero de hacia dónde se va. Ha habido algunas regulaciones que se han sacado, pero no han mostrado dinámica de ir semana por semana de ir sacando las 210 normativas, restricciones que hoy tiene el mercado cambiario. Este sería un camino que se va hacia la liberación del cepo. Por ahora se mantiene y se lo ve al equipo económico cómodo con este esquema cambiario”.
Además, dijo que hacia adelante es necesario “darle previsibilidad al sistema cambiario”. ¿Hasta cuándo va a seguir el cepo? ¿Cómo sigue luego? ¿Vamos a seguir con tipo de cambio flotante?, ¿será libre para la importación y la exportación, dónde va a quedar el sector turismo?”, planteó como interrogantes.
“Cuanto antes se puedan clarificar estas incertidumbres, mejor será para las inversiones. Con cepo no hay inversiones, porque el que quiere invertir en el sector minero o en el campo quiere saber a qué dólar va a invertir y a qué lugar puede tener utilidades”, subrayó.
Sobre la marcha de la inflación, cuya reducción es hasta ahora el principal logro de política económica que exhibe el gobierno, el economista dijo que cuesta bajar la inflación núcleo del 3%, porque hay pendientes aumentos de tarifas y precios postergados. “Este mes aumentan 4% la luz, el agua, el gas, la medicina privada el 6%, los combustibles el 3%M; la Argentina necesita una hora de ruta: me gustaría que junto con el Presupuesto 2025 se presente una verdadera revolución impositiva: se necesita simplificar y eliminar impuestos distorsivos y ampliar la base impositiva; en vez de 6 millones de contribuyentes tener 12 millones, y para eso hace falta bajar los aportes patronales.
Además, concluyó, también se necesita una “revolución exportadora”, lo que exige generar nuevos acuerdos y mercados internacionales.