Los sobrevivientes de tumores cerebrales infantiles pueden retrasarse en la escuela: las intervenciones pueden ayudar
MARTES, 3 de septiembre de 2024 (HealthDay News) — Los tumores cerebrales en los niños pequeños son raros, pero los que sobreviven a ellos pueden retrasarse en la escuela durante años después, muestra una investigación reciente.
Para las familias que pueden permitírselo, intervenir cuando los niños aún están en los años preescolares podría ayudarles a tener un mejor rendimiento académico más adelante, apuntaron los investigadores.
"Ahora sabemos que no necesitamos esperar hasta que los pacientes tengan dificultades con las matemáticas y la lectura; podemos intervenir antes", dijo la autora principal del estudio , Heather Conklin.
"Mostramos que la variabilidad que estamos viendo al principio predice las habilidades académicas a largo plazo, lo que sugiere en gran medida que las intervenciones tempranas serán beneficiosas y marcarán una diferencia real", dijo Conklin, jefe de neuropsicología del Hospital de Investigación Pediátrica St. Jude en Memphis, Tennessee.
La nueva investigación se centró en un grupo poco estudiado: niños que habían sido tratados y sobrevivieron a un tumor cerebral que ocurrió en la infancia o antes de los 3 años.
Conklin y sus colaboradores siguieron el progreso académico de 70 de estos niños cada seis meses en el transcurso de cinco años.
"Encontramos una brecha cada vez mayor entre estos pacientes jóvenes tratados por tumores cerebrales y sus pares con un desarrollo típico, porque sus habilidades de preparación académica no se desarrollaban tan rápido", anotó en un comunicado de prensa de St. Jude. "Poco a poco se estaban quedando atrás de sus compañeros de la misma edad en los fundamentos académicos, como el aprendizaje de las letras, los números y los colores".
El retraso en el desarrollo y las habilidades académicas fue duradero.
"La preparación académica temprana predijo los resultados a largo plazo en lectura y matemáticas", dijo Conklin. "El efecto no es temporal. Estos niños no se ponen al día de forma natural".
Sin embargo, un cierto segmento de niños tendió a cerrar la brecha con el tiempo: los de familias más acomodadas.
"El único factor clínico o demográfico que encontramos que predijo la preparación académica fue el estatus socioeconómico", dijo Conklin. "Pertenecer a una familia de nivel socioeconómico más alto tuvo un efecto protector en la preparación académica de los niños".
Probablemente eso se deba a que los padres tienen el dinero y el tiempo para invertir en intervenciones que ayuden a los niños pequeños a ponerse al día.
Encontrar formas de ayudar a las familias de todos los supervivientes infantiles de cáncer cerebral a acceder a estos recursos es importante, apuntaron los investigadores, porque el tratamiento contra el cáncer evita que los jóvenes se desarrollen como lo harían de forma natural.
"Sabemos que estar lejos del entorno familiar, de los cuidadores, de la guardería, de las citas para jugar, de los parques y de los servicios de intervención temprana durante estos años críticos del desarrollo probablemente tenga un impacto negativo en los pacientes muy jóvenes", explicó Conklin.
"Nuestros resultados sugieren que las familias pueden hacer que el juego sea significativo, y al hacer pequeños cambios en la forma en que interactúan con su hijo, con el apoyo de su equipo médico y recibiendo los recursos adecuados, podrían marcar una diferencia en los resultados cognitivos y académicos de su hijo", planteó.
El estudio fue financiado por St. Jude y el Instituto Nacional del Cáncer, y se publicó recientemente en la revista Journal of the National Cancer Institute.
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FUENTE: St. Jude Children's Research Hospital, comunicado de prensa, 20 de agosto de 2024