Por qué las personas suelen ocultar las enfermedades infecciosas en el entorno laboral y social
(Dennis Thompson / HealthDay News) — Un número inquietante de personas enfermas de una enfermedad infecciosa ocultan su enfermedad para evitar faltar al trabajo, a los viajes o a eventos sociales, revela una investigación reciente.
Alrededor de tres de cada cuatro personas (75%) habían ocultado una enfermedad infecciosa a los demás al menos una vez o podrían hacerlo en el futuro.
Estas personas reportaron haber abordado aviones, tener citas y participar en otras actividades sociales mientras estaban enfermas, sin tener en cuenta el riesgo de infección que representaban para los demás, según un informe publicado el 24 de enero en la revista Psychological Science.
Esto incluía incluso a los trabajadores de la salud, que presumiblemente deberían saberlo mejor. Más de tres de cada cinco personas en el cuidado de la salud (61%) dijeron que habían ocultado una enfermedad infecciosa, según muestran los resultados.
Los investigadores también encontraron una diferencia entre cómo se comportan realmente las personas cuando están enfermas y cómo creen que actuarían.
"Las personas sanas pronosticaron que era poco probable que ocultaran enfermedades dañinas (las que se propagan fácilmente y tienen síntomas graves), pero las personas activamente enfermas reportaron unos niveles altos de ocultamiento, independientemente de lo dañina que fuera su enfermedad para los demás", señaló el investigador principal, Wilson Merrell, candidato doctoral de la Universidad de Michigan.
En una parte del estudio, Merrell y sus colaboradores reclutaron a más de 900 participantes en el campus de la Universidad de Michigan, entre ellos unos 400 empleados de atención de la salud de la universidad.
A los participantes del estudio se les preguntó cuántos días habían sentido síntomas de enfermedad infecciosa desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020, así como si habían ocultado su enfermedad a los demás.
Más del 70% reportaron encubrir sus síntomas. Muchos dijeron que lo hicieron porque una enfermedad entraría en conflicto con los planes sociales, mientras que un pequeño porcentaje dijo que lo hicieron debido a la falta de tiempo libre remunerado.
Otra etapa del estudio involucró una encuesta en línea de 900 personas, algunas de las cuales estaban activamente enfermas. Se pidió a los participantes que calificaran la transmisibilidad de su enfermedad real o imaginaria, así como su probabilidad de ocultar su enfermedad para conocer a alguien.
En comparación con los participantes sanos que solo imaginaban estar enfermos, las personas que estaban activamente enfermas eran más propensas a ocultar su infección, según muestran los resultados.
"Esto sugiere que las personas enfermas y las sanas evalúan las consecuencias del ocultamiento de formas distintas, y que las personas enfermas son relativamente insensibles a lo propagable y grave que podría ser su enfermedad para los demás", comentó Merrell en un comunicado de prensa de la universidad.
La pandemia podría haber cambiado esto al resaltar la importancia del control de infecciones. Por ejemplo, en el primer estudio, solo cinco participantes informaron haber ocultado una infección por COVID.
Pero sigue teniendo sentido que algunas personas oculten cruelmente su enfermedad, dado que otros tienden a responder a una persona enferma, dijo Merrell.
"Después de todo, las personas tienden a reaccionar negativamente, a encontrar menos atractivas y a mantenerse alejadas de las personas que están enfermas de enfermedades infecciosas", dijo Merrell. "Por lo tanto, tiene sentido que tomemos medidas para encubrir nuestra enfermedad en situaciones sociales. Esto sugiere que las soluciones al problema de la ocultación de enfermedades pueden necesitar depender de algo más que la buena voluntad individual".
Más información: Johns Hopkins Medicine ofrece más información sobre el distanciamiento social y la autocuarentena.
FUENTE: Universidad de Michigan, comunicado de prensa, 29 de enero de 2024
* Dennis Thompson HealthDay Reporters ©The New York Times 2024