Ariel Coremberg, economista del CEP: “El crecimiento y la inversión solo vendrán del respeto al ahorro privado”
El Gobierno está próximo a cumplir seis meses de gestión, con un balance claramente positivo si se miran los resultados en las finanzas públicas, del Banco Central -tanto del lado de la reducción de los pasivos monetarios y casi eliminación del saldo negativo de reservas internacionales-, la rápida desaceleración de la inflación mensual, a menos de la mitad de la que heredó, con claro sinceramiento del tipo de cambio para el comercio exterior, desregulación de precios y fuerte reducción del atraso de diversas tarifas de servicios públicos; pero negativo del lado del nivel de actividad productiva y comercial, el empleo y de los ingresos reales de la población.
Ese cuadro ambivalente no evitó que pese a las dudas que comenzaron a plantear en las últimas semanas diversas consultoras sobre la “tolerancia social” al ajuste que desde el primer día lleva a cabo el ministro de Economía, Luis Caputo, el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella registró en el sondeo de mayo la cuarta suba mensual consecutiva, y en la comparación interanual acusó una caída de 25,2% en el componente de Condiciones Presentes y un incremento de 14% en las Expectativas Futuras, a tono con el ajuste contractivo de la actividad en los primeros meses de 2024 y las previsiones de recuperación a medida que se consolide la desaceleración del ritmo de inflación.
Con ese cuadro, Infobae entrevistó a Ariel Coremberg, director del Centro de Estudios de la Productividad (CEP), y profesor en UBA, Udesa y Ucema, para conocer su mirada sobre el presente y sus expectativas para el resto del año.
— ¿Qué le pareció el mensaje del presidente del 25 de mayo, en Córdoba?
— Desde que asumió este gobierno, el bloqueo corporativo al cambio ha sido feroz. Prácticamente es casi el primer gobierno desde 1983 que el Congreso no le ha dado una ley de emergencia dada la profunda crisis heredada. No obstante, fue un mensaje de prudencia fiscal y conciliador. Prudente en función de renovar la promesa de bajar impuestos siempre y cuando se apruebe la ley bases. Conciliador en la medida que se renueva el diálogo y se le da participación en la elaboración de las futuras leyes post bases al poder legislativo y a los sectores empresarial y sindical.
“Desde que asumió este gobierno, el bloqueo corporativo al cambio ha sido feroz”
Está claro que más allá de los cuestionamientos que pueden hacerse respecto de la estrategia y táctica del Gobierno para aprobar la Ley Bases, este es casi el primer gobierno desde 1983 recién asumido luego de una crisis estructural, con el aval de más del 50% de los votos que, en un país presidencialista, el Congreso le niega las leyes que propone.
El bloqueo de los gobiernos feudales provinciales a través de sus representantes legislativos fue brutal: evitaron la reducción de sus prebendas representadas por los fondos fiduciarios y antes impidiendo la suba de retenciones a producción regional (más allá de que no estoy de acuerdo).
Los fondos fiduciarios provinciales son un conjunto de fondos sin auditoria ni control de ningún poder del Estado que representan casi USD 10.000 millones, 60% de sus recursos la constituyen transferencias de Nación. Desde 2016 a 2022, se crearon 11 fondos. Este boom de fondos, al calor de la toma y daca de la rosca, llevó el total a 28, cuya administración no tiene ningún tipo de auditoría y control.
Como el ajuste a los fondos fiduciarios fue bloqueado por el poder de lobby de los gobernadores, lamentablemente el peso de la licuación fue por ahora mayor al del efecto “motosierra” deseado por el Presidente, pero también por la sociedad. Cuanto más empresas públicas sin privatizar o re concesionar bajo licitaciones competitivas, así como Fondos Fiduciarios queden, más licuación habrá sobre la clase media, en función del poder de lobbies corporativo provincial, empresarial o sindical al cambio.
— ¿Fue apresurado anunciar la intención de comenzar a eliminar impuestos, a parte de la sanción de la Ley Bases y el Paquete Fiscal?
— Para nada apresurado. En primer lugar, bajar impuestos es más que una promesa electoral, es parte del ADN del Poder Ejecutivo. Pero más allá de las cuestiones ideológicas, se llega a esta circunstancia porque Argentina se quedó sin crédito externo e interno. No solo los acreedores y posibles inversores internacionales no confían en Argentina, sino que los propios argentinos repudian la deuda argentina.
Argentina llega a esta crisis con un nivel de gasto público no solo infinanciable sino corrupto e ineficiente para proveer los bienes y servicios públicos de calidad que los argentinos merecen. Por lo tanto, todos los argentinos de todas las clases sociales, a su modo repudian la deuda, la moneda y el pago de impuestos sin correspondencia con bienes públicos de calidad.
El anuncio de la baja futura de impuestos resulta por lo tanto una señal que todos los argentinos están esperando. Para que esa baja sea sostenible, no genere más deuda que ni el FMI, ni China ni la sociedad argentina quiere financiar, no hay otra que reducir aquella parte del gasto público sujeta al despilfarro, al descontrol, corrupción e ineficiencia.
“Argentina llega a esta crisis con un nivel de gasto público no solo infinanciable sino corrupto e ineficiente para proveer los bienes y servicios públicos de calidad que los argentinos merecen”
Según el BID, Argentina tiene un nivel de gasto ineficiente de 7% del PBI anual, el mayor de América Latina, siendo la corrupción en la ejecución de inversión pública nacional, provincial y municipal y subsidios al transporte y a la energía del 1% anual según estimación conservadora que realizamos para el caso Cuadernos: 1% anual equivale a todas las exportaciones de gas que podrían aumentar si se profundizara la inversión en Vaca Muerta y los yacimientos de Litio.
Asimismo, mientras continúen sin privatizar y/o re concesionar las empresas públicas, más allá de la buena voluntad administradora del poder político de turno, habrá que emitir dinero, deuda pública o subir impuestos para bancar su déficit.
Los hongos inflamados del despilfarro y corrupción, tanto sobre el gasto corriente como de capital, así como de las empresas públicas, heredado son de magnitud macroeconómica relevante y por lo tanto su reducción implica un ahorro público enorme que en parte puede ser destinado a reducir el déficit y a mejorar la provisión de servicios públicos para hogares y empresas.
— ¿Cree que es una “trampa fiscal” para los objetivos del Gobierno empezar por eliminar el Impuesto PAIS?
— Al contrario, si no se elimina el Impuesto PAIS seguiremos entrampados en el cepo. La eliminación de este impuesto tendría que ser parte de la estrategia de eliminación de las restricciones cambiarias.
— ¿Qué lectura hizo del intento de disparada de los dólares financieros al comenzar la segunda mitad de mayo?
— La tasa real de interés negativa puede ser una buena táctica de corto plazo para licuar los pasivos monetarios, diría que mucho mejor que un Bonex, dada la ilusión monetaria de los argentinos. Pero su contrapartida es licuar los ahorros y capital de trabajo en los plazos fijos. Por lo tanto, el riesgo de una disrupción cambiaria con tasa real de interés negativa en un sistema de tipo de cambio flotante con “fear to float”, con capacidad del Banco Central muy acotada, con super dominancia fiscal es siempre latente.
— ¿La suba fuerte el índice de riesgo país es una respuesta del mercado a las dificultades que enfrenta el Gobierno para que el Congreso le apruebe sus primeras leyes que considera fundamentales, o refleja algo más?
— Sin duda, la sustentabilidad fiscal está sujeta a la aprobación de la Ley Bases, en tanto el FMI, China y cualquier otro acreedor externo o argentino de nuestra deuda pública esperan su aprobación para comenzar a confiar en la sustentabilidad fiscal a mediano plazo.
— ¿Cómo ve la estrategia de desarmar pasivos remunerados del BCRA y convertirlos voluntariamente en pasivos de la Tesorería de la Nación? ¿Es sólo un cambio de plazos para eliminar expectativas de emisión futura?
— Mejorar el Patrimonio del Banco Central es necesario, pero no es el único desafío. Mientras no se ordene las finanzas públicas, no habrá solución del déficit cuasi fiscal sostenible. Las cuentas del Banco Central deben ser analizadas en consolidación con el resto del Sector Público no financiero y con sus instrumentos a valor de mercado.
“Las cuentas del Banco Central deben ser analizadas en consolidación con el resto del Sector Público no financiero y con sus instrumentos a valor de mercado”
Si persisten las empresas públicas deficitarias, los Fondos Fiduciarios Provinciales incontrolables, los subsidios y regímenes de promoción corporativos y prebendarios y el descontrol de los organismos de auditoría y control del gasto público, la ventanilla de necesidad de financiamiento seguirá abierta. La deuda pública necesaria para financiar cada casillero del gasto público predado por los lobbies corporativos será insostenible sea emitida por el Banco Central o por la Tesorería.
Independiente del ordenamiento de las finanzas públicas y su ajuste estructural, aún resulta necesaria una reforma monetaria que impida que resurja el déficit cuasi fiscal pero también el componente financiero (intereses) de la deuda del sector público no financiero al calor de la suba de tasa de interés, para recuperar el control de la oferta monetaria y elimine no solo el cepo presente sino para siempre.
— Hay quienes alertan por el agotamiento de la capacidad de tolerancia social del ajuste que hizo el Gobierno en seis meses ¿Qué piensa?
— Argentina tiene una alta tolerancia a la inflación y una aversión extrema a la austeridad. Esto se mantuvo muchísimo tiempo. Generaciones de argentinos han vivido experiencias de austeridad frustradas por no ver frutos rápidamente. Hasta que la inflación se vuelve intolerable y se expresó en el voto una renovada demanda por estabilizar: tardía y abrupta.
Por no reaccionar tempranamente en el pasado reciente ante el monstruo de la mega inflación y el temor a un mega desempleo, nos comimos una mega inflación con consecuencias recesivas en el presente. La tolerancia social se demuestra en la calle y en el voto. Ex ante es muy difícil de medir y más aún en un país como este de anticipar. El temor a que se profundice la recesión y esta persista es creciente generando retracción en el consumo de las clases medias, postergando la reactivación del mercado interno.
Lo sorprendente para mí ha sido la alta tolerancia al ajuste hasta ahora. En la medida que se aplique motosierra al gasto despilfarrado, pienso que habrá más margen para que continue la tolerancia al ajuste. Se necesita un “disparador” adicional a la ley bases, que anule la propensión precautoria y profundice la confianza en una pronta reactivación.
— En el Gobierno dicen que el ajuste recayó sobre “la casta”, pero muchos analistas cuestionan que se concentró en los sectores medios de ingreso, ¿Quién está en lo cierto?
— La voluntad del Poder Ejecutivo de ajustar la “casta” es indudable en la medida que se produjo un bloqueo corporativo por parte por ejemplo de los Gobiernos Feudales Provinciales en el Congreso, esmerilando la ley bases e impidiendo que ante la mayor crisis de la historia de la democracia reciente sea prácticamente el primer gobierno desde 1983 que no tenga hasta ahora ley de emergencia económica.
Cuanto más efectivo sea el bloqueo corporativo a ceder sus privilegios, mayor será el ajuste sobre la clase media. Esto depende no solo de la voluntad presidencial sino también del poder del lobbies empresarial, sindical, provincial y político para bloquear el cambio cargando su costo a la licuación de los ingresos que no tienen ese poder: trabajadores no sindicalizados, profesionales, pymes y jubilados que constituyen la mayoría de la población que quiere laburar libremente.
Cuanto mayor indignación social sobre el despilfarro y corrupción del gasto público, más poder político para aplicar, adecuadamente en los casilleros relevantes del presupuesto público predado por las corpo, la motosierra en lugar de licuación generalizada.
— ¿Cuáles son las mayores fortalezas que pudo generar el Gobierno en sus casi 6 meses de gestión?
— La confrontación con los gobernadores para mí fue muy positiva porque expreso claramente casi por primera vez lo que es el lobby corporativo. Dado que no cedieron, más ajuste por licuación a los que no tienen lobbie.
“Por no reaccionar tempranamente en el pasado reciente ante el monstruo de la mega inflación y el temor a un mega desempleo, nos comimos una mega inflación con consecuencias recesivas en el presente”
La licuación no es política económica de un gobierno sino el resultado del bloqueo de la “casta” corporativa a ajustar sus privilegios obtenidos en casilleros relevantes del gasto público.
En la medida que se explicite públicamente por el Poder Ejecutivo las presiones del lobby corporativo (“casta”) sindical, empresarial provincial y político, más respaldo popular y más capital político tendrá el Gobierno.
— ¿Y las principales debilidades?
— Cada empresa pública a privatizar o concesionar será una batalla “campal”. Las empresas públicas hoy están de hecho privatizadas vía captura de los lobbies corporativos: son dirigidas por administradores políticos que predan los recursos del estado para beneficiar a proveedores monopólicos o cartelizados y sindicatos cuasi propietarios que descargan el costo de financiamiento del déficit sobre la enorme mayoría de la población argentina que lo paga con impuestos legislados e impuesto inflacionario.
Soy optimista en que la ley Bases será aprobada. Aun con la lija 0000 que le pasaron los integrantes de la “casta” legislativa y feudal provincial, hay un conjunto de empresas públicas que drenan gran parte de los recursos públicos que serán privatizadas y/o revisadas su concesión sujeta a licitaciones competitivas, por lo menos así espero.
— ¿La recesión tocó piso y ya se puede pensar en la forma del paso a la reactivación?
— Tanto el Índice de Producción Industrial como el EMAE del Indec mostraron en marzo caídas interanuales acumuladas de 14,8% y 5,3%, respectivamente. La recesión está liderada por caídas en construcción, intermediación financiera e industria manufacturera que a su vez se reflejan también en el sector comercio mayorista y minorista. Sin embargo, el sector agropecuario tuvo un aporte positivo que se reflejó en parte en transporte.
Es probable que en los indicadores de mayo y junio se modere la caída global e incluso reflejen “brotes verdes” en función de los avances de la cosecha de soja y maíz respecto al mal desempeño del ciclo anterior.
“Es probable que en los indicadores de mayo y junio se modere la caída global e incluso reflejen “brotes verdes” en función de los avances de la cosecha de soja y maíz respecto al mal desempeño del ciclo anterior”
Dado el devenir previo hacia una hiperinflación, sin crédito externo e interno y el shock de cambio de precios relativos era inevitable la recesión e inclusive su magnitud. La discusión es la duración. El disparador de la reactivación puede ser varios, en tanto y en cuanto se anticipen a una reactivación futura dando el primer paso, enumero por orden de importancia, todos discutibles.
- la aparición clara de un prestamista de última instancia con interés geopolítico en Argentina. El FMI ya demostró que no alcanza, pero en mi opinión tampoco lo es;
- blanqueo que genere la “descanutización” de la clase media, no ya en términos de sostener el nivel de consumo mínimo sino en inversiones productivas canalizadas mediante la vuelta de los dólares de los argentinos a los bancos y estos lo canalicen en crédito; y
- un objeto de la inversión que genere un patrón de crecimiento (como antes la soja) traccionando el resto de las actividades productivas.
Argentina no tiene prestamista de última instancia. Los argentinos desconfían no solo en su moneda sino en su sistema bancario porque esta capturado por las necesidades financieras del Estado. Nuestro Banco Central es el deudor de primera instancia siendo la ventanilla de pago de las necesidades del Tesoro. El swap de deuda del Central al Tesoro es un primer paso contable pero no la solución. La tentación de utilizar el Banco Central a futuro queda pendiendo como una espada de Damocles sobre la estabilidad macroeconómica futura.
Es necesario cambiar la arquitectura financiera del Estado para que el “nunca más” financiarse con el Central sea sostenible. Me da la impresión de que cambiar la Carta Orgánica o que el despido del presidente del Banco Central tenga también aval parlamentario son condiciones necesarias, pero no suficientes en un país donde hay anomia: no se cumple la ley.
Según el gran economista Charles Kindleberger, los auges se motorizan sobre un objeto de inversión / especulación. Sin embargo, contar con la soja, Vaca Muerta o el Litio no es una condición suficiente en Argentina ya que somos un cementerio de oportunidades perdidas.
— ¿Una reflexión final?
— Aun creo que hoy en día, los argentinos no tenemos suficientemente claro las causas, la magnitud y tipo de crisis que enfrentamos:
- Este es un país en bancarrota que estuvo a punto de repetir una hiperinflación, habiendo tenido 3 en el pasado (1975, 1989, 1990), único caso en el mundo.
“Contar con la soja, Vaca Muerta o el Litio no es una condición suficiente en Argentina ya que somos un cementerio de oportunidades perdidas”
- Que, por despilfarrar el gasto público, no ajustar y administrar a tiempo con sintonía fina el déficit fiscal en épocas de vacas gordas del mayor super ciclo de commodities de la historia argentina desde la generación de 1880, ahora hay que ajustarlo con sintonía gruesa.
- Una país que a fines de 2023 no invirtió en energía durante 20 años, que a pesar de la narrativa “populista” destruyó la capacidad estatal de gestión: destrucción del Indec por casi una década, Instituciones de auditoría y control de la corrupción cartón pintado y dinamitadas, justicia facciosa -no solo penal sino también laboral- destructiva del tejido empresarial productivo, destrucción del patrimonio del Banco Central y por lo tanto de su moneda, conversión de los bancos en cajas financiadoras del déficit público y quiebra enésima de su sistema previsional.
- Un diagnóstico superficial es que se agotó el patrón de crecimiento basado en soja. El modelo post-convertibilidad se basó principalmente en la provisión de dólares de las exportaciones de soja para financiar las necesidades del sector público, del consumo y ahorro en dólares de los hogares y las importaciones de insumos y bienes de capital para la industria manufacturera, los sectores intensivos en tecnología y conocimiento, como los servicios basados en trabajo remoto.
- Cómo es que se produjo esta situación al borde del precipicio hiperinflacionario, desperdiciando el mayor super ciclo de precios internacionales de las materias primas desde la generación de 1880, con más del 50% de su población infantil por debajo de la línea de pobreza y emigración creciente de capital humano.
- ¿Qué Guerra Mundial perdimos como para haber estado al borde de una hiperinflación adoptando parches y medidas de emergencia exactamente iguales que la hiperinflación de la República de Weimar en 1923?
Pero, la profundidad de la crisis se demuestra en la magnitud que ha alcanzado la economía de baja productividad, tanto informal como ilegal. La productividad laboral se encuentra en el presente apenas por debajo de 1974 pero cuando tomas en cuenta el resto de las fuentes del Crecimiento, la Productividad Total de los Factores de 2023 está por debajo de …1950, según con las series recientemente actualizadas de nuestro Centro de Estudios de la Productividad.
Tal como se muestra el gráfico previo, ajustada por fluctuaciones cíclicas, en los últimos 73 años, la productividad solo tuvo un rol relevante en el patrón de crecimiento durante la década de 1990 siendo su dinamismo el doble que durante la vigencia del patrón de crecimiento de sustitución de importaciones mientras que durante el patrón soja su contribución fue nula.
Por ello, un diagnóstico más profundo nos llevaría a pensar que estamos en una crisis terminal no del modo de funcionamiento de nuestra economía post-convertibilidad sino por lo menos desde 1943 hasta el presente. Porque esa fecha y no antes, aunque ya había síntomas que se pueden rastrear inclusive en la crisis del gaucho banking de 1890. Porque con el golpe del 4 de julio de 1943 se instauro el Sistema corporativo “argentino” con una narrativa de la coyuntura de la 2da Guerra Mundial que sigue vigente en el presente.
Argentina se quedó sin búsqueda ni brújula de un patrón de crecimiento e inserción internacional alternativo al modelo corporativista acorde con el devenir geopolítico de las ultimas 7 décadas. El bloqueo al cambio de la “casta” corporativa empresarial, sindical y de la elite política ha generado cero resiliencias de nuestra economía ante shocks externos.
“El bloqueo al cambio de la ‘casta’ corporativa empresarial, sindical y de la elite política ha generado cero resiliencias de nuestra economía ante shocks externos”
La productividad en niveles de hace 7 décadas atrás demuestra cómo el modelo corporativo ha provocado el colapso de las principales fuentes que generan el crecimiento y desarrollo. Este es el cuarto intento de terminar con la coalición anticompetitiva que nos ha llevado al fracaso luego del fracaso de Frondizi, de Alfonsín con la Ley Mucci y el intento de privatizaciones de Terragno, el fracaso menemista de endeudamiento desenfrenado para financiar la reelección, así como la posterior reversión de las privatizaciones y el fracaso de la Alianza en la reforma laboral.
Es hora de un verdadero “Vivir con lo Nuestro”. Para que esta vez sea diferente, debemos crecer con inversión financiada voluntariamente con ahorro doméstico. Bienvenidos los capitales externos, pero no nos generemos complacencia por un carry trade de corto confundiéndolo con Inversión Extranjera Directa virtuosa para luego insultarlos cuando se van (sudden stop).
Respetemos al ahorrista argentino que ahorra voluntariamente en los bancos y compra bonos argentinos, verdadera fuente de la inversión y el crecimiento sostenible. Respetemos a los ahorristas obligatorios: los trabajadores que aportan a la seguridad social: verdadera fuente de la sostenibilidad del sistema previsional.
Fotos: Maximiliano Luna