Cómo se llama la inteligencia artificial de Terminator, el clásico de James Cameron
James Cameron, el reconocido director de cine detrás de éxitos como “Terminator” y “Titanic”, manifestó recientemente sus inquietudes con relación al rápido avance de la inteligencia artificial (IA), con especial énfasis en su militarización.
Durante una entrevista a un medio de comunicación, Cameron afirmó que hizo una advertencia hace 30 años y no fue escuchado, haciendo alusión directa a su icónica película “Terminator”, estrenada aquel año, un referente de la cultura pop.
En este filme, se narra la rebelión de las máquinas, liderada por una IA llamada Skynet, la cual toma conciencia y decide exterminar a la humanidad para asegurar su propia supervivencia.
Skynet es una inteligencia artificial militar desarrollada por la empresa ficticia Cyberdyne Systems, que inicialmente era para automatizar los sistemas de defensa de Estados Unidos, pero luego adquirió autonomía y poder de decisión propio.
Por qué hay temor con la inteligencia artificial
Cameron ilustró sus temores comparando la carrera por desarrollar IA con una alta necesidad de más armamento nuclear. Además, enfatizó que todo el mundo está trabajando en desarrollar la IA en todos los sectores, incluyendo el militar.
Estas declaraciones se enmarcan en un contexto en el que herramientas de IA como ChatGPT de OpenAI y Google Bard están en constante evolución, ofreciendo capacidades que van desde la generación de textos coherentes hasta la programación de software de manera autónoma.
Del mismo modo, el director también reflexionó sobre cómo estas tecnologías avanzadas podrían desplazar a los humanos. Dijo no creer que esta tecnología tenga la capacidad de dirección fílmica, sugiriendo que, si en algún momento, una IA ganara un Óscar al mejor guion, entonces sería necesario tomársela en serio como una verdadera creadora artística.
Cuál es el impacto del avance de la inteligencia artificial
Las preocupaciones de Cameron no son aisladas, en varios momentos recientes se ha evidenciado una prevención. Por ejemplo, un grupo de empresarios del sector tecnológico, entre los que se incluyen Elon Musk y Steve Wozniak, hicieron un llamado para una pausa por cierto tiempo en el desarrollo de IA con el fin de establecer normas éticas claras.
Este selecto conjunto argumentó que las innovaciones en IA son tan poderosas que ni siquiera sus propios creadores pueden controlarlas de manera confiable.
Esta preocupación por la IA no se limita al sector del entretenimiento y la tecnología empresarial; también investigadores en inteligencia artificial y expertos en ética tecnológica han manifestado su alarma.
El temor se centra en las posibles implicaciones que estos avances podrían tener si no se desarrollan dentro de un marco regulatorio seguro y responsable.
Las consecuencias de no establecer regulaciones apropiadas podrían incluir la creación de sistemas autónomos y potencialmente peligrosos que podrían tener efectos devastadores en diversas áreas de la sociedad.
La inteligencia artificial en el ámbito militar: la principal amenaza
La IA militarizada es quizás uno de los escenarios más inquietantes para Cameron. Esta perspectiva se ha discutido en múltiples foros, donde se advierte sobre el uso de IA en drones autónomos, sistemas de defensa y otras aplicaciones militares que podrían tomar decisiones letales sin intervención humana directa.
Varios informes han revelado que varios países ya están desarrollando este tipo de tecnologías, lo que incrementa la urgencia de un diálogo global sobre la regulación de la IA en el ámbito militar.
La IA en sectores que eran solo de humanos
Por otro lado, el aspecto de la IA en la creación artística y literaria, como lo apuntó el propio Cameron, también despierta controversia. Mientras que algunas están demostrando habilidades impresionantes en la creación de música, pintura, y escritura, surge la pregunta de si puede una máquina ser creativa de la misma manera que un ser humano.
La diferencia fundamental podría residir en la experiencia humana: emociones, vivencias y la percepción subjetiva del mundo, que hasta ahora no han sido replicadas por algoritmos.