Altísima expectativa por el discurso de Milei ante el Congreso, con una puesta en escena inédita y un clima político enrarecido
“Histórico”. Así será, según el entorno presidencial, el discurso de más de media hora que Javier Milei prevé brindar esta noche -un horario atípico- en su primera inauguración de sesiones ordinarias del Parlamento, un mojón más de su estrategia de confrontación con el sistema político, en medio de un enrarecido humor social, con la oposición en estado de alerta y tras una semana de tensiones aún no saldadas con los bloques aliados.
“Los voy a sorprender”, les anticipó un Milei bien predispuesto a los diputados de la bancada libertaria en la mañana del miércoles, en la reunión de una hora y media que mantuvo con casi todos los legisladores liderados por Oscar Zago en la que se repasaron las encuestas que se consumen a diario por los estrategas del oficialismo, se analizó la marcha de la gestión y se intercambiaron opiniones sobre el año parlamentario, una charla que estuvo monopolizada por el jefe de Estado.
Anoche, en despachos oficiales, reinaba una creciente incertidumbre por el contenido del mensaje presidencial, y un premeditado hermetismo alrededor del anillo de confianza del mandatario, integrado por su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo, el cerebro de la estrategia mediática, comunicacional y hasta política del gobierno. Son los dos colaboradores, además del jefe de La Libertad Avanza, que por estas horas tenían acceso al texto: en ese triángulo del poder se discuten y ejecutan los principales lineamientos de la administración central.
Caputo, cada vez más influyente, fue, por ejemplo, el ideólogo del cambio de horario del discurso inaugural del año parlamentario -el inicio de la asamblea está previsto para las 21, de noche-, una jugada que busca un mayor nivel de penetración social del habitual, y de la disposición del jefe de Estado que, a diferencia de sus antecesores, leerá el discurso parado desde un atril, al frente de la presidencia de la cámara, de cara a los legisladores y de espaldas a Victoria Villarruel y Martín Menem.
Además, se esperaba para hoy un fortísimo operativo de seguridad y manifestaciones alrededor del Congreso.
Solo por esa puesta en escena inédita -cuando asumió, el 10 de diciembre, ya había elegido un formato infrecuente, en las escalinatas del Congreso, que molestó a sus ex colegas-, el monólogo ostentará el carácter de “histórico”. Es que, para la Casa Rosada, su política de comunicación -es decir, el relato oficial- es un pilar central del programa de gobierno, y el sostén principal del severo ajuste económico que Milei celebra a diario desde las redes sociales con cientos de reposteos y mensajes en X, la plataforma de Elon Musk.
Ayer, Milei se encerró en la quinta de Olivos para terminar de escribir su discurso, lo que obligó a suspender la tradicional reunión de gabinete de los jueves. Tras una semana cargada de tensión, con el conflicto por la retención de la coparticipación de Chubut en el centro de la escena y el PRO atravesado por esa disputa de cara a su elección partidaria, y un presidente dispuesto a redoblar la apuesta con los gobernadores, el mandatario pareció bajar el nivel de crispación en las últimas 48 horas. Anoche, consultado por Infobae, un encumbrado integrante del staff presidencial deslizó, con cierta ironía: “Tal vez esté tomando envión”.
Lo cierto es que, este jueves, las versiones en torno al objetivo que Milei buscará esta noche con su discurso parlamentario eran incesantes. Circuló desde la posibilidad de un llamado a un “gran acuerdo nacional”, como publicó Brenda Struminger en este medio, hasta la preparación de un anuncio sorpresivo y de alto impacto que, según fuentes oficiales, el mandatario sí está decidido a realizar este viernes por la noche frente a los legisladores.
El miércoles, después de la reunión con el bloque libertario, el jefe de Estado almorzó con Cristian Ritondo, el jefe de la bancada del PRO, en Casa Rosada. Ritondo responde directamente a Macri. Se interpretó, en LLA como en el partido fundado por el ex presidente, como una señal de distención tras el conflicto entre la Casa Rosada y el gobernador Ignacio Torres que alteró la relación entre ambos espacios y que motivó otro enfrentamiento entre Patricia Bullrich y el ex mandatario. Según fuentes cercanas a Ritondo, no se habló de futuros acuerdos ni de eventuales pactos gubernamentales. Del discurso de este viernes, sin embargo, podría empezar a especularse con una cooperación mucho más formal entre los dos sectores. Anoche, en fuentes partidarias ventilaban un hipotético encuentro para los próximos días entre Milei y Macri.
Según trascendió en las últimas horas, el presidente realizará esta noche un repaso de la herencia recibida: podría dedicar, en ese sentido, unos cuantos minutos a desmenuzar algunos de los resultados de la auditoría encargada a la SIGEN sobre el estado del Estado -el macrismo había ordenado una investigación similar durante el gobierno de Cambiemos-, y que todavía terminaban esta semana de corroborarse. Puertas adentro confiaron que, de confirmarse, algunas conclusiones podrían llegar a tener derivaciones de altísimo voltaje. El clima en las filas kirchneristas era este jueves de preocupación general. También en la bancada Hacemos Coalición Federal, presidida por Miguel Ángel Pichetto, que está intranquilo por el rumbo de la gestión.
En ese contexto, en el Congreso se acumulaban este jueves una serie de interrogantes y una notoria expectativa por el contenido del monólogo presidencial y las posibles repercusiones en la relación entre el gobierno y el Congreso, al que Milei ya calificó como “nido de ratas” tras el fallido tratamiento de la Ley Ómnibus.
Hasta ayer no existían indicios para conjeturar en relación a un posible cambio de estrategia presidencial, enfocada hasta ahora en una permanente confrontación con el sistema político. Sin embargo, en la cumbre con el bloque oficialista, Milei pidió “cuidar” a la bancada aliada, es decir, al PRO, tras los chispazos por la crisis patagónica por el recorte de los $13.500 millones que Torres judicializó.
El presidente está convencido de que, en sus primeros dos meses y medio de gestión, esa política de gobierno y comunicación, basada en la disputa constante y la toma de decisiones unilateral, sin consensos, le dio el suficiente rédito para insistir con esa hoja de ruta: se siente respaldado por un sector de la sociedad que, según la Casa Rosada, todavía tiene capacidad de resistencia frente al ajuste, a pesar de que lo peor de la crisis recién está por empezar. En su entorno reconocen de todos modos que el programa está atado a que la inflación se modere en el mediano plazo. Los próximos meses serán claves en ese sentido. El discurso de esta noche también.