La “motosierra” no es real, solo propaganda
El oficialismo alardea de que el EMAE tuvo un aumento interanual del 2,3% en mayo y dice que es el comienzo de la salvación. Lo que demuestra que, consciente o inconscientemente, no creen en la recuperación ya que están mostrando un cuadro que es, en general, fuertemente negativo si se netea el 103% de aumento del sector agrícola ganadero, hecho meramente circunstancial que se compara con la sequía del año pasado.
El consumo masivo cayó 12,5% en junio respecto del año previo y se profundizó la baja respecto a mayo, según la consultora Scentia.
Pero no solo el consumo, toda la producción en general -la metalúrgica, por caso, con una caída del 17,3% tuvo el peor junio desde las cuarentenas sanitaria de 2020-2021- de hecho, en los primeros meses de presidencia de Javier Milei y de Luis Caputo en Economía se perdieron más de 170.000 puestos de trabajo registrados, y se redujo en 7.860 el total de empresas, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Y entre diciembre de 2023 y marzo de 2024 se eliminaron más de 29.700 puestos de empleo en el sector público.
Aunque estas estadísticas están algo atrasadas, la tendencia es clara: la “motosierra” es más propaganda que realidad, ya que el recorte de los empleados públicos va muy por detrás de la caída en el sector privado y lo que importa, precisamente, es la relación entre el mercado (privado) y el Estado, y resulta que aumentó la relación de empleados públicos por cada uno en el sector privado.
EE.UU. tiene un Estado mucho más grande que el de Argentina, pero progresa más porque es mucho menor en relación con su sector privado.
Del mismo modo, no es suficiente con bajar impuestos en términos absolutos sino en relación con el sector privado. Pero para peor, los impuestos suben al tiempo que se reduce el mercado, es decir, que la presión fiscal aumenta por los dos lados: por más recaudación sobre una base imponible menor.
Los impuestos suben al tiempo que se reduce el mercado
El ministro Caputo anunció que el sector público nacional terminó junio con superávit de $238.000 millones gracias al aplazamiento del pago a las energéticas. Así, todo el primer semestre tuvo un excedente fiscal de 0,4% del PBI, y primario de 1,1% de PBI, siendo que el gasto primario se redujo 32% en términos reales.
En tanto que la recaudación tributaria presentó un crecimiento de 226,7% nominal en comparación con el año previo, explicado principalmente por la variación del Impuesto PAIS y los ingresos correspondientes a los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, al Impuesto a las Ganancias, al IVA neto de reintegros y sobre los Débitos y Créditos bancario.
Si tenemos en cuenta que el IPC subió en igual período 271,5% se nota una caída de la recaudación inquietante a seis meses de gestión. En junio, el derrumbe fue del 14% y amenaza el superávit que pretende Caputo.
Como alertan desde las consultoras Invecq y el Iaraf, se confirmó la profundidad de la recesión: los impuestos vinculados al consumo registraron la principal caída. Solo de IVA, la baja registró 20,6% en términos reales.
Y sin dudas hay que tener en cuenta lo que dice Roberto Cachanosky, qué hubiese pasado si no hubiese existido el Impuesto PAIS ya que en 4 de los 6 meses superó al superávit financiero. ¿Podrán reducirlo en septiembre como dijo el ministro de Economía?
Por su lado, la suba del IPC (“la inflación”) de junio fue 4,6% en el mes y 271,5% en un año. De esta manera, se aceleró respecto del 4,2% en mayo. Era esperable, porque es consecuencia del ajuste en algunos precios regulados, no libres. Ahora, como bien dijo Lilia Lemoine y la refrendó Milei, suba del IPC no es la inflación, y esto no es un dato menor porque lleva a grandes confusiones que hasta al mismo Luis Caputo marean.
La aceleración de la inflación era esperable, porque es consecuencia del ajuste en algunos precios regulados, no libres
Si el mercado de cambios fuera realmente libre, se podría observar que, frente a un fenómeno inflacionario, los precios en dólares no varían, es decir, los precios no varían, sí aumenta la cantidad de pesos necesarios para equiparar esos dólares, es decir, se deprecia el peso por exceso de emisión y es esta la definición de la inflación, como bien explica la Escuela Austríaca de Economía (EAE).
De hecho, buena parte de la suba del IPC durante la gestión actual se debió a la liberación de precios y tarifas -y quita de subsidios- que subieron significativamente, pero eso solo significa reacomodamiento de precios, ergo, de consumos, que debió haber sido compensada con la baja de impuestos con los que se solventaban los subsidios. Pero esa baja no ocurrió, por el contrario, las cargas fiscales aumentaron provocando una fuerte recesión.
Insólitamente, aunque Milei refrendó esa afirmación de Lemoine, Caputo la desconoce. Como cree que la inflación es la suba del IPC, le teme mucho a liberar el mercado cambiario y que el dólar trepe hasta el blue y eso se traslade a precios, es decir, que se desate una gran “inflación”. Así, el Gobierno dijo que “dejará de expandir su base monetaria amplia” como parte del plan para combatir la inflación con un mecanismo falaz.
Según Inveq, la base monetaria desde que empezó el gobierno creció en $11,9 billones, principalmente por la emisión de pesos para la compra de dólares, con el fin de aumentar las reservas internacionales. Luego, el pago de intereses por intereses de los Pases del BCRA ($12,6 billones), los puts ejecutados ($12,9 billones) y $7,6 billones por la esterilización de pasivos. El Gobierno dispuso que desde el 22 de julio desaparecieran esas dos fuentes de emisión.
¿Cómo el Gobierno “dejará de expandir su base monetaria”? Según anunció “la última canilla” es la emisión para comprar los dólares de los exportadores. Hoy quien exporta está obligado -faltando el Gobierno a su supuesto amor por la libertad- a venderle sus dólares al BCRA, al cambio oficial, que los compra emitiendo moneda; y el BCRA los absorberá vendiendo parte de esos dólares en el CCL.
El control de cambios no es, en realidad, sino, un nuevo paso por el camino que conduce a la implantación del socialismo (Mises)
Recuerdo que el economista Gabriel Zanotti recordó: “El control de cambios no es, en realidad, sino, un nuevo paso por el camino que conduce a la implantación del socialismo”, según escribió uno de los más destacados exponentes de la EAE, Ludwig von Mises. Javier Milei dice que el MULC (mal llamado mercado único y libre de cambios) lo obliga a emitir. Pues si libera el mercado de cambios, con un simple decreto, el BCRA no tendría que emitir para comprar dólares.
El error consiste en no comprender lo que enseña la EAE: “la inflación es exceso de emisión en tiempo real”, es decir, una vez hecha la emisión instantáneamente se produce la inflación, aunque luego se mantenga constante la base monetaria, por ejemplo, en base a ventas de CCL. Como me recordó Daniel Garro, Mises decía que además eso distorsiona precios relativos dado que entra al mercado por un lado y sale luego de un tiempo por otro. Y, por cierto, el mercado no le creyó al Gobierno y, si bien el blue cayó algo en las últimas semanas, no dejó de mantenerse alto, mientras que todos los otros valores argentinos cayeron y el riesgo país subió.
El autor es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California