Milei le contó a los grandes empresarios cómo sigue su hoja de ruta: baja de la inflación, salida del cepo y reducción de impuestos
Los grandes empresarios argentinos visitaron al Presidente en Casa Rosada “de punta en blanco”. Pero fiel a su estilo Javier Milei prefirió recibirlos con su look habitual: pantalón negro, zapatillas y campera de cuero.
Más allá de la informalidad de la vestimenta, se trató del primer encuentro a solas con los principales representantes del Grupo de los 6, a los que se sumó Eduardo Eurnekian, vice de la Cámara Argentina de Comercio y lo más parecido a un padre para Milei, a quien empleó (y aconsejó) durante 14 años en Corporación América.
“Estoy sorprendido por la velocidad en la que está bajando la inflación, incluso más rápido que en la Convertibilidad”, aseguró Milei, y reiteró su pronosticó de una disminución a un dígito para el final del segundo trimestre. Podría ser mucho antes, aunque prefiera no decirlo públicamente para evitar generar expectativas que pueden no cumplirse.
Las últimas mediciones de consultoras, sin embargo, marcan una fuerte desaceleración en la suba de precios. Econviews, por ejemplo, midió un incremento de solo 1,3% para el rubro alimentos y bebidas en la tercera semana de marzo, por lejos el más bajo desde el arranque del año. Con dólares financieros planchados, la brecha debajo del 20%, una fuerte reducción de la base monetaria, aunque también del consumo, las chances de llegar al índice de un dígito en abril crece sustancialmente.
Un dígito de inflación
La eventual baja de la inflación a un dígito resultaría una importante señal para sostener la expectativa de la gente y tener más “paciencia” mientras se revierte la caída del nivel de actividad.
El economista Fernando Marull consideró que hay chances de una recuperación con forma de “V”. En primer lugar, porque la cosecha permitirá la recuperación del PBI en el segundo trimestre. Y más adelante los salarios comenzarán a ganarle a la inflación, lo que mantendrá el impulso positivo. La “biblioteca”, sin embargo, está muy dividida: otros economistas creen que el escaso incentivo a exportar ante un dólar que se va atrasando tendrá finalmente un impacto negativo en la actividad y el empleo.
La inflación se viene desacelerando fuerte en alimentos y bebidas, especialmente en la medición de la tercera semana del mes. Aunque todavía es prematuro, el mes podría terminar en niveles parecidos a febrero y no habría que descartar que se vuelva a un dígito en abril.
Milei reiteró el concepto que ya había expresado Luis “Toto” Caputo en el almuerzo del Cicyp. Allí indicó que reducir la inflación es un prerrequisito para abrir el cepo. En ese encuentro, el ministro de Economía reconoció que las condiciones objetivas son incluso menores que las que tenía Mauricio Macri cuando lo hizo a fines de 2015. “La base monetaria en relación al PBI de ahora es mucho más baja de la que había en aquel momento”.
El superávit fiscal y la política contractiva, más la licuadora de pesos que implementó el Gobierno vuelven mucho más difícil que se produzca una corrida contra el dólar. Sin embargo, la salida del cepo no se planea como algo inminente. El viernes Milei aseguró en ese encuentro que ocurrirá “en el segundo semestre”, sin precisar fechas. Todo indica que la decisión depende de cómo siga la acumulación de reservas y si se consiguen más fondos frescos. Esta vez no repitió que precisa USD 15.000 millones frescos para avanzar con la liberación de trabas cambiarias, pero dio a entender una vez más que no es el tema más acuciante, al menos de corto plazo.
En Wall Street, que sigue en pleno enamoramiento con Milei, también creen que la apertura del cepo cambiario se acerca. Sin embargo, no estaría claro si habrá flotación cambiaria como en la última experiencia con Federico Sturzenegger al frente del Central.
Dolarización sintética
La “competencia de monedas”, según evalúan algunos inversores con llegada al Gobierno, podría dar lugar finalmente a lo que ellos denominan “dolarización sintética”.
Básicamente consiste en dejar languidecer el peso, mientras el dólar gana protagonismo. Esto significa que en algún tiempo el volumen de moneda local será casi insignificante y que casi todas las transacciones pasarían a denominarse en moneda extranjera. El FMI le bajó el pulgar a la dolarización “al estilo ecuatoriano”, pero no tendría objeciones sobre este nuevo esquema y estaría dispuesto a apoyar con fondos frescos, en el marco de un nuevo acuerdo.
En el encuentro que mantuvo con empresarios el viernes, Javier Milei aseguró que está sorprendido por la velocidad en la que viene cayendo la inflación. No dio fecha para la salida del cepo, pero indicó que recién será “en el segundo semestre”. Y prometió rebaja de impuestos para 2025
Los inversores están convencidos que el tándem Milei-Caputo cumplirá su promesa de mantener el equilibrio de las cuentas públicas, clave para mantener la baja de la inflación y la estabilidad cambiaria. Esto permitiría poner en marcha un círculo virtuoso, que le dará al Gobierno mayor capacidad para afrontar el pago de la deuda.
Los bonos dolarizados más cortos (AL29 y AL30) ya superaron los USD 50, pero en el escenario optimista la suba recién empieza. Si el Gobierno evita el default, estos títulos podrían volar hasta los USD 80, precipitando la baja del riesgo país. Hoy luce casi como ciencia ficción, pero son los mismos papeles que subieron de USD 25 a USD 50 en menos de seis meses.
Los distintos informes de bancos y fondos internacionales que pasaron por Argentina en las últimas semanas mostraron con elocuencia ese optimismo. Afuera ven un proceso de fuerte baja de la inflación, consolidación fiscal y apertura cambiaria, al tiempo que minimizan las dificultades políticas para avanzar que enfrenta el Gobierno.
Los bancos tienen mucha liqudez y ahora ya hay menos demanda de pesos por parte del Tesoro. Por lo tanto, es esperable que empiecen a bajar las tasas para colocar más crédito al sector privado, incluyendo la posibilidad de financiar obra pública. Se trata de un fuerte cambio respecto a lo sucedido en los últimos años
En ese sentido, tanto Milei como Caputo hicieron un gran trabajo convenciendo a los inversores. “Vamos a avanzar con o sin el apoyo de la política. Claro que si tuviéramos más respaldo, por ejemplo en el Congreso, el proceso sería más rápido y sobre todo menos doloroso para la gente”, reconoció el Presidente.
Movilidad jubilatoria
El aumento a los jubilados por DNU, que incluye el ajuste por inflación desde abril y un incremento de 12,5% por única vez, también augura nuevos conflictos con el Congreso, que buscará aprobar su propio proyecto. Para la oposición, y también para muchos legisladores cercanos al Gobierno, la propuesta oficial es insuficiente para compensar a los jubilados por la pérdida que sufrieron en el primer trimestre, en un contexto de fuerte aumento de los precios y especialmente de la canasta básica.
El final de esa hoja de ruta que tiene el Presidente en la cabeza tras la baja de la inflación salida del cepo y recuperación económica viene por el lado impositivo. “Lo primero que vamos a hacer el año que viene, una vez que la economía arranque, es empezar a bajar impuestos y vamos a cumplir”, les prometió a los empresarios.
Por supuesto que la crisis también estuvo presente en la conversación. Y surgieron espontáneamente algunas propuestas colaborativas. El que se mostró más preocupado fue Gustavo Weiss, titular de la Cámara Argentina de la Construcción; alertó sobre la critica situación que atraviesan muchas empresas del sector ante el frenazo de la obra pública que decidió el Gobierno.
Allí el que intervino fue Jorge Brito, presidente de Adeba: “El sistema bancario está preparado para financiar al sector privado en el proceso de recuperación económica”. Y enfatizó que con el capital que los bancos tienen actualmente pueden cuadruplicar el préstamo al sector privado enfatizó. “En un esquema de equilibrio fiscal se irá redireccionando el crédito que hoy va al sector público hacia el sector privado, favoreciendo así la inversión”, expresó.
Tras los 100 primeros días de Gobierno, ahora se vienen los dólares de la cosecha gruesa, que aprovechará el Banco Central y deberían comenzar a sacar del pozo a la economía. La apuesta es tocar el fondo lo antes posible, para empezar a recuperar terreno perdido.