Bruxismo: el enemigo silencioso del sueño, la salud y la longevidad

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad vital. Sin embargo, millones de personas sufren en silencio un trastorno que compromete la calidad de su descanso sin que siquiera lo noten: el bruxismo. Apretar o rechinar los dientes, especialmente durante la noche, puede parecer algo menor, pero sus efectos van mucho más allá de la boca.
El bruxismo afecta mucho más que los dientes: altera el sueño, acelera el envejecimiento y puede impactar en la salud general.
Qué es el bruxismo y por qué ocurre
Se trata de un trastorno involuntario que puede manifestarse durante el sueño o mientras se está despierto. En ambos casos, suele ser consecuencia del estrés, la ansiedad o trastornos neuromusculares. Muchas veces pasa desapercibido hasta que aparecen los síntomas: dolor mandibular, cefaleas, fatiga, desgaste dental o problemas para dormir.
Cómo afecta al sueño y al cuerpo
Cuando una persona aprieta los dientes mientras duerme, el cuerpo entra en microalertas constantes. Aunque no se recuerde al despertar, el descanso se interrumpe y no se alcanza la fase profunda del sueño.
El resultado es un agotamiento persistente, irritabilidad y menor capacidad de concentración. Además, el bruxismo interfiere con los ciclos REM, esenciales para procesar emociones y consolidar la memoria. A largo plazo, esta falta de descanso reparador impacta directamente en la salud física y mental.
Tratamientos modernos: toxina botulínica y placas miorrelajantes
En los últimos años, el uso de toxina botulínica en los músculos maseteros y temporales se convirtió en una de las terapias más eficaces para controlar el bruxismo. Esta técnica relaja la musculatura que produce la presión excesiva y mejora la calidad de vida al reducir el dolor y evitar el desgaste dental.
El tratamiento más completo combina toxina botulínica + placa miorrelajante personalizada. La toxina disminuye la hiperactividad muscular, mientras que la placa protege los dientes y guía los músculos hacia una posición más relajada. Este enfoque protege las piezas dentarias, mejora la calidad del sueño y reduce el riesgo de daños articulares.
Dormir bien es vivir mejor
Dormir mal de manera crónica puede provocar hipertensión, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, depresión y debilitamiento del sistema inmune. Además, el desgaste muscular y articular causado por el bruxismo puede derivar en dolores cervicales, disfunción temporomandibular (DTM) y pérdida de piezas dentales.
Dormir bien está directamente relacionado con la longevidad y el bienestar integral. Cuando el bruxismo interrumpe el descanso, el cuerpo entra en un estado de estrés crónico que acelera el envejecimiento celular y reduce la capacidad de reparación del organismo.
El bruxismo tiene tratamiento y puede controlarse con un enfoque interdisciplinario que incluya odontología, neurología y manejo del estrés.
Fuente: Ambito
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