Por qué nunca se debe beber de una botella de plástico que estuvo al sol: nuevos estudios
Las botellas de plástico que son dejadas bajo el sol pueden representar un riesgo para la salud debido a la liberación de compuestos orgánicos volátiles (VOC), según investigaciones recientes. Estos compuestos, al ser liberados por la degradación del plástico tras la exposición a los rayos ultravioleta, pueden tener efectos adversos a corto y largo plazo en la salud humana. La nueva investigación publicada en la revista Eco-Environment & Health reveló detalles alarmantes sobre el consumo de agua de botellas plásticas expuestas al sol.
“Teniendo en cuenta el peso medio de un contenedor (aproximadamente 20 gramos), la cantidad de COV volatilizados de un solo contenedor fue de sólo unos pocos nanogramos. En consecuencia, incluso después de una exposición prolongada, abrir y consumir agua de un recipiente embotellado presenta riesgos mínimos para la salud de los humanos”, escribieron los autores del estudio.
La doctora Huase Ou del Laboratorio Clave de Contaminación Ambiental y Salud de Guangdong en la Universidad de Jinan en China, explicó que los rayos ultravioleta degradan las botellas de plástico, creando VOCs. Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), “los compuestos orgánicos volátiles se emiten como gases de ciertos sólidos o líquidos”, y muchos de ellos tienen efectos perjudiciales para la salud. Estos compuestos se encuentran en productos como pinturas, adhesivos y materiales de construcción, y es indeseable que se presenten en consumibles como el agua.
Por otra parte, Emanuela Gionfriddo, profesora asociada en el Departamento de Química de la Universidad de Buffalo, resalta que el PET (tereftalato de polietileno), material del que están hechas muchas botellas de plástico, puede descomponerse y liberar químicos al estar expuesto al sol o a altas temperaturas. “Las botellas plásticas son seguras bajo condiciones de almacenamiento convencionales, pero no cuando se exponen a rayos UV”, afirmó en declaraciones publicadas por Spectrum News.
En la investigación se utilizó una variedad de botellas hechas de PET con diferentes concentraciones y métodos de adhesión. Los resultados mostraron que dependiendo del tipo de fabricación, la cantidad de VOCs liberados varía, pero todos presentan algún grado de riesgo. El estudio encontró que incluso después de una exposición prolongada, los riesgos para la salud humana son mínimos, pero los compuestos tóxicos tienden a acumularse en el cuerpo, según los autores del estudio.
Gionfriddo también explicó que los cambios en el sabor del agua, cuando ha sido dejada al sol, se deben a estos procesos químicos. “Si una botella no contiene BPA, puede liberar otros compuestos”, dijo, subrayando que “nunca es una buena idea dejar botellas de plástico al sol o a altas temperaturas por periodos prolongados”. Además, mencionó que el uso de botellas de acero inoxidable y vidrio es una alternativa más segura.
La otra cara de la degradación plástica
El problema de la degradación plástica no solo afecta a la salud humana, sino también al medio ambiente. Al ser expuestas al sol, las botellas de plástico sufren un proceso de fotodegradación, una preocupación creciente debido al uso masivo de estos productos. La cantidad de plásticos que utilizamos diariamente está creando graves problemas tanto para nuestra salud como para el planeta.
El crecimiento bacteriano es otro factor a considerar, ya que las temperaturas cálidas facilitan la proliferación de bacterias en el agua almacenada en botellas plásticas. Por ello, se recomienda consumir agua fría, no solo por seguridad, sino también porque ayuda a regular la temperatura corporal en días calurosos.
Finalmente, si bien un par de sorbos de agua de una botella dejada al sol no te harán daño inmediato, es importante estar consciente de los posibles efectos acumulativos. Ou concluye que es crucial conocer estos riesgos, especialmente en ambientes donde el agua embotellada está expuesta al sol por periodos largos.