Surgen versiones de cambios en el seno del Gobierno y Karina Milei absorbe cada vez más centralidad
El viernes, cuando dos formaciones del ferrocarril San Martín colisionaron en el barrio porteño de Palermo por causas que todavía eran motivo de investigación este fin de semana, el secretario de Transporte, el cordobés Franco Moggeta, quedó otra vez envuelto en una serie de trascendidos que, según pudo reconstruir este medio, fueron, en parte, auspiciados por usinas del PRO. “No se va, no tiene nada que ver con el accidente”, respondieron a media tarde desde el entorno presidencial consultados por la continuidad del funcionario, y por la posible incorporación de un dirigente de ese espacio identificado con Mauricio Macri.
El secretario de Transporte, confiaron fuentes confiables, había estado bajo la lupa de la Casa Rosada como un potencial fusible de recambio, una gestión que, según esas mismas fuentes, se congeló en las últimas semanas.
El caso de Moggeta es solo un botón de muestra, menor por su peso específico, de la ola de versiones que sacuden al gobierno y que, según trasciende, podrían materializarse en el corto plazo, cuando esté resuelta la discusión parlamentaria alrededor de la Ley Bases y el paquete fiscal, y el promocionado Pacto del 25 de Mayo se haya celebrado en el Palacio de Justicia de la capital cordobesa, con Javier Milei en el centro de la escena y una lista de invitados multipartidarios aún por confirmarse.
“Va a haber cambios”, sintetizaron a Infobae.
Puede tratarse, en algunos casos, de una suerte de “fuego amigo” que hace varias semanas empezó a notarse cada vez con más intensidad en la cúpula del poder, y que alimenta las sospechas de una serie de chispazos en la primera línea del gobierno, con algunos de los protagonistas centrales del esquema de toma de decisiones ideado por Milei cuando desembarcó en la Presidencia.
En medio de esos trascendidos, el próximo miércoles, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, deberá debutar públicamente con su primer informe de gestión en la Cámara alta, con récord de preguntas de los senadores, ansiosos por conocerle la voz. En las últimas semanas se analizó si convenía avanzar con esa presentación durante el debate por la Ley Bases y el paquete fiscal, cuyo éxito parlamentario, al menos en particular, era incierto al menos hasta este fin de semana.
En ese contexto, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, concentró en estas últimas semanas mayor atención, absorbió más facultades, ofició de anfitriona, en Casa Rosada, de los diputados del PRO liderados por Cristian Ritondo, y en su entorno dejaron correr de manera subterránea posibles movimientos internos que, de concretarse, pueden llegar a alterar parte de la ingeniería de la ejecución de la gestión administrativa y política del Ejecutivo. “Karina es alguien que tiene carácter, que tiene firmeza, que toma decisiones rápido y las lleva adelante”, resaltó ayer en declaraciones radiales el diputado Hernán Lombardi, que participó del encuentro del jueves en Casa Rosada junto a la hermana del Presidente, su mano derecha, Eduardo “Lule” Menem, y colegas de La Libertad Avanza.
Parte de esos trascendidos involucran especialmente a “Lule” Menem, un funcionario que, como su jefa -”El Jefe”, según el propio Milei-, también tiene cada vez más protagonismo, y es el eje de insistentes rumores que lo posicionan como un firme postulante a un cargo de mayor notoriedad. En el primer piso de la Casa Rosada nadie acredita las versiones. Pero, en algunos casos, tienen su fuente de origen en usinas cercanas a los hermanos Milei.
La semana pasada, “Lule” se metió de lleno en la negociación del Senado. Según pudo saber este medio, interactuó, por ejemplo, con operadores radicales. Ya había tenido contacto con referentes de ese sector de la Cámara alta, semanas atrás, para empezar a intercambiar información.
Una operación que involucró además a Santiago Caputo, el estratega de la Casa Rosada, un asesor que sobrevuela todos los temas, que absorbe buena parte de las decisiones del gobierno y que en estos cinco meses de gestión multiplicó por docenas sus relaciones con el sistema, desde el sindicalismo y el empresariado hasta la política y los medios. Y la Justicia, un rubro que, para desgracia de Macri, que siempre tuvo predilección por esa área, se ocupó de asegurarse desde el día uno. Fue Caputo, por ejemplo, el que le avisó horas antes por teléfono a Ariel Lijo que el gobierno lo oficializaría como candidato a integrar la Corte Suprema.
Caputo, deslizan, está preocupado por la gestión de algunos ministerios. En él, también en Posse, recae buena parte de la administración de los ministerios: Milei está concentrado exclusivamente en la economía. El resto de las áreas, las delega por completo. Hay reparticiones que siguen con una alta ineficiencia del gasto, y con múltiples funcionarios sin designar. U oficinas del Estado en cabeza de gerentes del peronismo, por acuerdos previos con la anterior gestión.
¿Qué va a pasar ahora con esos acuerdos?
A Caputo le inquieta además la gestión comunicacional, no solo la ejecución de la gestión en general. Un ejemplo fue el desembarco de Cecilia Loccisano en Salud, para darle más eficiencia, y control, a la ejecución de los recursos. En Capital Humano, por caso, ya se sucedieron una docena de recambios desde el desembarco de Sandra Pettovello. La ministra aún no logró hacer pie. Además, algunas de las salidas estuvieron signadas por sórdidas versiones que, puertas adentro, buscaron silenciar para no correr el eje de la estrategia orientada a indagar en las supuestas irregularidades encontradas en la anterior gestión, e investigadas por la Justicia.
Este sábado, Karina Milei avanzó un paso más en su trabajo para obtener la personería legal a nivel nacional de La Libertad Avanza, para la que necesita el aval judicial en al menos cinco distritos. Aterrizó en Santa Fe, para encabezar un acto de lanzamiento y pre afiliación del sello en esa provincia junto a Martín Menem, presidente de la Cámara baja, y flanqueada por Romina Diez, diputada de ese distrito, una dirigente que se crió políticamente entre la Fundación Libertad y el PRO y que es de extremísima confianza de la secretaria General. Tanto que, en visitas a esa provincia, la hermana del presidente se hospedó en su casa.
La hermana de Milei solo se rodea de incondicionales. Por eso se desprendió de dirigentes como Ramiro Marra, Eugenio Casielles, Oscar Zago o Carlos Kikuchi. Por el contrario, se siente cómoda con funcionarios como Sebastián Pareja, el armador bonaerense de LLA, que tiene vía libre para operar en la provincia de Buenos Aires. En sectores del gobierno, por caso, postulan a la secretaria General de la Presidencia como posible candidata en territorio provincial para las elecciones de medio término. Para tener el apellido “Milei” en la boleta. En otros despachos se menciona al diputado José Luis Espert, una de las espadas legislativas del presidente, con una buena cantidad de visitas a Olivos desde el inicio de la gestión, y cuyo mandato vence el próximo año.
El armado bonaerense, en ese sentido, despierta una creciente inquietud en los espacios aliados, atravesados por una cada vez más ruidosa disputa interna. Es un tema que despierta el interés de Diego Santilli, cuyo mileismo en sangre es motivo de conversación en el PRO y en Casa Rosada. El lunes, el diputado almorzó con parte de sus colaboradores y dirigentes del PRO de la primera sección electoral, y analizaron el escenario bonaerense del 2025, el objetivo inmediato del legislador, que quiere ser elegido por el presidente para disputar la Provincia.
En el PRO están muy pendientes del andamiaje político y electoral de Milei. Es un tema recurrente en cualquier reunión o ámbito de discusión de la dirigencia amarilla. También lo es para Macri, incómodo con este nuevo contexto político, a punto de ser oficializado como presidente del PRO, el partido que fundó hace más de dos décadas y que ahora atraviesa un proceso complejísimo por la irrupción de La Libertad Avanza. “Está bien lo que hace Mauricio, es lógico. El partido que fundó está con respirador artificial, en todo caso tiene que ser él el que lo reviva, o el que lo sepulte”, opinó esta semana un dirigente que acompañó al ex presidente desde los inicios.
A Macri, el rol de Karina Milei lo desvela desde que la hermana del presidente se hizo cargo de casi todo. A ella siempre le adjudicaron una supuesta aversión a cualquier tipo de alianza con el PRO. En la última semana, trascendió que esa antipatía había empezado a moderarse, de cara a una posible fusión en el 2025.
“Con nosotros el diálogo es muy positivo. Ella tiene todo el derecho, y el deber, de crear una fuerza política”, dijo ayer Lombardi, para rechazar las versiones del fastidio de la conducción formal del PRO por los movimientos de la secretaria General que tuvieron su máxima afrenta cuando desembarcó en la ciudad de Buenos Aires, hace más de un mes.
Por lo pronto, la asunción formal de Macri debe esperar algunos días: estaba prevista, en principio, para esta semana. “Ya va a aparecer, hay que esperar un poco más”, sentenció en estas horas un colaborador muy cercano.
La centralidad de Milei, y los desencuentros entre LLA y el sector del PRO liderado por Macri incentivaron a que cualquier movimiento o expresión del ex presidente se analice desde su relación con el jefe libertario. En cualquier dirección. Por ejemplo, su último posteo en redes hace cinco días, referido al libro de Marcos Peña, que reseña su paso por el gobierno de Cambiemos y su posterior salida y reflexiona sobre “la dimensión humana del liderazgo”, con críticas al abuso de las redes por parte de los líderes y un pedido para interiorizarnos sobre la psicología de los políticos. “Me pareció sensacional, todas las personas que tengan la responsabilidad de administrar puestos de poder y de liderar el presente y el futuro del país deberían leerlo”, opinó el ex mandatario.
¿A quién dirigió su mensaje? Cerca de Patricia Bullrich, enemistada con el ex presidente, están convencidos de que tuvo un solo destinatario.
Macri está atento a la gestión nacional. Y activo: a pesar de sus recurrentes viajes, siguió muy de cerca el proceso aún no resuelto para la casi segura nominación de Jorge Triaca como el representante del PRO por Diputados en la Auditoría General de la Nación, un puesto muy codiciado.
Como el ex presidente, Cristina Kirchner también está en alerta por el liderazgo de Milei y su programa económico, monitorea las disputas en el peronismo kirchnerista que arrecian en la provincia de Buenos Aires y se aprovecha de la dispersión en el PJ, acéfalo en su conducción.
Esa situación propició en el último mes una rareza: con la de ayer, en el Instituto Patria, rodeada de curas villeros, la ex presidenta completó tres apariciones públicas en pocas semanas. Cristina Kirchner aún sobresale al resto de la dirigencia peronista, pero su voz ya no tiene el peso de antes.
Le alcanza, de todos modos, para alzarse aún como la principal figura de la oposición según la elección de los argentinos. Es un dato que, además, le sirve a Milei para confrontar con ella su modelo económico y político, y solidificar su relato en la batalla cultural que libra a diario a través de las redes sociales.
“Si bien es la principal opositora en todos los segmentos, los que más la eligen en ese lugar son los más cercanos al actual gobierno. En la media nacional recibe casi el 20% de menciones. Entre los que creen que el país estará mejor dentro de un año, los optimistas semi oficialistas, la mención a Cristina Kirchner como principal opositora es de casi 29%, mientras que entre los pesimistas, muy lejanos a LLA, la mención sobre ella arroja casi 11%”, reflexiona Pablo Knopoff, director de lsonomía Consultores. “Ocupa el lugar que necesita, que es de centralidad frente al gobierno, pero interpela con algo más de fuerza a los que la quieren enfrente que a los la quieren cerca”, agrega.
Un desafío para la ex presidenta. También para Milei.