Política

Tras el debate de la Ley Bases, los libertarios aún enfrentan el desafío de lograr previsibilidad en el Congreso

El pleno del Senado durante las votaciones de la ley Bases y el paquete fiscal (Adrián Escándar)

Las aprobaciones de las modificaciones a la ley Bases y el paquete fiscal fueron tomadas por el oficialismo como victorias en el Senado, pese a que la decisión final está en manos de Diputados y hay temas sensibles a resolver, como Ganancias y Bienes Personales. No obstante, La Libertad Avanza debe solucionar una cuestión trascendental: blindar de manera definitiva un sistema político viable que le evite o amortigüe definiciones para el infarto en el Congreso.

Durante la recolección de escombros posterior a las extrañas definiciones que se dieron en el recinto del Senado, Infobae consultó en algunos despachos oficialistas y varios de la oposición. “Seguimos analizando las cosas sobre un mundo que ya no existe, con un Presidente que llegó al gobierno casi sin partido y que aplica un ajuste feroz soportado por una parte importante de la sociedad. Lo del Senado salió, pero el oficialismo se salvó de recibir un cachetazo olímpico. No sé cuántas veces más van a poder hacer esto”, manifestaron desde un sector dialoguista.

“Hay que pensar bien qué vas a pedir a partir de ahora. Estamos ante un Congreso precario, con un oficialismo en delicada minoría. Después de esto, cada vez que llegue algo te lo van querer tarifar. Encima, con muchos legisladores aceitosos que un día te dicen una cosa y, al siguiente, otra. En los proyectos grandilocuentes te chupan la sangre y te dejan algunos glóbulos rojos, nada más. Queda en segundo plano si lo que va a salir está bien o mal: ya no se puede jugar más esta carta. Si alguno se levantaba o no daba quórum, te partían el espinazo”, deslizó a este medio un experimentado asesor.

Otro detalle que preocupa en el Senado, con el antecedente aún fresco del rechazo en la Cámara alta del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que desregula la economía -su destino final está en Diputados-, es la acumulación de ese tipo de medidas. En plena sesión, los legisladores se anoticiaron del relacionado con la emergencia ferroviaria. “Mientras sacábamos Aerolíneas Argentinas del paquete de privatizaciones, nos enterábamos de eso y volvieron a caer en la trampa. Fantástico”, ironizó un senador opositor.

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El tablero del Senado durante una de las votaciones en particular del paquete fiscal (Adrián Escándar)

¿Qué me llevé? ¿Cuánto me salió? ¿Cuánto me sirve? ¿Cuál es la viabilidad para repetirlo?, son las preguntas que debe resolver con urgencia la Casa Rosada. Es decir, Javier Milei tiene que sentarse junto a su jefe de Gabinete, Guillermo Francos; su asesor “estrella”, Santiago Caputo, y otras líneas importantes del Gobierno para encontrar respuestas rápidas. “Si no contestan ahora estas cosas, la próxima, cuando lleguen nuevos mamotretos al Congreso, podría ser tarde”.

“Lo que anunciaste en enero no lo tenés y ya pasaron más de seis meses. Hay que tomar nota para no repetir esto y empezar a pedir cosas de manera más quirúrgica. Si bien es una buena señal lo de la inflación, la recesión vino para quedarse y la receta de ‘ajuste fiscal más ajuste fiscal’ no servirá como única carta a jugar. Y esto de estar en el Congreso con ‘¿a ver qué pasa?’ se agota en algún momento”, sostuvieron desde otro despacho.

Vemos ahora al oficialismo. “Los números estaban más que finos y enfrentamos muchas complejidades. Fue muy importante que la Casa Rosada entendiera que las decisiones se toman conociendo el territorio. Eso fue lo que pasó desde la previa a la firma de los dictámenes, las negociaciones antes de la sesión y también en el durante. En el paquete fiscal se sabía que Ganancias ya estaba perdido y sólo quedó como imprevisto lo de Bienes Personales”, aseveraron los libertarios.

Dos funcionarios fueron claves en el entramado de acuerdos: el segundo de Gabinete, José Rolandi; y la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal Murphy, quienes estuvieron toda la semana instalados en el Senado. No sólo interactuaron con la oposición, sino que vieron de primera mano cómo se movió la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villaruel. A diferencia del Ejecutivo, juega sin recursos, un detalle para nada menor. Se llevaron una sorpresa los funcionarios. Sin embargo, esto no apaciguaría la interna que, cada dos por tres, se opera desde la Casa Rosada.

Debate Ley Bases en el Senado - 12.06.2024 - Victoria Villarruel
La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel (Pablo Bove)

Párrafos aparte para Unión por la Patria, que comanda el formoseño José Mayans: la receta aplicada se consume cada vez más, los fracasos pese a contar con 33 senadores -a cuatro del quorum- se acumulan y, con el correr de las semanas, el clima se agita en el interbloque. “Siempre tuvo una máquina infernal de poder y de sacar leyes. Ahora está con un papel tristísimo y pasó, en la actualidad, a demorar con papelones las votaciones en pleno recinto. Y todavía no hubo ni agosto, ni octubre ni noviembre de 2023 -en referencia a las elecciones-. Siguen con el mismo esquema de jefaturas, en todo sentido. Adentro, todos dicen ‘qué quilombo’. Afuera, parece ser que todo es color de rosas”, se sinceraron desde una línea peronista.

Consumada la aprobación de las leyes -vuelven en segunda revisión a Diputados- Unión por la Patria, que tuvo una estrategia legislativa amateur para la sesión, guardó energías para encontrar y marcar, en modo policial, a supuestos “traidores”. Primero arrancó la propia Cristina Kirchner -vía redes y lógico, tras semejante traspié-, pero aún más curioso fue el caso del exsecretario de Derecho Humanos de la Nación Horacio Pietragalla, quien apuntó a la justicialista Carolina Moisés por acompañar, en particular, algunas cuestiones del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI). “El colonizado mental sos vos”, le espetó la jujeña. En casi cuatro meses, habrá un nuevo festejo por el Día de la Lealtad. Lo que no aparece aún en el PJ es el “pajarito llamador”.

Para finalizar, parte de lo que pinceló Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro, mandamás de la provincia) días atrás en el recinto, según consta en la versión taquigráfica. “En la contienda política, la inteligencia se nubla porque las emociones son muy fuertes. Sobre todo, las emociones de haber perdido una elección y de tener que seguir jugando para el equipo; son fortísimas. Y muchas veces nublan el entendimiento. Nuestro país –ya lo saben ustedes y lo han dicho antes que yo otras personas– ha vivido un proceso electoral con un resultado, a mi criterio, insólito. Un partido nuevo, sin anclaje organizativo, postuló como presidente a un hombre ajeno a toda tradición institucional; a un hombre dedicado, según lo que vi, al stand up; a un hombre que no muestra empatía por los seres humanos. Y ese hombre ganó las PASO holgadamente, perdió las generales, y ganó el ballotage. Y lo ganó bien. Por lo tanto, creo que hay algunas cuestiones de legitimidad que no hay que plantearse”.

Silvia continuó: “Recuerdo que en la campaña electoral yo caminaba por mi pueblo, Choele Choel, pidiendo el voto para mi partido, para la boleta verde. Pedía el voto para el diputado nacional de mi partido que estaba en juego, un joven partido provincial. Allí me conocen muchísimo, porque mi pueblo es un lugar pequeño. Y cuando yo iba con la boleta verde, la gente de los barrios me decía: ‘No, señora, no me deje su boleta, porque yo voy a votar a Milei”. ‘Pero, cuidado’, les decía yo. ‘¿Qué van a hacer? Ese hombre no conoce las provincias, no conoce los barrios, no nos conoce a nosotros, no conoce a la gente humilde’, agregaba. Y ellos me contestaban: ‘No importa, no importa; que explote todo. No le creemos a nadie. Nosotros vamos a votar y que explote todo’. Ese era el mensaje de la gente de mi ciudad cuando yo la recorría”.

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