El consumo de alcohol eleva el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, según dos nuevos estudios
El consumo mantenido y excesivo de alcohol puede dañar el corazón, afirman dos nuevos estudios científicos, presentados por la Asociación Estadounidense del Corazón y realizados en animales, arrojan luz sobre la salud cardiovascular.
Es que el alcohol es un factor de riesgo importante para la presión arterial alta (hipertensión), una afección en la que la sangre bombea con más fuerza de lo normal a través de las arterias o los vasos sanguíneos. Se trata, en definitiva, de la principal causa de enfermedades cardiovasculares, incluidas las cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
Cada vez hay más pruebas que demuestran que ninguna cantidad de alcohol es buena para la salud del corazón. Incluso, pequeñas cantidades aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, también conocidas como enfermedades cardiovasculares.
Ambos estudios son preliminares y fueron presentados en las Sesiones Científicas de Ciencias Cardiovasculares Básicas de 2024 de la Asociación Estadounidense del Corazón que se está llevando adelante en este momento en la ciudad de Chicago, y ofrece las últimas investigaciones sobre innovaciones y descubrimientos en la ciencia cardiovascular.
El primer estudio ayudar a explicar por qué el consumo excesivo de alcohol a veces provoca un ritmo cardíaco irregular y una posible forma de prevenirlo. Es que el consumo excesivo de alcohol (cinco tragos en dos horas para los hombres y cuatro tragos en dos horas para las mujeres) aumenta la incidencia de fibrilación auricular (FA), el tipo más común de ritmo cardíaco irregular o arritmia.
“En las fechas festivas, se presentan oportunidades de celebración, a menudo acompañadas de un consumo excesivo de alcohol, durante un breve período de tiempo. Desafortunadamente, esto a veces envía a los juerguistas, incluso a aquellos que no tenían problemas cardíacos previos, al hospital con un corazón acelerado o con latidos anormales”, dijo el doctor Saugat Khanal, autor principal del estudio y becario postdoctoral en el departamento de fisiología y biología celular de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus, Ohio.
“Nuestro estudio en ratones exploró el mecanismo de la arritmia inducida por el alcohol y una posible forma de prevenirla en el futuro. El consumo excesivo de alcohol de forma repetida puede provocar arritmias graves, como la fibrilación auricular, que es el tipo de arritmia más común”, afirmó Khanal.
Y agregó: “La fibrilación auricular puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y una insuficiencia cardíaca. Alrededor de un tercio de los nuevos diagnósticos con esta patología están relacionados con el consumo de alcohol. La recurrencia de la fibrilación auricular es común en los bebedores habituales. La relación entre el consumo excesivo de alcohol de forma repetida y la arritmia en épocas de celebración es tan conocida que los profesionales médicos lo denominan síndrome cardíaco festivo, que es causado por el consumo excesivo de alcohol de forma repetida durante las fiestas”.
Los investigadores analizaron estudios previos realizados en animales y comprobaron que las arritmias relacionadas con el consumo excesivo de alcohol son inducidas por aumentos en una proteína impulsada por el estrés, llamada JNK2. Esto puede hacer que las células cardíacas gestionen mal el calcio y se dispersen, lo que hace que el corazón lata demasiado rápido o de manera irregular. El nuevo estudio sugiere, por primera vez, que la molécula Alda-1 puede prevenir la activación de JNK2 que conduce a la fibrilación auricular.
El estudio encontró, además, que:
- Más del 70% de los ratones a los que se les administró alcohol imitando un consumo excesivo de alcohol desarrollaron fibrilación auricular, en comparación con ninguno de los que también recibieron el agente protector cardíaco en investigación Alda-1.
- La exposición a niveles de consumo excesivo de alcohol duplicó los niveles de actividad de JNK2 en comparación con un grupo de control que no imitó el consumo excesivo de alcohol. Esta activación de JNK2 aumentó la susceptibilidad a la fibrilación auricular en los modelos de ratón que imitaron el consumo excesivo de alcohol.
- Tanto la actividad de la enzima JNK2 como el manejo del calcio se mantuvieron normales en las células cardíacas de los ratones tratados con Alda-1.
“La abstinencia del alcohol puede prevenir la mayoría de los riesgos de fibrilación auricular asociados al alcohol. Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos de educación a nivel nacional, el consumo excesivo de alcohol entre todos los grupos de edad sigue aumentando. Nuestros hallazgos sugieren que el desarrollo de nuevos medicamentos, incluidos Alda-1 y otros inhibidores específicos de JNK2, puede ser una estrategia eficaz contra la fibrilación auricular para las personas con síndrome del corazón en vacaciones”, precisó el doctor Khanal.
Segundo estudio, mismos resultados
El segundo estudio investigó por qué el alcohol puede tener un impacto negativo en la función cardíaca en mujeres que toman terapia de reemplazo de estrógeno.
La ciencia sabe que la hormona estrógeno ayuda a mantener los vasos sanguíneos abiertos y flexibles y, en general, se cree que ayuda a proteger a las mujeres de las enfermedades cardíacas.
De esta manera, tener niveles más altos de estrógeno provoca menos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en mujeres premenopáusicas que en hombres de la misma edad.
Sin embargo, la exposición al alcohol empeora la función cardiovascular más en las mujeres que en los hombres, dijeron los investigadores. Además, en estudios anteriores con animales, se ha confirmado que el alcohol empeora más la función cardíaca en aquellos animales con los niveles más altos de estrógeno. Este segundo estudio exploró si varias medidas de la función cardíaca y las proteínas que la regulan diferían con la exposición regular al alcohol en ratas hembras, que recibieron hormonas para reponer su suministro de estrógeno y aquellas que no lo recibieron.
Los expertos estudiaron durante ocho semanas ratas hembras a las que se les habían extirpado los ovarios para simular la menopausia (cuando los ovarios prácticamente no producen estrógeno). Los investigadores compararon a las ratas menopáusicas que recibieron exposición regular al alcohol (administrado en forma de etanol al 5 % en una dieta líquida) con las que recibieron alcohol y estrógeno como tratamiento de reemplazo.
El estudio encontró que, en comparación con las que recibieron solo alcohol, las ratas menopáusicas tratadas con reemplazo de estrógeno más alcohol tenían:
- Cambios tanto positivos (menor aumento de peso y masa grasa) como negativos (presión arterial y frecuencia cardíaca más elevadas) en las medidas relacionadas con la salud del corazón.
- Una reducción de la fracción de eyección del corazón, la capacidad del corazón para bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo, así como otros dos indicadores de un bombeo más deficiente que eventualmente puede resultar en insuficiencia cardíaca.
- La alteración de las proteínas del reloj circadiano, que se sabe que regulan la función cardíaca y otros procesos corporales, aumentó tanto el estrés oxidativo (que puede provocar la acumulación de placa en las arterias) como la ferroptosis (un tipo de muerte celular que es resultado de un exceso de hierro) en las células del corazón.
“Fue sorprendente ver el impacto significativo que tuvo el estrógeno en la disfunción cardíaca inducida por el alcohol, a pesar de sus conocidos efectos cardioprotectores. Las mujeres premenopáusicas y menopáusicas que toman terapia de reemplazo hormonal deben tener cuidado con el consumo de alcohol porque puede ser un factor en la disfunción cardíaca”, explicó el doctor Syed Anees Ahmed, autor principal del estudio e investigador postdoctoral en farmacología y toxicología en la Escuela de Medicina Brody de la Universidad de East Carolina en Greenville, Carolina del Norte, EEUU.
Más allá del resultado de ambos estudios, la Asociación Estadounidense del Corazón recomienda la moderación en el consumo de alcohol para tener una salud cardiovascular óptima.