Para qué sirve el té de lavanda y cuáles son sus beneficios para la salud
La lavanda es una planta conocida por su distintivo y agradable aroma. Debido a esto, desde la antigüedad es utilizada por sus propiedades relajantes que ayudan a calmar los nervios y la ansiedad. Incluso, hay estudios que corroboran que puede ayudar a reducir los dolores menstruales. Pero esa no es la única manera en la que se pueden obtener sus beneficios.
Existen ciertas variedades de lavanda que pueden ser ingeridas en pequeñas cantidades como parte de postres, aderezos para ensaladas, en mieles, o como infusión en un té aromático. Los beneficios para la salud de este tipo de tés fueron estudiados, pero aún hacen falta que se realicen más investigaciones que profundicen en sus efectos. Es por eso que, antes de consumirlo, es esencial consultar con un profesional de la salud.
Para qué sirve el té de lavanda
El té de lavanda es una buena opción para aquellas personas a las que les cuesta conciliar el sueño, o relajarse durante el día. Los aromas que desprende en el proceso de preparación también aportan a la reducción de la ansiedad. Esto, en consecuencia, podría ser útil para reducir los problemas intestinales causados por el estrés y los nervios.
Cuáles son los beneficios del té de lavanda para la salud
Como se mencionó previamente, sus propiedades relajantes sirven para calmar los nervios, lo que puede ayudar a aminorar las molestias de otras condiciones derivadas del estrés como tensión muscular, dolor de cabeza y malestar gástrico.
Los expertos de la Cleveland Clinic comentan que el té de lavanda puede generar más fatiga a la noche, lo que ayuda a conciliar el sueño. Según se verificó en un estudio, también puede mejorar la calidad del descanso que se logra al dormir.
En un análisis publicado en la National Library of Medicine (NIH) se observa una disminución en las sensaciones de ansiedad y depresión en un grupo de adultos mayores. De este modo, concluyen que el té de lavanda es una alternativa “económica y accesible” para reducir los síntomas de estas afecciones, aunque se debe usar como complemento de otros tratamientos recomendados por profesionales de la salud, no como método único.
¿Qué tipo de lavanda es comestible?
Algunos tipos de lavanda emiten un aroma demasiado fuerte como para poder utilizarse en preparaciones comestibles. El olor, a veces, hasta es capaz de ahuyentar insectos. Es por ello que se debe tener en cuenta qué planta se va a utilizar, ya que si no son las de uso gastronómico pueden dejar un sabor similar al jabón. Como ocurre con la variante más popular de lavanda: la francesa (Lavandula dentata).
Las que se suelen utilizar en repostería e infusiones son la lavanda inglesa (Lavandula angustifolia) y el lavandín, planta híbrida entre la lavanda y el espliego. Sus aromas son ideales para agregar a las preparaciones, o saborizar mieles y tés.
¿Cuántas veces al día se puede tomar té de lavanda?
Los expertos aconsejan tomar esta bebida con moderación, ya que su consumo excesivo puede causar problemas digestivos y otras complicaciones. Debido a esto, tomar hasta una taza (250 ml) por día es lo ideal, aunque se debe consultar con algún profesional de la salud previamente debido a los efectos relajantes que puede tener en el sistema nervioso. No se recomienda su ingesta a embarazadas o niños.
Cómo preparar té de lavanda, paso a paso
Preparar té de lavanda es un proceso sencillo que ofrece una experiencia sensorial rica y reconfortante. Se pueden usar flores de lavanda secas, que se compran en tiendas de productos naturales o incluso secar una planta de lavanda en casa, si se sabe que es apta para el consumo. No se tarda más de 15 minutos en realizarlo y se puede endulzar con azúcar o miel a gusto, además de agregarle otros ingredientes para realzar su sabor.
- Calentar 2 tazas de agua en una olla o tetera hasta que alcance el punto de ebullición.
- Colocar 1 cucharada de flores de lavanda secas en una tetera o en un infusor de té. Se debe tener precaución con la cantidad que se agrega, ya que desprenden un sabor muy potente.
- Una vez que el agua esté hirviendo, verterla sobre las flores de lavanda en la tetera o infusor.
- Dejar reposar la mezcla durante 5 a 10 minutos, según qué tan fuerte se quiera el té.
- Si no se utilizó un infusor, colar el té para retirar las flores de lavanda.
- Se puede agregar miel o un poco de limón a gusto para darle un toque adicional de sabor.
- Servir el té caliente y disfrutar de sus propiedades calmantes.