Air fryer o el horno eléctrico: cuál gasta menos energía y cuida tu bolsillo
En la búsqueda constante por opciones más saludables y eficientes en la cocina, muchos consumidores se encuentran ante la decisión de elegir entre una freidora de aire o un horno tradicional.
Este dilema no solo abarca cuestiones relacionadas con la calidad y sabor de los alimentos, sino también con el consumo energético de cada aparato.
Frente a la creciente preocupación por el impacto ambiental y el gasto económico de los electrodomésticos, se mostrará cuál de estas opciones resultaría ser más eficiente desde el punto de vista energético.
Cuál es el consumo de un air fryer
Cuando se evalúa el consumo energético de un electrodoméstico, resulta clave considerar diversos factores. No solo es relevante la cantidad de energía que el dispositivo consume por sí mismo, sino también cuánto tiempo permanece activo, a qué potencia opera y, evidentemente, el costo de la tarifa eléctrica que se tiene contratada.
En el caso de las freidoras de aire, estas suelen operar en un rango de potencia de entre 1.000 y 1.400 watts. Aunque en un primer vistazo este número puede parecer elevado, dichas freidoras ofrecen una ventaja importante en cuanto a la rapidez de cocción.
Para hacerlo más comprensible, si se utiliza una freidora de aire durante una hora a su máxima potencia (1.400 watts o 1,4 kW), se estaría consumiendo 1,4 kWh de energía.
Sin embargo, es importante destacar que rara vez se usa durante una hora continua a la máxima potencia. Por ello, aunque la potencia de la freidora pueda ser considerada alta, la eficiencia en el tiempo de cocción puede resultar en un costo bastante accesible en la factura de luz.
Cuál es el consumo del horno
Para comprender el consumo de un horno eléctrico, es fundamental iniciar por su potencia media. Un horno eléctrico estándar tiene una potencia que oscila entre 2.000 y 2.500 watts, aunque existen modelos profesionales que pueden superar estas cifras. Además, se debe considerar cuánto tiempo se utiliza el aparato.
Siguiendo el enfoque anterior, si se tiene un horno de potencia media funcionando a 2,5 kW durante una hora, el consumo resultante sería de 2,5 kWh.
Air fryer vs. horno
Partiendo de lo básico, si solo consideramos la potencia eléctrica, los hornos tradicionales suelen tener un consumo superior al de las freidoras de aire, como se ha mencionado anteriormente. No obstante, el consumo energético no se limita únicamente a la potencia, sino que también incluye el tiempo necesario para que cada electrodoméstico realice su función.
Aunque existen hornos que operan en un rango de potencia parecido al de las freidoras de aire, generalmente, los hornos requieren más energía debido a su mayor tamaño y al tiempo más extenso que necesitan para cocinar.
Cabe señalar que los hornos más recientes, especialmente aquellos con calificación de eficiencia energética A, están diseñados para mantener el calor de manera más eficaz, lo que podría disminuir algo el consumo. Aun así, el uso del horno tiende a ser más costoso en comparación con la freidora de aire, no solo por su mayor potencia, sino también debido a los tiempos de cocción más largos.
La clave está en una utilización óptima de estos electrodomésticos. Administrar adecuadamente los tiempos de uso, ajustar las temperaturas y calcular las cantidades de comida a cocinar puede marcar una diferencia significativa en la factura de luz mensual.
Electrodomésticos que más gastan
Los electrodomésticos que generalmente consumen más electricidad en el hogar incluyen:
– Aire acondicionado: Considerando su uso extendido durante los meses de calor, el aire acondicionado representa uno de los mayores consumos de electricidad en muchas viviendas.
– Calefacción eléctrica: Al igual que el aire acondicionado, el uso de calefacción eléctrica durante los meses fríos puede incrementar significativamente el consumo eléctrico.
– Calentadores de agua eléctricos: Mantener el agua caliente disponible, especialmente en hogares con alto consumo, representa un gasto energético considerable.
Es relevante mencionar que el consumo específico de cada electrodoméstico dependerá de su eficiencia energética, frecuencia de uso y configuraciones específicas de operación.