Con Macri al frente, el PRO enfrenta el desafío de recuperar su identidad sin ser fagocitado por Milei
En el periodismo hay una máxima que dice que no es noticia el avión que aterriza, sino el que se cae. Lo esperable y habitual pierde criterio de noticiabilidad. Desde ese prisma, Javier Milei y Mauricio Macri hablan semanalmente desde hace meses. El diálogo es cordial. No es noticia que lo hagan. Aunque sí lo será un encuentro personal a solas con una foto incluida de ambos, algo que nunca sucedió. En el macrismo y en el círculo del Presidente niegan que haya existido tal reunión. Si sucedió, como sugirió algún rumor mediático, la decisión de los dos bandos es no comunicarlo. El hermetismo sobre sus conversaciones es extremo. Lo que sí se desliza es que las interacciones son constantes y buenas.
Milei habló con Macri sobre su discurso ante el Congreso. Según supo Infobae, el Presidente le dio hace algunos días al fundador del PRO pinceladas sobre la idea que tenía respecto a su disertación. El ex mandatario era de los pocos que conocía acerca de la convocatoria a gobernadores. Aunque conforme pudo reconstruir este medio, no tenía el detalle exacto del Pacto de Mayo. Fue una sorpresa que pateó el tablero y llamó la atención, incluso, de colaboradores y operadores políticos que frecuentan el despacho presidencial.
Macri acompaña el rumbo del Gobierno. Ante sus dirigentes de confianza, deja notar matices con algunas formas que tiene el Presidente, así como también con diferencias de criterio con funcionarios como Guillermo Francos, de Interior, y Nicolás Posse, jefe de Gabinete. Pero eso no impide un respaldo claro a la administración libertaria. Esa actitud la pone sobre la mesa cuando le pide a legisladores, gobernadores e intendentes de su partido que apoyen a Milei.
La encrucijada del PRO
Detrás de ese respaldo genuino, hay una encrucijada que Macri busca resolver. Observa que el auge de La Libertad Avanza eclipsó al PRO, le quitó buena parte de su electorado y puso sobre la conversación pública el debate sobre una posible fusión. Fusión que, en verdad, es una forma elegante de llamarle a lo que sería la desaparición virtual del PRO.
Macri y un grupo de dirigentes de peso en el partido saben que esa posibilidad está latente, aunque no lo dirán con esas palabras en público. Por eso su decisión de presidir el PRO a partir del 19 de marzo. Busca recuperar la identidad de su partido y unificar las posiciones para fortalecer al sello. El desafío implica llevar al PRO a ser un socio de Milei sin que el Gobierno fagocite completamente al partido amarillo.
No será fácil. Más que los dirigentes del PRO, a Milei le interesa el electora duro amarillo. En 2023 quedó claro que amontonar dirigencia no garantiza votos. Es una situación que alarma a Macri. ¿Por qué un votante optaría por el PRO teniendo la opción de elegir a La Libertad Avanza? Los libertarios evalúan que una performance económica digna los llevará a superar al peronismo en 2025. Ese escenario dejaría, otra vez, tercero al PRO y los espacios que orbitaron Juntos por el Cambio: la UCR y lo que hoy es Hacemos Coalición Federal. La confluencia electoral con el Gobierno, empieza a circular en los corrillos del macrismo, parece inevitable.
Bullrich insiste con la convergencia del PRO con el Gobierno
Patricia Bullrich ya decidió correrse de la presidencia del partido. Pero puja para tener peso interno con el objetivo de que el PRO formalice una convergencia con el Gobierno. La ministra de Seguridad instruye a sus legisladores para que se muevan como oficialistas y pretenden que el resto del partido actúa en el mismo sentido.
Para escribió el comunicado cuando la Casa Rosada estaba en conflicto con Chubut por la quita de fondos de la coparticipación. Bullrich pidió que el PRO apoye a Milei en la pelea contra Nacho Torres, gobernador chubutense del PRO. Es algo que Macri no hizo, tal como contó este medio. Si bien respalda al Presidente, el caso Chubut se despegó públicamente del Gobierno. Eso llevó a que la ministra de Seguridad lo presionara en los medios de comunicación para que se exprese: “Me hubiera gustado escuchar a Macri sobre el conflicto con Chubut”, lo desafió.
Ese tema quedó saldado. En privado, el ex Presidente medió entre el Gobierno y Nacho Torres para bajar la tensión y buscar una solución intermedia. Pese a la judicialización del caso, las partes retomaron lentamente el diálogo. El Pacto de Mayo, a su vez, ofreció una nueva instancia para que todos los gobernadores vuelvan a tender puentes con Balcarce 50.
Macri reaparece esta semana
Macri levantará su perfil público esta semana. Viajará a Rosario para exponer, nada menos que junto al asesor presidencial Federico Sturzenegger, en un evento de la Fundación Libertad. Será el miércoles por la noche. Luego, estará el jueves en Expoagro como invitado sobresaliente de la feria que reúne en San Nicolás al establishment del campo, el sector privado y la política.
Si bien fue de los primeros dirigentes que el viernes celebró el Pacto de Mayo, vía X, su visita a ese evento le permitirá sumar declaraciones públicas de apoyo al Gobierno. En Expoagro también estará Bullrich. ¿Se cruzarán? No está previsto. Y antes del viernes, Macri tiene previsto recibir a los presidente del PRO del interior, con quienes avanzará en la confección de la lista de renovación de autoridades del partido
Mientras tanto, Bullrich junta fuerzas para evitar que Macri hegemonice el partido. Se respalda en un grupo de legisladores y algunos intendentes que mantienen buen diálogo con ella, como Ramón Lanús, de San Isidro, y Diego Valenzuela, de Tres de Febrero. Este último es, además, un jefe comunal de cercanía con Milei, a quien conoce de sus épocas de estudiante universitario. Ambos se mantienen en contacto y cada tanto se encuentran, como hace un par de sábados cuando almorzaron en la residencia presidencial de Olivos. La ministra de Seguridad busca evitar que el macrismo coopte el PRO a nivel nacional, en provincia y en la Ciudad. Terciará en ese sentido hasta el 19 de diciembre, día de la elección interna.
La idea sobre una confederación de partidos
Son días decisivos para el PRO. Macri escucha a decenas de dirigentes y saca conclusiones, como cuando la semana pasada recibió en sus oficinas de Vicente López a Omar De Marchi, secretario de Relaciones Parlamentarias del Gobierno. El dirigente mendocino llegó a La Libertad Avanza tras un paso por el PRO. Fue armador nacional de la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta hasta que decidió irse de Juntos por el Cambio para competir por fuera de la coalición contra Alfredo Cornejo por la gobernación de Mendoza.
Según pudo reconstruir este medio, en el macrismo llamó la atención una propuesta de De Marchi: sugirió a Macri hacer una confederación de partidos rumbo a 2025 -en vez de una alianza electoral-. Se trata de un instituto del derecho electoral que permite una concertación partidaria que persiste más allá de la elección. Una idea más habitual en los parlamentarismo europeos que requieren de coaliciones para gobernar, como el caso de Alemania.
En el esquema de confederación de partidos, el PRO podría sobrevivir junto con los libertarios sin ser fagocitado por Milei. Macri tomó la idea, aunque sin definición alguna. Hoy lo inquieta la actualidad del Gobierno y definir el rumbo de su partido.