Comienza una semana atravesada por una licitación del Tesoro y el dato de inflación de septiembre
Comienza una semana intensa signada por el anuncio de hoy de la licitación de Letras del Tesoro del miércoles y por el dato de la inflación de setiembre que se conocerá al día siguiente.
En el anuncio del Tesoro se espera que no haya, como no lo hubo en la últimas licitaciones, una tasa mínima para las LECAP. Lo que el mercado descuenta es que los rendimientos de las letras más buscadas ante la caída del dólar, va a ser inferior a 3,76% efectivo mensual actual.
Este retorno, se descarta, puede resultar positivo ante la inflación de setiembre que se estima en 3,5% o menos. Pero, además los analistas prevén una caída adicional en octubre.
Son temas de corto plazo. La gran preocupación sigue siendo enero, pese al giro de dinero del viernes pasado (las reservas bajaron ese día USD 918 millones) para cubrir los vencimientos de intereses.
Los inversores quieren saber cómo se van a pagar los vencimientos de capital de los bonos que, junto a los intereses, totalizan USD 4.900 millones. El ministro de Economía, Luis Caputo, trabaja para dar una noticia optimista que aclare el panorama y dé el impulso adicional para apostar a los bonos soberanos y continuar bajando el riesgo país. Si logran llevarlo a 800 puntos básicos, el problema estaría solucionado, porque el Gobierno saldría al mercado internacional de capitales a renovar los vencimientos de 2025. El riesgo país bajó el viernes a 1.285 puntos básicos (- 0,6%).
Actividad: pocos datos, mejor expectativa
En su informe semanal la consultora FMyA de Fernando Marull, señaló que si bien hay pocos datos de actividad de septiembre, “deberían venir bien; ayudan la menor inflación (3.5%), la calma financiera y el crédito volando. Suponemos una inflación de 3,1% para octubre, por menores tarifas (2,9%). Asimismo, el blanqueo sumó USD 13 mil millones a la economía. Esto ayudó al Fisco (por pago de Bienes Personales), a bajar la brecha (argentinos vendieron USD 800 millones para para pagar impuestos) y que el Banco Central (BCRA) siga comprando dólares”, indicó la consultora. El Central, enumeró, compra por 3 motivos:
- Entran depósitos y hay mayor demanda de créditos en dólares;
- Rebotó la soja y hubo ventas del agro y
- Aún no impactan las importaciones. Pero en las próximas semanas, el pago de importaciones debería presionar a las reservas.
Más adelante Marull agrega que en el dólar contado con liquidación (CCL) ya no estará la oferta de dólares de impuestos, pero sí el blend y el nuevo poder de fuego del BCRA (USD 2.000 millones), que sube cada vez que compra reservas. Y sobre el comportamiento del mercado nota que sigue el veranito financiero. “Bonos arriba de USD 60, riesgo país bajando a 1.258 puntos básicos, dólar paralelo en $1.195 y brecha de 25%. El mercado de liquidez en pesos sigue en Lecap cortas al 45% anual, que ya descuentan una inflación de 3,2% mensual para los próximos 3 meses”.
Sobre la salida del cepo FMyA observa “dos escenarios bien marcados: el del Gobierno, que apunta ir paso a paso, donde el mercado se hace la idea de salida del cepo post octubre 2025; como dijimos, para llegar tienen que eliminar el blend (cuesta USD 17 mil millones hasta octubre 2025) o conseguir financiamiento (Repo, organismos multilaterales, blanqueo). En el otro camino, liberan restricciones “cuando lleguen a la inflación de 2,5%” (puede ser en enero 2025, cuando bajen el impuesto PAIS a 0%), pagando un mayor ritmo de inflación transitoriamente, pero luce cada vez menos probable dada la proximidad de las elecciones”.
Escenario externo
La consultora F2 de Andrés Reschini analizó el escenario internacional que puede beneficiar a la Argentina. “El dato de empleo en Estados Unidos confirmó que se crearon 254.000 empleos no agrícolas en septiembre y las revisiones para julio y agosto fueron de +72.000. En tanto, el desempleo cayó al 4,1% y esto pulverizó las chances de que la Reserva Federal recorte las tasas en 50 puntos básicos para la próxima reunión. Los rendimientos de los bonos del Tesoro se incrementaron, pero el mercado se siente más cómodo con 25 puntos básicos más en la tasa y mejores señales desde la economía real”.
Entre los datos locales destacó la continuidad de la baja del riesgo, hasta cerrar en 1.258 puntos básicos. “El Banco Central cerró la semana con compras netas en el Mercado Libre de Cambios (MLC) por USD 583 millones y acumula en un mes USD 706 millones. Esto mejora las expectativas de uno de los meses que, a priori, lucían más desafiantes gracias a una demanda que sigue declinando contra todo pronóstico mientras la oferta de divisas logra mantenerse. De todas maneras, resta bastante de octubre, aunque el colchón que va haciendo el BCRA cambia el ánimo del mercado. La pregunta es si la debilidad de la demanda no se traducirá en datos de actividad poco alentadores”.
Sobre el dólar futuro, F2 señaló que “ajustaron con pérdidas luego de la rueda anterior con ajustes mixtos. Fin de diciembre ajustó en $1.060 mientras que la media del REM lo ubica en $ 1.021,5. Las preocupaciones acerca de un eventual salto cambiario son ínfimas. Tal es así que los contratos que hoy están cotizando dejaron las menores tasas implícitas desde que se negocian en prácticamente toda la curva”.
La consultora 1816, en tanto, sostiene la hipótesis de que durante el cuarto trimestre “el Gobierno tiene poder de fuego si quiere contener el CCL: no solo gracias a las mayores opciones que generan los números extraordinarios del blanqueo, sino también al hecho de que desde julio el BCRA compró más en el MLC de lo que vendió en dólares financieros”. Otra virtud que le atribuye al blanqueo es que el mercado local “continúa mostrando las dificultades que tienen los inversores por conseguir rendimientos atractivos en instrumentos CER/Dólares, lo que permite a empresas de primera línea financiarse en el mercado primario a tasas parecidas a las de los bonos del Tesoro norteamericano. Nosotros mantenemos nuestra postura histórica de sobre ponderar bonos Globales por sobre Bopreal”.
Para la consultora, el riesgo en 2025 está en “la dinámica del sector externo. En el bimestre julio – agosto hubo un déficit de cuenta corriente base caja superior a USD 2.900 millones, algo que, sacando un bimestre de 2023, no se veía desde antes de la crisis de Macri del segundo trimestre de 2018. Ese déficit es el resultado de:
- El blend, que hace que solo una mínima parte del superávit comercial entre a reservas,
- La apreciación del peso en el mercado de dólares financieros, que llevó a máximos de varios años la salida de dólares por turismo y -los intereses de la deuda que por el riesgo país todavía no pueden refinanciarse en el mercado”.
Y hacia adelante ve 3 alternativas:
- Se libera el tipo de cambio para que la balanza de pagos ajuste por precio, algo que parece improbable en el corto plazo,
- Se elimina el blend (lo que, para exportaciones de 2025 de USD 82.400 millones, implicaría mayor oferta en el mercado oficial de USD 16.500 millones versus esquema actual), lo que arriesgaría la estabilidad del CCL (aunque se podría mitigar eso con algo de intervención),
- Financiamiento en dólares no tradicional (REPO, LETES, FMI y/o Banco de Basilea).
Por último, en 1816 creen que “mientras que los desafíos de sostener el actual régimen cambiario son claros, también lo son los beneficios inmediatos de mantener el rumbo: la estabilización de la inflación en una zona de 4% desde mayo permitió que los salarios reales del sector privado reboten. Un mes después de haber recortado 10 puntos la alícuota del impuesto PAIS, el Gobierno bajó los aranceles a la importación de diversos productos finales, bienes intermedios y maquinaria, en otra muestra de que de corto plazo la prioridad es romper la inercia inflacionaria y que se sigan recuperando los salarios reales a costa de postergar un poco la acumulación de divisas”.
El análisis de las distintas consultoras deja una conclusión: a partir de hoy los inversores no parecen tener obstáculos para asumir riesgos en bonos y acciones. Sus preocupaciones profundas están en lo que suceda a partir del primer día de 2025. Pero tres meses en la Argentina es el largo plazo y el Gobierno parece tener cartas para jugar y sorprender.