La oposición confía en sumar diputados que defendieron el veto por las jubilaciones para mantener el financiamiento universitario
Este jueves se vence el plazo para que el presidente Javier Milei firme el veto o no de la ley de presupuesto universitario. Y, en el caso de hacerlo, se enfrenta nuevamente a una parte del Congreso de la Nación que buscará insistir con la medida. Hasta la semana pasada la decisión no tenía dudas. Milei lo dijo públicamente y el veto estaba solo a la espera de la firma presidencial. Sin embargo, en las últimas horas, los números para mantener el veto en el recinto de la Cámara de Diputados empezaron a flaquear.
Diputados de los bloques más dialoguistas empezaron a hacer saber que no están dispuestos a acompañar la decisión de Milei y el escenario empezó a cambiar.
A esto se le suma que 24 horas antes a que se cumpla el plazo para presentar el veto, el miércoles 2 de octubre, la comunidad académica se movilizará en defensa de las Universidades públicas nacionales en una marcha que ya trasciende en una manifestación a favor de la educación pública en general.
En este contexto, los diputados radicales que empujaron la medida se mantendrán en esa postura. A estos se le suman el bloque de Unión por la Patria, Hacemos Coalición Federal, la Coalición Cívica y la izquierda. Pero no serán los únicos.
El bloque de Innovación Federal dejó trascender que sus 8 diputados acompañarán la insistencia -habían acompañado el veto en jubilaciones- y no sólo ellos, sino que varios diputados del PRO estarían en la misma situación.
Pero el número sigue siendo ajustado. El pasado 15 de agosto, Diputados dio media sanción a la norma con 143 votos positivos, 77 negativos y una abstención. En esa lista se observa que 35 legisladores estuvieron ausentes, y es en ese grupo donde cada sector buscará los votos necesarios para imponerse. “Hubo muchos ausentes que en principio votarían a favor de la insistencia. Hay que ver cómo vetan y cómo se comportan los radicales”, señaló un diputado de Unión por la Patria.
Entre los que podrían votar a favor de la insistencia, se ausentaron 15 diputados de Unión por la Patria, cinco de Encuentro Federal y tres de la Coalición Cívica. Si todos ellos se presentan, el número de votos para insistir con la ley alcanzaría los 169.
Por el lado del bloque que apoya el veto, hubo cuatro diputados del PRO ausentes, uno de La Libertad Avanza, otro del bloque Independencia (los peronistas tucumanos) y uno de Producción y Trabajo. En total, sumarían 84 votos.
En el caso de la Unión Cívica Radical, que, al igual que en el caso de la ley de movilidad jubilatoria, es el bloque autor del proyecto; el día de la votación, el bloque tuvo cuatro ausencias y una abstención. Entre los ausentes figuran Mariano Campero y Luis Picat, dos de los que cambiaron su voto en la ley de jubilaciones. En el caso del tucumano Campero, parece no haber vuelta atrás: fue el único que asistió al asado en Olivos y llevó un vino para “no caer con las manos vacías”. Por su parte, Picat reiteró que su límite es votar junto al kirchnerismo, lo que confirmaría su pase definitivo al sector que apoya el veto.
El tercero en duda entre los ausentes radicales es el chaqueño Gerardo Cipollini, quien, junto a Roxana Reyes, será investigado por el Tribunal de Ética de la UCR por ausentarse en la votación de la insistencia de la movilidad jubilatoria. El cuarto ausente del radicalismo es el también chaqueño Juan Carlos Polini, quien, si se presenta, votará a favor de la insistencia, dado que considera que los cinco que votaron en contra de la movilidad “no tienen vuelta atrás”.
Finalmente, está la única abstención de ese día, protagonizada por el mendocino Lisandro Nieri, ex ministro de Economía de Mendoza y cercano al gobernador radical Alfredo Cornejo.
En este contexto, ambos sectores -los que apoyan el veto y los que buscarán la insistencia- dependerán de cuántos diputados del PRO no acompañan a La Libertad Avanza. Lo mismo los radicales. En principio, la actividad programada para el miércoles en Diputados culmina al mediodía y la marcha está programada para las 17 horas. Esa decisión, así como la de modificar la sesión de miércoles a martes, se encuadra en que los legisladores o quieren marchar o no quieren quedar expuestos frente a la manifestación.