Cuatro razones para no comprar un refrigerador o nevera inteligente
Los electrodomésticos inteligentes están diseñados para hacer nuestra vida más cómoda y eficiente. Pero como todo dispositivo nuevo, hay un lado negativo que se debe abordar para tener en cuenta al momento de comprar una opción de estas. En el caso de las neveras inteligentes hay cuatro aspectos problemáticos que los usuarios no deben pasar por alto antes de hacer esta inversión.
Estos puntos surgen como consideraciones inherentes a este tipo de refrigeradores, que se diferencian de los convencionales, por estar conectados a internet, enlazarse con una aplicación, compartir información, ser vulnerables frente a esos entornos y convertirse con el tiempo en neveras convencionales si no les sacamos el verdadero provecho.
Así que a continuación dejamos cuatro razones para no comprar una nevera inteligente, que puede ser muy útil para cuidar nuestros alimentos o para ahorrar energía, pero que también nos expone a otros problemas.
Falta de privacidad
Una de las principales preocupaciones al considerar la compra de una nevera inteligente es la falta de privacidad que conlleva. Estos dispositivos están equipados con cámaras y micrófonos que pueden monitorear constantemente lo que ocurre dentro del hogar.
Aunque se promocionan como herramientas útiles para gestionar nuestros alimentos y tareas domésticas, la idea de que la nevera pueda estar observando y grabando cada movimiento dentro de la cocina plantea algunas preocupaciones sobre la privacidad de toda la familia.
Si bien los fabricantes de estos dispositivos los equipan con sistemas de seguridad y a través de actualizaciones corrigen errores, cualquier producto que esté conectado a internet está expuesto a ser vulnerado y que tomen su control de manera remota para el contenido que está grabando y los datos recolectados.
Posible filtración de información personal
Este punto está muy ligado al anterior. Al estar conectados a una red, la información que recopilan, como nuestros hábitos alimenticios y los horarios de consumo, los datos podrían estar en riesgo y
caer en manos de terceros no autorizados, como ciberdelincuentes.
La seguridad de los dispositivos inteligentes es una preocupación creciente en la actualidad, y las neveras inteligentes no son una excepción. La idea de que nuestros datos personales puedan caer en manos equivocadas y ser utilizados de manera malintencionada es motivo suficiente para pensarlo dos veces antes de introducir uno de estos dispositivos en nuestro hogar si no tenemos los cuidados suficientes
Falta de adopción generalizada
Aunque las neveras inteligentes prometen simplificar nuestras vidas y mejorar la gestión de los alimentos, la realidad es que no son tan comunes como podríamos pensar. A diferencia de otros electrodomésticos más convencionales, como lavadoras o lavavajillas, las neveras inteligentes no han logrado ganar una adopción generalizada en el mercado.
Una de las razones de esto es su elevado precio y su ciclo de vida más corto en comparación con los modelos tradicionales. Muchos consumidores no están dispuestos a invertir en una nevera inteligente que podría quedarse obsoleta en unos pocos años y requerir costosas actualizaciones o reemplazos.
El tema de las actualizaciones es algo que se debe tener muy en cuenta y que debemos consultar al asesor de ventas o a la marca, directamente, sobre cuánto tiempo de soporte tendrá la nevera, ya que una vez el fabricante decida acabar con las actualizaciones el dispositivo será vulnerable y los dos problemas anteriores se harán mucho más evidentes.
Mantenimiento especializado
A diferencia de los modelos tradicionales, que pueden ser reparados por técnicos locales con experiencia en el campo, las neveras inteligentes suelen necesitar la intervención de técnicos especializados que estén familiarizados con su funcionamiento interno y su tecnología avanzada. Casi siempre obligando a los usuarios a llevar el dispositivo ante el fabricante.
Esto puede resultar en costos de mantenimiento más elevados y tiempos de espera más largos en caso de averías o problemas técnicos.