Sin enviados oficiales, el Gobierno posa sus ojos sobre Venezuela y busca capitalizar un posible triunfo opositor
“Malparido nazi fascista”, descalificaron por un lado. “Imbécil, dictador”, respondieron por el otro. Nicolás Maduro, el líder autoritario que gobierna Venezuela, lanzó la primera frase contra el presidente Javier Milei. A las pocas horas, el Gobierno argentino, a través del vocero presidencial, Manuel Adorni, salió al cruce del venezolano. Fueron dardos verbales que tensionaron la puja entre ambos gobernantes y recalentaron el clima político en Caracas, donde este domingo habrá elecciones para elegir al próximo presidente de ese país. Se trata de un comicio que puede alterar el equilibrio de poder en el sistema internacional y en la región. Es por eso que la Casa Rosada sigue con especial interés el proceso político en la nación caribeña.
Para Milei, Maduro es una némesis. En tanto, el venezolano apeló a la figura del libertario para cuestionar a la oposición local. En el caso del Jefe de Estado argentino, busca capitalizar un posible triunfo opositor para reforzar su discurso en contra del “socialismo” y el “populismo”. Conoce que si el chavismo pierde, cambiará la relación de fuerzas en la región y Argentina encontrará en Caracas un nuevo aliado estratégico.
Es por eso que el Gobierno observa con especial atención los comicios en Venezuela. Hay 21,4 millones de venezolanos habilitados a sufragar y el voto es optativo. La oposición al chavismo considera que la cantidad de participación resultará determinante. Apuestan a que se acerque a votar la mayor cantidad de ciudadanos para asegurarse una mejor performance.
En este marco, Milei decidió no enviar ningún representante oficial de Argentina. De hecho, hubo una línea “informal” que circuló en el Gobierno de “desaconsejar” viajar a Venezuela este domingo. La sugerencia se formuló por “cautela” ante una posible “censura” o “impedimento” de Maduro a que los representantes argentinos puedan ingresar.
El clima político está caldeado en el país bolivariano y el Gobierno argentino sabe que Maduro tiene apuntado a Milei por sus críticas al régimen venezolano. Por eso, no está previsto que viaje siquiera la canciller Diana Mondino, ni nadie de la Cancillería. El Gobierno seguirá los reportes de Andrés Mangiarotti, encargado de Negocios y representante de la Casa Rosada en la Embajada argentina en Caracas.
Por parte de Argentina, hay un grupo de legisladores que decidieron viajar a Caracas. Según supo Infobae, volarán por su cuenta. Es decir, no van en representación del Gobierno, sino a título personal. Son los casos del legislador Ramiro Marra, amigo de Milei, del senador nacional libertario Francisco Paoltroni, y del diputado nacional del PRO Alejandro Bongiovanni.
Los legisladores tienen inquietudes acerca de si el gobierno venezolano, vía Migraciones, les impedirán el ingreso y los retendrán en el aeropuerto. En caso de poder ingresar, tienen la intención de estar el domingo en el búnker del candidato opositor, Edmundo González Urrutia.
Se trata de un diplomático de carrera que se convirtió en el candidato de la coalición que encabeza María Corina Machado, referente de la oposición venezolana que no se postuló por estar inhabilitada por Maduro.
Venezuela elegirá el próximo domingo si sostiene al líder autoritario Maduro o, bien, si vota por un cambio que oxigene la vida institucional del país. El actual presidente busca su reelección para sostener la hegemonía del chavismo. Mientras que la oposición diseño un frente que aúna a distintos sectores detrás de la figura de un dirigente formado en la política internacional, con carrera diplomática.
El Jefe de Estado argentino considera que Maduro es el representante de Irán, Rusia y China en América Latina y que su persistencia en el poder perjudicará a Venezuela. La apuesta de Milei es a que la alianza Plataforma Unitaria Democrática de un batacazo y derrote a Maduro en las urnas. No obstante, conoce que Maduro puede apelar a estrategias espurias para fraguar el escrutinio o, bien, no reconocer el resultado en caso de ser negativo para el oficialismo.
Milei ya ha hecho gestos políticos en favor de la oposición a Maduro. Uno de ellos fue darle asilo a seis opositores que se encuentran desde hace meses en la Embajada de Argentina en Caracas. A través de la Cancillería, Balcarce 50 aplicó gestiones para lograr un “salvoconducto”, que fue negado en más de una ocasión por el régimen bolivariano.
En tanto, el Gobierno también ha llamado la atención sobre la situación política de Venezuela e instó a que se permita el voto de los venezolanos en el exterior, algo que puede resultar determinante para el próximo domingo. El 26 de marzo, la Casa Rosada emitió un comunicado en el que alertó sobre la situación de Caracas. “La República Argentina expresa su inquietud ante el deterioro de la situación institucional y los actos de hostigamiento y persecución dirigidos contra figuras políticas de Venezuela”.
En tanto que el viernes pasado, Milei suscribió, vía Diana Mondino, a una comunicación conjunta con Costa Rica, Guatemala, Paraguay y Uruguay sobre el proceso electoral venezolano. Allí, manifestaron su “preocupación” por el “hostigamiento y persecución contra dirigentes y partidarios de la oposición venezolana”. Milei considera que esa situación puede “afectar” la legitimidad del comicio de este domingo.
En la región hay una mirada compartida acerca de la posibilidad de que González Urrutia pueda hacer una buena elección el domingo. De hecho, el propio Lula Da Silva, presidente de Brasil, que ha sido históricamente cercano al chavismo, expresó críticas a Maduro en la víspera de las elecciones. El líder brasilero dijo que se asustó por la amenaza del presidente venezolano sobre un baño de sangre en caso de no ganar. “Debe aprender que el que gana se queda y el que pierde se va”, señaló Lula.
Una posición similar adoptó Alberto Fernández. El ex presidente de Argentina sostuvo ayer en Radio Con Vos que “si Maduro es derrotado, lo tiene que aceptar”. Según supo Infobae, las declaraciones del dirigente argentino no fueron “bien recibidas” en Caracas.
Si bien la inestabilidad electoral dificulta cualquier pronóstico sobre el resultado, la moneda está en el aire y el Gobierno y Milei posarán sus ojos sobre Venezuela este domingo.