Cuáles son las terapias específicas contra el virus del dengue que investiga la ciencia
En 1999 el dengue ya fue considerado uno de los principales problemas de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero la situación fue empeorando más, y aún la infección está dentro de las llamadas “enfermedades desatendidas”: no hay un tratamiento específico probado en cuanto a eficacia y seguridad que se le pueda administrar a los pacientes con dengue.
Hoy existen vacunas efectivas contra la infección y también se sabe que deben ser aplicadas como parte de una estrategia de gestión integrada para la prevención y el control.
Sin embargo, una terapia específica es un desafío pendiente. Se están dando pasos en la investigación científica para evaluar potenciales terapias contra el dengue, aunque hay diferentes barreras que ralentizan los avances.
Qué está pasando con el dengue
Por el cambio climático y por otros determinantes sociales como la pobreza, el virus que causa la infección fue propagándose a través de las picaduras de insectos durante los últimos 25 años, y llegó a afectar a más personas, principalmente a la población de países de bajos y medianos ingresos.
En 2024, la enfermedad está batiendo nuevos récords en América. Durante todos los meses de 2023 se habían registrado 4.572.765 casos de personas con dengue. En cambio, tan solo los tres primeros meses de este año, se superó esa cantidad: las autoridades nacionales notificaron 4.679.918 casos de dengue a la Organización Panamericana de la Salud. La mayoría de los casos (4.315.745) corresponden a pacientes en Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
Los médicos solo pueden dar indicaciones de medicamentos que solo alivian los síntomas. Si bien la mayoría de los casos se consigue la recuperación, pueden ocurrir muertes. Se han reportado 1.529 fallecimientos este año en América (el año pasado fueron 2.418 según OPS).
Qué tratamientos se estudian contra el dengue
Una iniciativa, que lleva el nombre Alianza Dengue, es llevada a cabo por la organización no gubernamental DNDI, con sede central en Suiza. En 2022 hizo un acuerdo con Fiocruz y la Universidad Federal de Minas Gerais, en Brasil, y con instituciones de India, Malasia y Tailandia, y buscan desarrollar un tratamiento accesible contra el dengue.
“Estamos usando dos estrategias para identificar candidatos para contar con tratamientos para dengue. Una consiste en el reposicionamiento de drogas que ya están registradas para tratar otras enfermedades. La otra estrategia es evaluar las nuevas entidades químicas. Mapeamos las más avanzadas de esas entidades y estamos en conversaciones con las compañías”, contó desde Río de Janeiro a Infobae el médico argentino Sergio Sosa-Estani, quien es director de la oficina de DNDI en América Latina.
El experto detalló que “en mayo próximo estaremos definiendo cuál de los candidatos antivirales pasarán a un ensayo clínico. Al mes siguiente, se decidirá sobre un potencial terapia directa para el huésped”.
En un trabajo publicado en la revista Plos Global Public Health, Sosa Estani junto con Gathsaurie Neelika Malavige, Isabela Ribeiro y otros colaboradores de la iniciativa escribieron que “hubo muchos esfuerzos para encontrar tratamientos seguros y eficaces contra el dengue, con estudios para identificar agentes antivirales de acción directa que reduzcan o inhiban la replicación viral y fármacos dirigidos al huésped”.
Sólo unos pocos de los compuestos antivirales que se han evaluado han superado los estudios preclínicos. “El celgosivir se está evaluando en un ensayo de fase 1b, y la lovastatina y la cloroquina se están evaluando en ensayos clínicos de fase 2. Más recientemente, nuevas moléculas dirigidas contra NS4B y NS5 han mostrado resultados prometedores in vitro y en modelos de ratón con dengue”, comentaron. Esos compuestos se encuentran aún en estudio.
Por otro lado, se investigan anticuerpos monoclonales como terapéutica para el dengue. Los autores del trabajo consideran que si demostraran su eficacia y seguridad, podrían administrarse en una sola dosis y durante las primeras fases de la enfermedad, y podrían llegar a reducir las hospitalizaciones y el costo que supone el seguimiento ambulatorio de los pacientes con dengue.
En tanto, desde México, la doctora Rosa María del Ángel Nuñez, investigadora del Departamento de Infectómica y Patogénisis Molecular del Cinvestav, contó a Infobae: “En los últimos años nuestro grupo ha hecho aportaciones importantes con respecto a fármacos que se usan normalmente para otras enfermedades, que son capaces de inhibir la infección por dengue. Por el momento han dado buenos resultados no solo en células en cultivo sino también en el modelo de ratón. Estos fármacos son metformina, atorvastatina, ezetimibe e ivermectina”.
Pero aún no se han llevado a cabo ensayos clínicos con personas que permitan realmente determinar si esos medicamentos pueden servir para los pacientes con dengue. “Estoy de acuerdo con los médicos que están advirtiendo que no se debe administrar ivermectina para personas con dengue. Nuestros ensayos solo se hicieron en ratones. Aún no se ha probado su eficacia en humanos”, aclaró.
Cuáles son los obstáculos para contar con tratamientos
La doctora del Ángel Nuñez resaltó que hay dificultades para probar fármacos. La evaluación a través de los ensayos clínicos es muy cara para el presupuesto que maneja una institución pública como Cinvestav.
“Nosotros como grupo de investigación no tenemos dinero para hacer el estudio clínico. Debe incluir más de 1500 pacientes. Se deben hacer los análisis antes, durante y después del tratamiento, tanto en las personas que reciben los fármacos como los tratados con placebo. Esto requiere de centros hospitalarios, médicos, enfermeras, medicinas y pruebas de laboratorio. Esto normalmente se hace con una compañía farmacéutica asociada”, señaló.
El investigador colombiano Alfonso Rodríguez-Morales, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (SLAMVI), remarcó también en diálogo con Infobae que el desarrollo de medicamentos específicos para dengue “ha sido muy lento. No se cuenta con ningún medicamento antiviral que haya demostrado eficacia clínica tras las tres fases de ensayos clínicos que corresponden. Las personas no deberían automedicarse con ivermectina porque no se ha probado que sea eficaz ni seguro en casos de dengue”.
De acuerdo con Rodríguez-Morales, “es fundamental que haya investigación con fondos públicos y privados para estudiar más tratamientos para dengue, al tener en cuenta su importancia epidemiológica, especialmente en Asia y América Latina. Además, es clave que se destinen fondos suficientes para la investigación sobre el control del vector, como los mosquitos Aedes aegypti, Aedes albopictus, y el recientemente introducido Aedes vittatus, que fue detectado en el Caribe, y para el estudio de los anticuerpos monoclonales”.