Incidentes en la marcha piquetera: la Policía desalojó la 9 de Julio y detuvo a 11 manifestantes
La Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y las organizaciones piqueteras realizaban desde las 11 una “jornada nacional de lucha” contra el Gobierno de Javier Milei, cuando se produjeron incidentes luego de que la Policía de la Ciudad resolviera desalojar un corte total de los manifestantes, que interrumpían el tránsito a la altura de la Avenida 9 de Julio y Moreno. Alrededor de las 12.30 la traza estaba liberada.
La concentración principal en la Ciudad de Buenos Aires se desarrolló frente al histórico edificio donde funciona la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, la ex cartera de Desarrollo Social. Las primeras columnas comenzaron a nuclearse en las plazoletas aledañas a la sede ministerial hasta provocar la interrupción del tránsito de las calles Lima y Moreno, y luego la circulación del Metrobus.
Hacia las 12, los efectivos de infantería de la Policía de la Ciudad avanzaron con el desalojo de los militantes y activistas que cortaban la circulación en la zona. Hubo incidentes que dejaron al menos 11 detenidos, un número indeterminado de heridos y fuertes choques entre uniformados y los manifestantes. Unos y otros se enfrentaron con lanzamiento de proyectiles, golpes cuerpo a cuerpo, descargas de camiones hidrantes, gas lacrimógeno y balas de goma.
Aproximadamente media hora después, los agentes de seguridad dispersaron a los manifestantes de la traza del Metrobus, normalizando el tránsito en la zona. Y se reforzó el personal de Gendarmería en el edificio del Ministerio de Economía, ante la probabilidad de que los activistas se movilizaran allí. Las columnas de las agrupaciones se replegaron hacia la zona sur de la Capital Federal.
Durante los incidentes resultaron heridos trabajadores de prensa como periodista Diego Ricciardi, del canal Crónica, Mariano Cabrera, de La Nación+, quien recibió un piedrazo en una pierna mientras se encontraba al aire, y Antu Divito Trejo, fotoperiodista del medio alternativo La Retaguardia.
Las fuerzas de seguridad federales, a cargo del ministerio de Seguridad de la Nación, no intervinieron en el desalojo.
El ministro de Seguridad y Justicia porteño, Waldo Wolff, precisó en diálogo con LN+ que hubo 8 personas detenidas y que el despliegue policial se resolvió luego de que se produjera un “corte total de la 9 de Julio, intempestivo, que no estaba previsto” de parte de las organizaciones sociales. Luego, desde la cartera de seguridad porteña ampliaron la nómina a 11.
“Ellos venían manifestándose estos días, hasta el momento venían respetando el estar sobre la acera. Entiendo que trataron de ganar con la sorpresa y cortaron la calle. En cada día que corten las arterias vamos a liberar la traza y detener a todos los que podamos identificar en flagrancia”, comentó el funcionario a cargo del área.
Desde el Gobierno de la Ciudad señalaron que radicarán una denuncia penal por los hechos de vandalismo y de violencia, y que se identificaron dos policías con heridas leves y contusiones.
El secretario de Seguridad porteño, Diego Kravetz, señaló que fue “una manifestación distinta a las que veníamos teniendo” porque las organizaciones estaban respetando el protocolo antes de que se produjeran los desmadres. “La gente estaba en las plazoletas, pero hicieron un acuerdo para bajar todos juntos en la 9 de Julio. Rápidamente, con la fuerza que estábamos apostada en las cercanías del Obelisco, se produce un diálogo y cuando vemos que era infructuoso empezamos a actuar para despejar”, reconstruyó.
“Había un grupo muy violento al lado de los manifestantes, que no solo tiraba piedras, sino que prendió fuego un container y alguno fue prender fuego un auto con una bomba molotov”, precisó el funcionario. “Hay un grupo muy identificado que quería hacer lo que pasó: que haya un combate”, subrayó.
Antes que se produjeran los incidentes, los organizadores de la protesta buscaban que los reciba la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, o el secretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación, Pablo de la Torre, para que haya entrega de alimentos para los comedores.
El dirigente de la CCC, Juan Carlos Alderete, cuestionó el operativo policial y repudió los incidentes. “Salvaje represión del gobierno a quienes solo reclaman comida para los comedores comunitarios. Mientras la política de Milei hacer crecer el hambre y la desocupación, la única respuesta que tienen es la represión. ¡Parece que en Argentina no rige más el derecho a manifestarse!”, dijo en su cuenta personal de X uno de los referentes de la protesta.
Otra de las protagonistas de la movilización, la referente nacional de Libres del Sur, Silvia Saravia, reclamó por una mayor asistencia social. “¿Y la billetera para los caídos, Milei? 8 detenidos en la represión. Quieren instalar el terror, pero no lo van a lograr. Este pueblo aguerrido sabe que debe luchar por sus derechos. A pesar de la insensibilidad y la represión, Libres del Sur sigue FIRME EN LA LUCHA”, advirtió.
Las columnas empezaron a encontrarse esta mañana las estaciones de subtes y/o trenes como Retiro, Constitución, Once y Liniers. Ayer, los organizadores resolvieron que quienes decidan no movilizarse hasta la Ciudad de Buenos Aires, realizarían ollas populares en las principales plazas del país frente a municipios y gobernaciones.
A diferencia de cada movilización o medida de protesta, los dirigentes habían evitado difundir el detalle de la metodología de la medida de lucha por el protocolo anti piquete para limitar el despliegue de las fuerzas federales a cargo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Lo cierto es que, finalmente, el Poder Ejecutivo nacional no intervino hoy en el conflicto callejero.
Como telón de fondo, la relación entre los dirigentes de la UTEP y los piqueteros de izquierda no parece sencilla. Aunque intentan demostrar la “unidad ante las políticas sociales y económicas de La Libertad Avanza”, los acuerdos sobre la forma de protesta no logran un consenso unánime. Mientras el sector más radicalizado está decidido a desafiar a Bullrich y la prohibición de cortar por varias horas la 9 de Julio y Avenida de Mayo, otros no lo están. Por eso otorgaron libertad para realizar ollas populares en los municipios y no marchar a CABA.
De hecho, los principales dirigentes de la UTEP estarán atentos a la primera reunión que la CGT mantendrá con el oficialismo. Hoy por la tarde, el ministro del Interior, Guillermo Francos, recibirá a una delegación de la principal central obrera en la Casa Rosada. El Gobierno, como adelantó este medio, intentará bajar las tensiones para desactivar el nuevo paro general de la central obrera, que será debatido este el jueves.
Tanto los piqueteros como los referentes de la UTEP les han pedido a los dirigentes de la CGT un nuevo paro general activo, esta vez por 24 horas. En tanto, mañana también habrá paro y movilización de trabajadores de ANSES.
Con la crisis económica como telón de fondo, los movimientos sociales enfrentan el cambio de paradigma que busca imponer el gobierno libertario en su relación con los dirigentes piqueteros: romper con la intermediación en los planes, aplicar el protocolo y capitalizar el descontento que generan las protestas piqueteras en la sociedad.
Desde la Casa Rosada se jactan de haber horadado el poder que tenían los dirigentes populares sobre los beneficiarios de planes sociales al quitarle la influencia sobre programas como el Potenciar Trabajo y la tercerización del 4,2% de los alimentos secos que eran distribuidos a los comedores y merenderos comunitarios que manejaban.
Entre las principales organizaciones convocantes de la movilización de hoy se destacaron el Polo Obrero, el Movimiento Evita, MST-Teresa Vive, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Somos/Barrios de Pie, el Bloque Piquetero Nacional, el Frente Popular Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha, la Corriente Clasista y Combativa y, entre otros, la Coordinadora para el Cambio Social.