Según un informe de la UCA, el 20% de la población concentra más del 50% de los ingresos del país
El ingreso promedio per cápita del total de la población alcanzó los $233.695 en el 1° trimestre de 2024, mientras que el mismo ascendía (en valores constantes) a $255.247 en el trimestre anterior y a $295.128 un año atrás, según un informe elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA).
Esto quiere decir que, en un contexto en que tanto los cambios ocurridos en los ingresos laborales como en los no laborales fueron insuficientes para compensar el elevado crecimiento de la canasta básica alimentaria y no alimentaria, se evidencia una pérdida significativa de ingresos reales.
En promedio, la población perdió alrededor de un 20% de poder adquisitivo en el período comprendido entre el primer trimestre de 2023 y el de 2024. Sin embargo, fueron los estratos más desfavorecidos aquellos que evidenciaron caídas más significativas de su poder de compra. A lo largo del período analizado, los ingresos promedio registrados en los sectores más bajos se alejaron aún más de los requerimientos básicos alimentarios y no alimentarios necesarios para la subsistencia.
“El análisis de los ingresos monetarios corrientes de los hogares y la población da cuenta de una caída del poder adquisitivo -en todos los estratos- con mayor intensidad en los estratos medios y en los más pobres, ampliando la brecha con respecto a la línea de pobreza (canasta básica total). A esto se sumó un aumento del desempleo y escasas oportunidades de compensar la caída del ingreso real con mayor auto empleo informal. Las únicas fuentes de compensación durante el período –aunque parciales e insuficientes- fueron las transferencias sociales a los segmentos inferiores de la estructura social de la Asignación Universal por Hijo, la tarjeta Alimentar y otras asistencias)”, explicaron desde la UCA.
En concreto, en el primer trimestre de 2024, el 20% de población de menores ingresos (1° quintil) se apropia sólo del 4,5% de los recursos monetarios totales; mientras que el 20% de la población más favorecida económicamente (5°quintil) concentra el 52% del volumen de ingresos de los hogares.
Tanto entre el primer trimestre de 2024 y el mismo período del año anterior, como entre trimestres sucesivos (4to trimestre del 2023 – 1er trimestre 2024) el estrato superior ganó participación en el total de ingresos de la economía, mientras que el estrato inferior la perdió. Distintos indicadores de distribución estarían dando cuenta de un aumento en la desigualdad de los ingresos.
Cada vez hay más pobres
Según el estudio realizado por la UCA, el 55,4% de la población (25.424.325 personas) se encuentra en situación de pobreza, lo que significa que no ganan lo suficiente para cubrir el 100% de sus necesidades básicas en el transcurso de un mes. En tanto, la indigencia habría alcanzado al 19,4% de la población.
Las tasas eran de 38,8% y 8,8% respectivamente en el primer trimestre de 2023, lo que significa que avanzaron 16,6 y 10,6 puntos porcentuales respectivamente. “El crecimiento significativo en las tasas de indigencia y pobreza por ingresos que habría ocurrido durante el período considerado encuentra explicación en los drásticos cambios evidenciados en términos de bienestar y desigualdad. Los ingresos de los hogares no lograron acompañar el fuerte incremento de los precios y de la valorización de la canasta básica alimentaria y total, siendo esto aún más problemático en los hogares de estratos más bajos”, explicaron desde la UCA.
“Si bien se evidencia una caída del poder de compra de los hogares y la población durante el período considerado en toda la estructura social, es en los sectores más desfavorecidos en los cuales esta pérdida fue de mayor intensidad. Esto da lugar a un mayor empobrecimiento absoluto de la población, simultáneo a un incremento de la desigualdad económica. Ambos procesos (efecto empobrecimiento y efecto desigualdad) habrían provocado un aumento significativo en las tasas de indigencia y pobreza en el primer trimestre de 2024″, agregaron.
El crecimiento de ambas tasas encuentra explicación en los cambios regresivos evidenciados por efecto inflacionario sobre los niveles de ingresos laborales y no laborales de los hogares, a lo que corresponde sumar una pérdida de empleos y nivel de trabajo, dada la fuerte recesión atravesada durante el período.
“Las clases medias de trabajadores semicalificados pasaron a formar parte de los ‘nuevos pobres’. Sin embargo, el deterioro fue aún más crítico en los hogares de estratos más bajos, dependientes de programas sociales o empleos informales, donde amplios segmentos ya pobres con anterioridad, cayeron en la indigencia”, aseguraron desde la UCA.
Por otro lado, indicaron que los aumentos en los programas sociales durante el primer trimestre tuvieron un impacto importante para aliviar el deterioro generado por la crisis, pero no para compensar la caída de ingresos reales generado tanto por la inflación, como por la caída en el nivel trabajo informal, dada la recesión general y la menor de demanda de bienes y servicios hacia ese sector informal por parte de las clases medias.
Asimismo, uno de los mayores inconvenientes del escenario laboral argentino de las últimas décadas es la creciente precarización del empleo asalariado por exclusión del Sistema de Seguridad Social. Esto, explicaron desde la UCA, incide directamente en los altos niveles de pobreza que se observan en la actualidad.
“El aumento del desempleo tuvo como principales afectados a trabajadores informales. La tasa de empleo no registrado disminuyó sólo levemente entre el 1° trimestre de 2023 y el 1° trimestre de 2024, pasando del 35,8% al 34,9% de los mismos”, remarcaron. Aún así, está claro que los trabajadores formales han sufrido un deterioro de sus niveles de ingresos en los últimos meses, debido al rápido avance de la inflación.
Por todo esto, y dadas las evidencias presentadas por los datos oficiales del Indec es de esperar que durante el primer trimestre de 2024 se hayan incrementado en forma significativa las tasas de población urbana en situación de indigencia y de pobreza. “A los fines de poder evaluar este proceso, se procedió a estimar dichas tasas a través modelos de micro simulación con base en los datos provenientes del informe de distribución del ingreso y de las bases de datos de la EPH/Indec”, aclararon.